Georgia, una oportunidad perdida
Por la decisi¨®n adoptada el 2 de diciembre de 2008, el Consejo de la Uni¨®n Europea encarg¨® a una Misi¨®n Internacional Independiente de Investigaci¨®n que investigara el conflicto de agosto de 2008 en Georgia. El Consejo me nombr¨® Jefe de la Misi¨®n de Investigaci¨®n, y dej¨® en mis manos todos los tr¨¢mites y decisiones relativas a los m¨¦todos de funcionamiento. Ya hemos concluido nuestro trabajo y remitido el informe al Consejo, a las partes en conflicto, a la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) y a Naciones Unidas.
Es un placer para m¨ª agradecer al consejo de la UE su fe y su confianza. Y con un sentimiento de gratitud me gustar¨ªa mencionar a aquellos -expertos y miembros de un Consejo Asesor de gran calibre- que contribuyeron a este trabajo dentro y fuera de la misi¨®n. Tambi¨¦n deseo reconocer mi agradecimiento por la buena cooperaci¨®n que la misi¨®n ha recibido a escala internacional y, sobre todo, la de las partes en conflicto.
Todas las partes -Rusia, Georgia, Osetia del Sur, y Abjazia- vulneraron el derecho
He aceptado la investigaci¨®n ordenada por la UE por diversas razones:
En primer lugar, porque considero un gran honor y una se?al de confianza que la UE haya asignado una tarea tan delicada a un representante de un pa¨ªs no miembro.
En segundo lugar, porque durante los muchos a?os que pas¨¦ trabajando en el C¨¢ucaso tuve la inc¨®moda sensaci¨®n de que en la regi¨®n se estaban desarrollando propensiones y tendencias contrarias a todas las misiones de paz de Naciones Unidas y de la OSCE sobre el terreno. Sin la adecuada reacci¨®n en nombre de la comunidad internacional que habr¨ªa sido necesaria para frenar la mortal espiral de enfrentamientos, estos sucesos conducir¨ªan inevitablemente a las hostilidades abiertas. Cuando de hecho estallaron el pasado agosto, era demasiado tarde para intervenir y lo que podr¨ªa haberse evitado se convirti¨® en una guerra breve y encarnizada que no s¨®lo lo cambi¨® todo sobre el terreno sino tambi¨¦n en las relaciones entre Occidente y Rusia. Ahora es mucho m¨¢s dif¨ªcil vislumbrar una soluci¨®n a los conflictos, porque ¨¦stos est¨¢n mucho m¨¢s alejados que nunca de una soluci¨®n aceptable para todas las partes afectadas.
En tercer lugar, acept¨¦ este encargo porque creo firmemente que durante muchos a?os el C¨¢ucaso ha recibido muy poca atenci¨®n en comparaci¨®n con otras regiones europeas y cercanas a Europa desgarradas por la guerra. Esto guarda relaci¨®n con la ignorancia b¨¢sica sobre el C¨¢ucaso del sur, por no hablar de Georgia, Osetia del Sur y Abjazia. Con este informe, mi esperanza era que nuestra conciencia se centrara m¨¢s en esta regi¨®n importante y en muchos sentidos fascinante.
Y en ¨²ltimo lugar, aunque no menos importante, acept¨¦ esta investigaci¨®n porque creo que las negociaciones son el ¨²nico medio duradero para solucionar conflictos y disputas territoriales. Los conflictos s¨®lo pueden resolverse mediante la comprensi¨®n, los pactos y las concesiones, mediante la aceptaci¨®n de que no hay una sola verdad, la verdad de un bando en un contexto determinado, sino que cada parte de un conflicto tiene un derecho genuino a recibir una parte equitativa en cualquier acuerdo justo y que, a fin de cuentas, cualquier soluci¨®n alcanzada por la fuerza es una especie de boomerang, vuelve inevitablemente, a veces incluso con m¨¢s violencia que antes.
El estallido del conflicto en agosto de 2008 no fue m¨¢s que el punto culminante de un largo periodo de tensiones, provocaciones e incidentes cada vez m¨¢s frecuentes en la regi¨®n. Aunque es cierto que Georgia inici¨® en efecto las hostilidades a gran escala con el bombardeo de Tsjinvali, capital de Osetia del Sur, la noche del 7 al 8 de agosto, todos los bandos -Rusia, Georgia, Osetia del Sur y Abjazia- han quebrantado el derecho internacional.
Este informe intenta responder a una serie de preguntas importantes en relaci¨®n con el conflicto de agosto de 2008. Sin embargo, es necesaria una nota de advertencia: el informe refleja la informaci¨®n de que ha dispuesto la Misi¨®n hasta el final del mandato, es decir, hasta finales de septiembre de 2009. Es muy posible que sigan surgiendo nuevas pruebas que corrijan o modifiquen algunos de los hallazgos y conclusiones de la Misi¨®n.
El informe presenta un cuidadoso an¨¢lisis de los or¨ªgenes y las causas fundamentales de los conflictos en Georgia y de las percepciones, o m¨¢s bien las ideas falsas, transmitidas de generaci¨®n en generaci¨®n. De hecho, las ¨¦lites nacionales de Georgia, Abjazia y Osetia del Sur estaban firmemente convencidas de que las dem¨¢s comunidades hab¨ªan sido decisivas en la opresi¨®n de su respectiva comunidad nacional.
