R¨¦cord de abstenci¨®n
El dato de participaci¨®n de ayer es una apelaci¨®n a la reflexi¨®n sobre la evoluci¨®n del sistema pol¨ªtico alem¨¢n. ?ste es un pa¨ªs de intenso compromiso c¨ªvico, en el que el ritual democr¨¢tico convoca masivamente a los ciudadanos. Exceptuando las primeras elecciones de 1949, que registraron un 78,5%, todas las elecciones posteriores, hasta 1990, registraron una participaci¨®n por encima del 84% con puntas hasta el 91%. Los niveles de participaci¨®n de ayer, del 70,8%, est¨¢n tambi¨¦n por debajo de los registrados a partir de la unificaci¨®n (77,8% en 1990), que signific¨® la incorporaci¨®n de cinco l?nder del Este con escaso entusiasmo electoral. Con la cifra de ayer es la tercera elecci¨®n consecutiva en la que se produce un descenso del n¨²mero de votantes.
El descenso en la participaci¨®n tiene un origen inmediato en la campa?a sopor¨ªfera de los dos grandes partidos, que han evitado la confrontaci¨®n y han mantenido el esp¨ªritu de la Gran Coalici¨®n hasta el mismo d¨ªa de las elecciones. Las grandes coaliciones suelen desalentar al electorado y alimentan en cambio a las formaciones con planteamientos m¨¢s radicales. En este caso, los dos partidos m¨¢s favorecidos por el consenso de los ¨²ltimos cuatro a?os y por el sopor de la campa?a han sido los ex comunistas y socialdem¨®cratas disidentes de Die Linke y los liberales del FDP. Los primeros, porque han actuado como oposici¨®n al entero sistema de consenso alem¨¢n, en el que se incluyen tambi¨¦n los Verdes, y los segundos porque han actuado como leal oposici¨®n a Angela Merkel, planteando la necesidad de un cambio y de una nueva mayor¨ªa que esta vez han conseguido.
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