Maltrato animal

PSOE y PP votan en el mismo sentido para rechazar la moci¨®n que pretend¨ªa penalizar, no suprimir, las fiestas en las que se produce maltrato animal.

Sorprende que todav¨ªa no se hallan desterrado estas formas de diversi¨®n que denigran a quienes las practican y a aquellos que, pudi¨¦ndolas prohibir, las permiten. Sorprende el resultado de la votaci¨®n, pero no tanto.

Ning¨²n partido pol¨ªtico ha tenido jam¨¢s voluntad alguna de cambiar esta situaci¨®n, por temor a una p¨¦rdida de votos. La relaci¨®n, la consideraci¨®n y el trato que una parte de los ciudadanos de este pa¨ªs manifiestan hacia los animales es algo que merecer¨ªa la atenci¨®n de los pol¨ªticos, al igual que la merecen la violencia de g¨¦nero, la violencia en las aulas, la violencia en las fiestas populares, etc¨¦tera.

El salvajismo y la crueldad en las fiestas populares se fomentan desde los ayuntamientos con la excusa de la tradici¨®n. Estos mismos subvencionan espect¨¢culos, disfrazados de acontecimientos art¨ªsticos, tan brutales y anacr¨®nicos como las corridas de toros, que sin dichas ayudas p¨²blicas languidecer¨ªan y acabar¨ªan por desaparecer.

Los gobiernos, estatales, auton¨®micos y municipales, tienen la inexcusable obligaci¨®n de tomar decisiones que acaben con estas pr¨¢cticas de violencia gratuita. Un partido progresista, como as¨ª se define el PSOE, no puede estar de brazos cruzados.

Este pa¨ªs necesita algo m¨¢s que un cambio del modelo productivo: necesita un cambio en la sensibilidad de muchos de sus ciudadanos.