El momento de la verdad
El pr¨®ximo viernes, 2 de octubre, el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional se reunir¨¢ en Copenhague para vivir unos momentos de emoci¨®n y suspense en la elecci¨®n de la ciudad anfitriona de los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016. Ya se trate de Chicago, Madrid, R¨ªo de Janeiro o Tokio, esta decisi¨®n resonar¨¢ en todo el mundo. La ciudad escogida tendr¨¢ la responsabilidad de organizar una de las pocas manifestaciones del mundo capaces de congregar a casi toda la humanidad para celebrar la excelencia deportiva y las haza?as del ser humano.
Se trata de una decisi¨®n importante, por lo que, evidentemente, el momento de la verdad se retransmitir¨¢ a millones de hogares y llegar¨¢ a las portadas de los peri¨®dicos de todo el mundo. Sin duda, ser¨¢ un momento tan intenso como lo fue la ajustada victoria de Londres sobre Par¨ªs hace cuatro a?os. Pero, por muy emocionante y apasionante que sea el proceso, es s¨®lo una peque?a p¨¢gina de la gran historia que se escribir¨¢ en Copenhague. Una vez que las cuatro ciudades candidatas hayan abandonado la ciudad, el Movimiento Ol¨ªmpico afrontar¨¢ otras cuestiones importantes que podr¨ªan tener un efecto duradero en los Juegos y en la sociedad. La elecci¨®n de la ciudad anfitriona se inscribe en el marco de una gran reuni¨®n: el Congreso Ol¨ªmpico.
Un Congreso Ol¨ªmpico es un acontecimiento especial y poco frecuente que se celebra aproximadamente una vez cada decenio. El primer Congreso, en 1894 en Par¨ªs, estableci¨® los Juegos Ol¨ªmpicos modernos. El Congreso de 2009 es el primero en 15 a?os y el primero de este nuevo milenio. Su papel consiste en guiar al Movimiento Ol¨ªmpico a trav¨¦s de un futuro cargado de promesas, pero tambi¨¦n de peligros. Si tiene ¨¦xito en esta misi¨®n, ayudar¨¢ a asegurar la perdurabilidad y relevancia de lo que probablemente sea una de las actividades culturales m¨¢s importantes a nivel mundial en la que participa, de una manera u otra, una gran parte de la poblaci¨®n. Y permitir¨¢ tambi¨¦n que la elecci¨®n de las futuras ciudades organizadoras siga estando tan re?ida como ahora.
La organizaci¨®n que se cre¨® hace 115 a?os para promover los valores ol¨ªmpicos es hoy m¨¢s fuerte que nunca y cuenta con 205 comit¨¦s ol¨ªmpicos nacionales en todo el mundo. Los Juegos de 2008 batieron nuevos r¨¦cords en cuanto a la participaci¨®n, la audiencia y la calidad de las competiciones.
Pero tambi¨¦n tenemos que hacer frente a gran n¨²mero de desaf¨ªos.
El tema principal del Congreso de este a?o es El Movimiento Ol¨ªmpico en la sociedad. Es un amplio tema que refleja la realidad del deporte como parte fundamental de la sociedad y no como algo que est¨¢ por encima o aislado de ella. Como dijo Pierre de Coubertin, fundador de nuestro movimiento moderno, la competici¨®n deportiva sin valores y sin cultura es meramente un desfile militar. Nuestro objetivo es colocar el deporte al servicio de la humanidad y ejercer una influencia positiva en la sociedad. Queremos utilizar el deporte para fomentar lo mejor de nuestra sociedad y para contrarrestar lo perjudicial.
El consumo de sustancias y el dopaje siguen siendo una grave amenaza para la integridad del deporte y para la salud y la seguridad de los atletas y de la sociedad en general. Nuestros esfuerzos por disuadir y descubrir a los tramposos han progresado considerablemente. No obstante, se trata de una lucha interminable y debemos permanecer alerta. Gracias a la educaci¨®n, los j¨®venes atletas podr¨¢n evitar los peligros del dopaje. Gracias a la aplicaci¨®n de las normas, sorprenderemos y sancionaremos a los tramposos.
Pero para ello es necesario contar con estrictos sistemas de control y realizar pruebas fuera del periodo de competiciones. Es una l¨¢stima que los atletas que acatan las normas tengan que sufrir estas molestias, pero es el precio que se debe pagar para garantizar una competici¨®n justa.
