El rapero que quer¨ªa ser profesor de primaria

Lleva meses dando que hablar en un mundo, el del rap, muy dado a hablar, pero poco acostumbrado a los tipos como ¨¦l. Asher Roth (Morrisville, Pensilvania, 1985) -finalista en la categor¨ªa de mejor artista novel en los recientes premios MTV- coloc¨® su ¨¢lbum Asleep in the Bread Aisle en el quinto puesto de la lista Billboard gracias, sobre todo, al sencillo I love college, una oda a la vida universitaria estadounidense. Una rareza en un g¨¦nero m¨¢s habituado a los relatos de la vida callejera. "No me han disparado nueve veces, no provengo de una familia disfuncional ni tengo amigos en la c¨¢rcel", explica Roth por tel¨¦fono a toda velocidad, "pero s¨ª tengo historias que contar".

Roth proviene de una familia acomodada y se cri¨® en un pl¨¢cido suburbio a las afueras de Filadelfia. "He crecido en una calle con casitas blancas y jardines cuidados, con todos los privilegios que un chico pueda imaginar. De peque?o jugaba al b¨¦isbol y montaba en bici con mis colegas". Una experiencia muy distinta a la de otras estrellas del rap, curtidas en los ¨¢speros guetos de las grandes ciudades estadounidenses.

"Mi padre es director de una empresa. No puedo ir de 'malote"

Empez¨® a rimar a los 15 a?os, y la afici¨®n se la llev¨® a la Universidad de West Chester, en Pensilvania, donde aspiraba a convertirse en profesor de primaria. Un tema suyo colgado en MySpace lleg¨® a o¨ªdos de un productor de Atlanta que le fich¨® s¨®lo una semana despu¨¦s. "Tuve que elegir y escog¨ª las rimas. La universidad siempre va a estar ah¨ª", explica.

Se proclama representante de "una generaci¨®n de chavales que le gusta el hip-hop y no conoce la miseria". Escribe sobre cosas corrientes, como las relaciones con chicas, de sus padres o sobre "dar vueltas en coche por los suburbios escuchando m¨²sica".

En I love college, Roth ensalza las fiestas estilo American Pie, la promiscuidad, la cerveza y el resto de lo que compone la vida universitaria en EE UU. El v¨ªdeo recrea una fiesta en pleno apogeo que termina a la ma?ana siguiente con un Roth resacoso pregunt¨¢ndose en voz alta: "?De verdad me tengo que licenciar o puedo quedarme aqu¨ª el resto de mi vida?". Explica que escribi¨® la canci¨®n cuando ten¨ªa 21 a?os, que ha madurado desde entonces: "Echo de menos la irresponsabilidad de aquellos d¨ªas, pero ya no vivo en ese mundo".

Ahora, reconoce, vive en la carretera. Tras su gira por Europa este verano -que no recal¨® en Espa?a- recorrer¨¢ su pa¨ªs junto al grupo de punk-rock Blink 182.

Las comparaciones con Eminem, el artista blanco de hip-hop con mayor tir¨®n comercial, le irritan. Sus letras provienen de mundos distintos. Incluso cuando se pone chulo, Roth transmite buenas sensaciones. Nada que ver con la agresividad que destila el "Elvis del rap", tan apegado a su dura infancia. "Mi padre es director ejecutivo de una empresa y mi madre da clases de yoga" aclara Roth. "No puedo ir de malote".