Sincronizaci¨®n integral
Hoy d¨ªa las funcionalidades de cada programa o servicio no es necesariamente lo que m¨¢s importa. Cuentan, por supuesto; pero, al lado de lo que pueden hacer, hay que prestar atenci¨®n a un aspecto muy particular para la comodidad de uso: la sincronizaci¨®n.
La discusi¨®n empez¨® en serio con la emergencia de la computaci¨®n en las nubes. Los militantes de esta nueva causa afirmaban que estando siempre conectados no necesit¨¢bamos sincronizaci¨®n. Si el material y el programa que usamos est¨¢n en l¨ªnea, basta con conectarse y utilizar sus funciones.
El problema obvio del planteamiento es que nadie est¨¢ siempre conectado. Los m¨¢s privilegiados (o esclavizados) ven sus conexiones interrumpidas cuando despega o aterriza su avi¨®n. Los dem¨¢s tienen que tomar en cuenta el metro, el bus, las vacaciones, las zonas donde no hay cobertura... un sinf¨ªn de momentos y lugares en los cuales -para bien o para mal- no hay acceso a la red de redes.
Consciente de esta realidad subvalorada por muchos desarrolladores e inversionistas, Gmail, el servicio de correo electr¨®nico de Google, permite desde enero contestar sus correos offline, sin conexi¨®n. En mayo lo agregaron a Google Reader, su programa de lectura de flujos RSS.
Este primer paso de la sincronizaci¨®n ya no es suficiente. Necesitamos tambi¨¦n que nuestros aparatos sincronicen autom¨¢ticamente sus contenidos a medida que los metamos en uno o en otro.
Por ejemplo, si en el curso de una conversaci¨®n surge una idea, la referencia a un libro o a una pel¨ªcula que me interesan, la anoto en mi tel¨¦fono m¨®vil y quiero tener la informaci¨®n en mi computadora cuando llegue a casa. No me interesa saber lo que est¨¢ en las nubes ni la tecnolog¨ªa utilizada. Me importa que lo que introduzco en determinado momento en un aparato sea alcanzable en cualquier momento y en cualquiera de los aparatos que use. Podemos llamar a esto "sincronizaci¨®n integral". Implica todos los momentos, lugares y aparatos sin requerir ninguna acci¨®n particular de la persona. Se hace autom¨¢ticamente.
Esta funci¨®n resulta tan importante que llega a guiarme en la selecci¨®n de ciertos programas. Es el caso de Evernote, uno de los programas m¨¢s vers¨¢tiles del momento. Permite tomar notas en formato texto, sonido, foto y v¨ªdeo. Es capaz de leer el texto de los objetos fotografiados. Si fotograf¨ªo con mi m¨®vil la portada de un libro, Evernote la entiende, lo que me permite buscar f¨¢cilmente lo que se dice de ¨¦l en la web. Lo mismo ocurrir¨ªa con las tarjetas de visita, la fachada de un restaurante o cualquier comercio.
Tengo instalado Evernote en la computadora de casa, en el m¨®vil y en el port¨¢til que llevo cuando salgo, as¨ª como en una cuenta gratis en Evernote.com. Ya no tomo mis apuntes en Word o cualquier otro programa de tratamiento de texto. Los tomo en Evernote y cuando estoy conectado la sincronizaci¨®n se hace sola mientras escribo. Si no tengo Internet, se hace cuando me conecto.
Pero Evernote es un programa excepcional que tendr¨ªa utilidad (menos) aun sin sincronizaci¨®n integral.
No pasa lo mismo con OmniFocus (Mac, Universal), un programa de gesti¨®n de actividades. Comenc¨¦ por utilizar Things (Mac), pero la sincronizaci¨®n me pareci¨® deficiente y, por esta ¨²nica raz¨®n, decid¨ª utilizar OmniFocus, cuya complejidad no me ayudaba mucho. Hoy d¨ªa OmniFocus permite un uso m¨¢s sencillo y Things facilita la sincronizaci¨®n, pero hay que estar conectado a la misma red Wi Fi lo que es una limitaci¨®n.
En resumen, la sincronizaci¨®n integral se hace autom¨¢ticamente a medida que uno trabaja e implica a todos los aparatos que uno emplea, independientemente del lugar y del momento en el que se encuentra. Si no hay conexi¨®n, la operaci¨®n se har¨¢ cuando la haya, sin intervenci¨®n alguna del usuario.
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