Hipocres¨ªa
De vez en cuando disfrutamos del espect¨¢culo que nos ofrecen unos atletas a los que la naturaleza ha dotado de unas determinadas caracter¨ªsticas f¨ªsicas. Tambi¨¦n asistimos a conciertos donde los int¨¦rpretes nos hacen disfrutar de su voz. Son deportistas y artistas que ofrecen sus habilidades corporales a cambio de dinero. Son profesionales.
Tambi¨¦n las prostitutas utilizan su cuerpo y cobran por ello, pero con la diferencia de que las profesiones de los primeros est¨¢n reguladas por la ley, ellos pueden elegir libremente en qu¨¦ estadio o teatro quieren trabajar e incluso pueden tomarse un periodo de tiempo de descanso si as¨ª lo necesitan o lo requiere su salud. Por contra, las prostitutas no tienen regulada su profesi¨®n, no tienen derechos, ni horarios, ni Seguridad Social, no eligen a la empresa para la que trabajan, normalmente un chulo o una mafia, y tampoco eligen a sus clientes. Su salario es un poco de dinero y que no las rajen la cara por rebelarse.
Los pol¨ªticos tienen la obligaci¨®n humana, moral y pol¨ªtica de regular e igualar los derechos y las obligaciones de toda persona, trabaje con su cuerpo, con su inteligencia o con lo que pueda. ?Y que se est¨¢ haciendo mas all¨¢ de hablar de ello en algunas tertulias? Limitar el problema a una simple cuesti¨®n de est¨¦tica. Las putas trabajando en la calle dan mala imagen, deval¨²an la ciudad y adem¨¢s quitan votos. Si al problema se le quita el apellido de "callejera", problema solucionado. La hipocres¨ªa de la est¨¦tica.
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