Entre lo peor y lo p¨¦simo
Los Gobiernos se enfrentan al dilema de recortar el gasto p¨²blico o subir impuestos para equilibrar unas cuentas p¨²blicas devoradas por la recesi¨®n
Pasa la factura y llega el dilema. Los planes de est¨ªmulo de la econom¨ªa puestos en marcha por los Gobiernos para amortiguar la crisis econ¨®mica, la menor recaudaci¨®n de impuestos asociada a la recesi¨®n y el mayor gasto vinculado al aumento del desempleo est¨¢n devorando las cuentas p¨²blicas de la mayor¨ªa de pa¨ªses. Los pol¨ªticos se debaten entre dos opciones igualmente impopulares para cuadrar las cuentas: o se opta por el odioso recorte de gasto o por el aborrecible aumento de ingresos con mayores impuestos.
Cualquiera de las dos opciones puede tener consecuencias indeseadas. La recuperaci¨®n es a¨²n demasiado t¨ªmida y no se la puede asustar. La mayor presi¨®n fiscal amenaza con retraer a¨²n m¨¢s el consumo y la inversi¨®n, pero el tijeretazo al gasto (imposible en las partidas destinadas al creciente desempleo) tampoco ayuda a impulsar el crecimiento y amortiguar la p¨¦rdida de empleo. Y no es seguro que el repunte del crecimiento, por s¨ª mismo, llene las arcas del Estado lo suficiente como para compensar la enorme factura de la recesi¨®n.
Y el ejercicio de equilibrismo presupuestario se produce adem¨¢s en a?o electoral para Estados Unidos (se renueva m¨¢s de la mitad de la C¨¢mara de Representantes y del Senado) y Reino Unido (elecciones generales). Precisamente hoy, Alemania acude a las urnas, tras una campa?a electoral en la que los partidos han lanzado diversas propuestas fiscales, unas promesas de bajada de impuestos que los alemanes cuestionan, a tenor de una encuesta que indica que el 81% piensa que subir¨¢n. M¨¢s a¨²n cuando los pron¨®sticos apuntan un incremento del paro, hasta ahora contenido.
Ni Barack Obama ni Gordon Brown han puesto a¨²n sobre la mesa la letra peque?a de su pol¨ªtica presupuestaria, pero el estadounidense ya ha mandado mensajes de que subir¨¢ los impuestos a los ricos. El primer ministro brit¨¢nico ya tom¨® la decisi¨®n, que entrar¨¢ en vigor en enero, cuando tambi¨¦n deber¨ªa volver al anterior tipo del IVA del 17,5% (lo baj¨® al 15% para reactivar la econom¨ªa), en contradicci¨®n con su apelaci¨®n a mantener los est¨ªmulos fiscales.
Los pa¨ªses en los que sus gobernantes mantienen la subida de impuestos en el caj¨®n te¨®rico del anatema, como Francia e Italia, tampoco escapan a las ansias recaudatorias, m¨¢s o menos imaginativas. Nicolas Sarkozy ha introducido una tasa vestida de ecologismo contra las emisiones de CO2, mientras Silvio Berlusconi trata de atajar la inmensa evasi¨®n fiscal italiana con una amplia amnist¨ªa para los defraudadores.
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