Los mejores dibujos del XVIII

La Biblioteca Nacional presenta hasta el pr¨®ximo 22 de noviembre una selecci¨®n de los mejores dibujos sobre arquitectura y ornamentaci¨®n del siglo XVIII que atesoran sus archivos. La exposici¨®n es heredera de otra, correspondiente al XVI y al Siglo de Oro, comisariada por Elena de Santiago, cuyo recuerdo evocan hoy quienes la visitaron en 1991, con la satisfacci¨®n de comprobar que la nueva muestra recobra el aura de aqu¨¦lla. Y no ¨²nicamente por la calidad de las obras expuestas, deslumbrante en verdad, sino, adem¨¢s, porque el dibujo, como la arquitectura, gan¨® su m¨¢s celebrado auge con el siglo de las Luces y esta muestra vendr¨ªa a culminar por ello a su antecedente.

"Ambas son legatarias del imponente esfuerzo realizado por el bibliotecario ?ngel Mar¨ªa Barcia en 1906 para inventariar tan preciado tesoro", explica el comisario Delf¨ªn Rodr¨ªguez. "Aquel hombre -y su exiguo equipo- tuvo que v¨¦rselas con 10.000 documentos, planos y bocetos, que identific¨® a mano con una aplicaci¨®n admirable e hizo posible ambas propuestas".

Piranesi, Ventura Rodr¨ªguez y Juan de Villanueva seducen al visitante

El montaje pone en relaci¨®n el trabajo del dibujante y el tracista con su obra arquitect¨®nica, mediante vitrinas donde se exhibe el instrumental aplicado. El Prado ha cedido un espl¨¦ndido Goya, "no as¨ª alg¨²n centro acad¨¦mico consultado, que impone c¨¢nones prestatarios considerados prohibitivos", dice un organizador. Las obras est¨¢n agrupadas por conjuntos tem¨¢ticos, desde la herencia barroca del arte neocl¨¢sico hasta las arquitecturas cortesanas o las im¨¢genes de ruinas que despertaron de su ensue?o el clasicismo, sin olvidar tampoco la entidad de la Academia ni la instrumentaci¨®n pol¨ªtica de la arquitectura en Espa?a. Una primera sorpresa: un dibujo de Jos¨¦ de Hermosilla, arquitecto del ensanche de Madrid hacia el Prado. En 1767, aline¨® las estatuas de la diosa Cibeles y de Neptuno seg¨²n la traza de las fontanas de piazza Navona. Ante la mirada del visitante cruza una prodigiosa l¨¢mina de Piranesi, de subterr¨¢neo trasunto carcelario, donde pareciera resistir, entre tenebrosas penumbras sin salida, la luz de una esperanza imposible. El magnificente de Filippo Juvara, primer padre del Palacio Real, restalla en la desenvoltura de sus siluetas, como los ub¨¦rrimos fustes y suntuosos cornisamentos de Francesco Galli, los enterizos alzados de Juan de Villanueva, Herrera redivivo, o el vuelo sublime de las concavidades de Ventura Rodr¨ªguez.

Dibujos de arquitectura y ornamentaci¨®n del siglo XVIII. Biblioteca Nacional. De martes a s¨¢bado de 10.00 a 21.00. Festivos de 10.00 a 14.00. Gratis.