El informe profundiza en la manera en que la desconfianza de todos los bandos evolucion¨® hasta convertirse en uno de los obst¨¢culos importantes para alcanzar una soluci¨®n pac¨ªfica de los conflictos. Aparte de estos antecedentes hist¨®ricos, se proporciona una descripci¨®n del entorno internacional, que no era ni mucho menos propicio para la paz y a la estabilidad en la regi¨®n. Las tensas relaciones entre Georgia y Rusia, cuestiones pol¨ªticas tan importantes como la independencia de Kosovo y las aspiraciones de Georgia a entrar en la OTAN no contribu¨ªan lo m¨¢s m¨ªnimo a suavizar las tensiones existentes. El informe realiza adem¨¢s un an¨¢lisis de m¨¢s de 15 a?os de procesos de paz en Osetia del Sur y Abjazia y explica por qu¨¦ estas iniciativas acabaron fracasando.
Incluye tambi¨¦n una relaci¨®n de temas jur¨ªdicos relacionados, como el derecho a la autodeterminaci¨®n y a la secesi¨®n, y si Osetia del Sur y Abjazia tienen ese derecho. La respuesta es s¨ª a la autodeterminaci¨®n, pero no a la secesi¨®n fuera del contexto colonial. Otro elemento importante que influye en la situaci¨®n sobre el terreno es la concesi¨®n masiva de la nacionalidad y de pasaportes rusos a ciudadanos de las dos regiones independentistas, una pol¨ªtica que conforme al derecho internacional equivale a interferir en los asuntos internos de Georgia y a quebrantar la integridad territorial y la soberan¨ªa georgianas. Adem¨¢s, el reconocimiento de Osetia del Sur y Abjazia como pa¨ªses independientes por parte de Rusia debe considerarse nulo de acuerdo con el derecho internacional, y un quebrantamiento de la integridad territorial de Georgia.
El informe presenta a continuaci¨®n un relato de los acontecimientos militares acaecidos en agosto de 2008, precedido por lo que yo denominar¨ªa "los puntos de vista de los bandos", en los que georgianos, rusos, osetios del sur y abjazios presentan sus opiniones sobre lo ocurrido. Es cierto que las apreciaciones divergen en gran medida y es dif¨ªcil entender c¨®mo, bas¨¢ndose en puntos de vista tan contradictorios, los bandos podr¨ªan llegar a entender qu¨¦ es lo que hay que hacer para mejorar la situaci¨®n. El mayor reto para la Misi¨®n fue establecer la verdadera secuencia de los acontecimientos ocurridos en agosto de 2008, dada la multitud de informaciones contradictorias recibidas.
El informe se centra adem¨¢s en un an¨¢lisis sobre el uso de la fuerza as¨ª como la amenaza de fuerza (Art. 2(4) de la Carta de Naciones Unidas) por parte de todos los bandos. Todas las partes actuaron en contra del derecho internacional: Georgia, al lanzar un ataque militar contra Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur; Mosc¨², con una intervenci¨®n militar que super¨® con creces las necesidades de una defensa proporcionada de las fuerzas de paz rusas en Tsjinvali que hab¨ªan sido objeto del ataque georgiano. Y aunque Osetia del Sur actu¨® en leg¨ªtima defensa contra el ataque de artiller¨ªa georgiano, ciertamente infringi¨® el derecho internacional al seguir combatiendo en aldeas de etnia principalmente georgiana despu¨¦s de que el 12 de agosto de 2008 se acordase el alto el fuego. Adem¨¢s, a pesar de los argumentos abjazios, la captura del alto Valle del Kodori fue contraria al derecho internacional.
En lo referente a los controvertidos asuntos relacionados con el Derecho Humanitario Internacional y la Ley de Derechos Humanos, una de las principales conclusiones del Informe es que todas las partes los han quebrantado masivamente. La Misi¨®n lleg¨® a la conclusi¨®n de que las alegaciones planteadas por Rusia y Osetia del Sur de que los georgianos cometieron genocidio contra la poblaci¨®n de Osetia del Sur siguen sin sostenerse debido, entre otras razones, a la ausencia de la intenci¨®n espec¨ªfica exigida conforme al derecho internacional para que se establezca el genocidio. Por otra parte, hay serios indicios de que en muchos casos se produjo una limpieza ¨¦tnica contra habitantes de etnia georgiana y sus aldeas y asentamientos en Osetia del Sur. Hay otras muchas infracciones de la Ley de Derechos Humanos cometidas por los dos bandos en el transcurso de las hostilidades, como los ataques indiscriminados, el maltrato a las personas, la destrucci¨®n arbitraria de inmuebles y los desplazamientos forzosos, las palizas, las detenciones ilegales y la toma de rehenes. Se plantean dudas respecto a la determinaci¨®n o la capacidad de las fuerzas rusas para prevenir y parar las transgresiones perpetradas por las fuerzas regulares y los grupos armados irregulares de Osetia del Sur antes y despu¨¦s de que entrase en vigor el alto el fuego.
El informe concluye con el segundo plan (de aplicaci¨®n) de alto el fuego firmado por Rusia y Georgia, en el que actu¨® como intermediario el presidente [franc¨¦s] Nicolas Sarkozy el 8 de septiembre de 2008. En ese momento los acontecimientos volvieron a la mesa de negociaciones y se trasladaron as¨ª nuevamente del campo de batalla a la diplomacia.
Heidi Tagliavini, embajadora suiza, es jefa de la Misi¨®n Internacional de Investigaci¨®n del Conflicto en Georgia. El informe puede consultarse en www.ceiig.ch
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