No me hago ilusiones. Esta lucha no finalizar¨¢ con una declaraci¨®n de victoria. Acabar completamente con el dopaje y las trampas en el deporte es tan poco probable como conseguir eliminar el crimen en la sociedad. El dopaje y las trampas no desaparecer¨¢n mientras subsista el deporte. Pero vale la pena luchar por esta causa y creo que estamos ganando terreno. Sin embargo, de la misma manera que la atenci¨®n continua es el precio de la libertad, la vigilancia constante y la necesidad de superar en astucia a los tramposos son tambi¨¦n elementos esenciales de la lucha contra el dopaje.
Otra de las amenazas para el deporte y la salud es la inactividad de los j¨®venes. Hoy en d¨ªa, el deporte debe luchar por captar la atenci¨®n y el inter¨¦s de los j¨®venes, especialmente en los pa¨ªses desarrollados. El resultado es el aumento de la obesidad juvenil.
Compartir los beneficios del deporte con los j¨®venes y animarles a participar siempre ha sido una de las misiones clave del Movimiento Ol¨ªmpico. Pero, aunque los objetivos sigan siendo los mismos, los retos a los que nos enfrentamos cambian. No cabe duda de que, en muchas partes del mundo, nuestros esfuerzos por acercar el deporte y los valores deportivos a la poblaci¨®n se ven obstaculizados por las privaciones, aunque en el futuro tendremos que hacer frente a otros elementos que alejar¨¢n a los j¨®venes de los valores que inspira el deporte y de los beneficios f¨ªsicos que ¨¦ste lleva consigo. En otros lugares, al contrario, el reto consiste en preservar la importancia de los valores ol¨ªmpicos frente a la superabundancia y al exceso de opciones. Por eso hemos intentado adoptar un nuevo enfoque para motivar a los j¨®venes con el lanzamiento de los I Juegos Ol¨ªmpicos de la Juventud en Singapur el pr¨®ximo agosto. No se trata de unos Juegos Ol¨ªmpicos en miniatura, sino de una manifestaci¨®n que combina deporte, educaci¨®n y cultura para promover un estilo de vida sano y los valores ol¨ªmpicos de juego limpio, solidaridad, respeto y amistad.
En Copenhague dedicaremos una gran parte del tiempo a buscar otras maneras de aplicar los valores ol¨ªmpicos.
Estudiaremos las opciones que tiene nuestro movimiento para mejorar la transparencia y la responsabilidad, examinaremos el papel del Movimiento Ol¨ªmpico en la promoci¨®n de los valores, trabajaremos para salvaguardar la importancia de los Juegos, evaluaremos los costes y el tama?o de las manifestaciones y debatiremos sobre lo que podemos hacer para apoyar el deporte en las naciones en desarrollo. Pero, sobre todo, reflexionaremos sobre nuestras obligaciones para con los atletas.
En los ¨²ltimos a?os hemos adoptado una serie de medidas para ayudar a los atletas en la etapa de transici¨®n entre la competici¨®n y la vida profesional y personal, pero todav¨ªa nos queda mucho que hacer. Los atletas est¨¢n en el coraz¨®n de nuestro movimiento. Su dedicaci¨®n, su autodisciplina y su respeto por las normas y por sus adversarios les convierten en modelos a seguir.
Nos dan lo mejor de s¨ª mismos. Por ello, tenemos que hacer lo posible para que tengan la oportunidad de vivir una vida plena y productiva m¨¢s all¨¢ del campo de juego y de las aclamaciones del p¨²blico.
Los debates sobre estos temas empezar¨¢n el d¨ªa despu¨¦s de la elecci¨®n de la ciudad anfitriona de los Juegos de 2016. No puedo vaticinar el resultado, as¨ª que estoy tan ansioso como el que m¨¢s por conocer el nombre de la ciudad ganadora. Ser¨¢ un momento muy emocionante, pero no ser¨¢ el final de los acontecimientos de Copenhague, al menos para la familia ol¨ªmpica.
Los debates ayudar¨¢n a determinar si el Movimiento Ol¨ªmpico puede seguir manteniendo su viabilidad e importancia durante otro siglo m¨¢s. Los fundadores del Movimiento Ol¨ªmpico moderno del siglo XIX tuvieron que actualizar los Juegos y sus valores. Pero tambi¨¦n nosotros tenemos una importante tarea que realizar si queremos sacar provecho de todos los beneficios que los Juegos Ol¨ªmpicos pueden aportar a la humanidad.
Jacques Rogge es el presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional desde 2001.
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