El oto?o de Freire

Han pasado diez a?os desde su primer, sorprendente, t¨ªtulo mundial, y al echar una mirada a un ciclismo en el que ya no se reconoce, que no le reconoce, ?scar Freire se deja invadir por el oto?o. "El otro d¨ªa, viendo una foto de por entonces, del Vitalicio, me asust¨¦: yo era el ¨²nico de todos que quedaba en activo... Qued¨¢bamos Horrillo y yo corriendo este a?o. Hasta que Pedro se cay¨®". Lo cuenta la v¨ªspera de su d¨¦cimo Mundial, uno que se corre al lado de su casa suiza, en el territorio en el que Eddy Merckx consigui¨® su segundo arco iris, la v¨ªspera de una carrera que le puede permitir romper el empate a tres con Alfredo Binda, Rick van Steenberger y Merckx, y convertirle en el ¨²nico ciclista de la historia que gana cuatro Mundiales. "Es una gran oportunidad para ganar mi cuarto Mundial, pero s¨¦ que no ser¨¢ nada f¨¢cil", dice. "Estoy bien para intentar ganarlo, pero ser¨¢ muy dif¨ªcil controlar la carrera, habr¨¢ muchos corredores que puedan ganar, que se jugar¨¢n sus bazas a cinco vueltas".

"Esto no es cuesti¨®n de forma, sino de mentalidad. Me hab¨ªa acomodado un poco"

Es el oto?o del a?o. Es para Freire la ¨²ltima cita de una temporada en la que no ha levantado los brazos tanto como acostumbraba, en la que se retir¨® de la Vuelta sin apenas haber intentado siquiera disputar un sprint. "Pero no era cuesti¨®n de forma, sino de mentalidad. Al no tener a nadie en el equipo que me colocara al final me acomod¨¦ un poco. Buscarse la vida uno solo no tiene sentido", dice el ciclista de Torrelavega, de 33 a?os. "He andado bien, pero ha habido un Cavendish que ha ganado pr¨¢cticamente todas las carreras que ha corrido. No es que me desmoralice, pero... Me desmoralizar¨ªa, claro, si tuviera un equipo que me dejara a 200 metros de la meta y no rematara, pero luchar yo solo contra ese equipo no me hunde en absoluto".

El paso del tiempo, la revelaci¨®n s¨²bita de que toda una carrera ha pasado en un chasquear de dedos, ya, no es, pues, todo lo que le conduce a la nostalgia al menos espa?ol de todos los ciclistas, al ¨²nico que, sin embargo, logr¨® dotar a la selecci¨®n de esp¨ªritu de equipo. Fue en sus a?os de oro, cuando despu¨¦s de Verona 99 gan¨® el Mundial en Lisboa 2001 y en Verona 2004. "Fue el d¨ªa en que en mejor forma he estado en toda mi carrera, s¨®lo una vez, ese d¨ªa, me he sentido as¨ª de bien. Fue tambi¨¦n la ¨²ltima vez que Espa?a funcion¨® como equipo. Antes, en aquellos a?os, tambi¨¦n hab¨ªa corredores muy buenos en la selecci¨®n, corredores que hab¨ªan ganado la Vuelta y ten¨ªan confianza en m¨ª. Y yo respond¨ªa, como en Lisboa. Aquel Mundial estaba fatal, fue el a?o que peor llegu¨¦, y gan¨¦ gracias al equipo... Todos confiaron en m¨ª y yo respond¨ª".

Desde aquel a?o, los mayores rivales de los espa?oles fueron los espa?oles. "El a?o pasado, en Varese, por ejemplo, estaba mucho mejor y no se corri¨® como equipo", recuerda. "Si hubiera ganado Bettini s¨ª que habr¨ªa sido fallo m¨ªo, porque yo me qued¨¦ con ¨¦l, pero gan¨® Ballan..."

La melancol¨ªa. La ¨²ltima recta de una carrera guiada por el arco iris. "Pero no ser¨ªa ninguna frustraci¨®n quedarme en tres victorias", dice. "M¨¢s frustraci¨®n siento porque no se me haya reconocido en Espa?a como en otros pa¨ªses: siempre he tenido que correr en equipos extranjeros, ning¨²n espa?ol ha apostado por m¨ª... Y tambi¨¦n mirando la fotograf¨ªa del Vitalicio de entonces me fij¨¦ en que la mayor¨ªa hab¨ªan tenido problemas de dopaje a lo largo de su carrera, y si se mira el palmar¨¦s de casi todas las carreras no hay por d¨®nde empezar a limpiar. Y yo nunca he tenido el menor problema, pero eso tampoco se me reconoce...".