Menosprecio y alabanza de Rusia
Para no abandonar la tradici¨®n de la paradoja en la cultura rusa, quiz¨¢ haya que empezar leyendo Absurdist¨¢n de Gary Shteingardt (Alfaguara) para comprender qu¨¦ sucede, y por qu¨¦, en la actualidad literaria rusa. Ten¨ªa que ser un jud¨ªo neoyorquino nacido en San Petersburgo quien trazase un primer mapa, tan delirante como preciso, en el que situar la realidad sobre la que escriben los nietos de la perestroika. Porque pese al encomiable esfuerzo de tenaces editores como Set¨® o Sureda, capaces de rescatar en las mejores condiciones cl¨¢sicos como Tolst¨®i o Ch¨¦jov -sin los cuales no se entiende este siglo y medio de escrituras de vanguardia, y ¨¦sta quiz¨¢ sea la ¨²nica conclusi¨®n "acad¨¦mica" alcanzable despu¨¦s de leer lo ¨²ltimo publicado- y novelas tot¨¦micas como Una saga moscovita de Axi¨®nov (La Otra Orilla), a cualquier lector se le hace muy dif¨ªcil saber a ciencia cierta por qu¨¦ derroteros discurren las letras rusas de hoy. Hay un submundo alternativo en el que los versos de Asya D¨®lina revuelven la conciencia de los lectores m¨¢s inquietos; hija de la poeta y cantautora Ver¨®nica D¨®lina, la creadora de Trepanga ilustra bien la digesti¨®n del gran legado l¨ªrico del siglo XX, desde Anna Ajm¨¢tova (C¨¢tedra) hasta Joseph Brodski (Igitur). En ese complejo proceso el papel de V¨ªktor Pelevin es fundamental; disponemos de cinco t¨ªtulos esenciales para bucear en su original obra y tit¨¢nica apuesta por dejar en evidencia los desmanes, morales y est¨¦ticos de Rusia: La vida de los insectos (Destino), Omon Ra, El me?ique de Buda y Homo Zapiens (Mondadori) y, reci¨¦n aparecido, El yelmo del horror (Salamandra). Partiendo de un humor sin concesiones, Pelevin hace la autopsia de su pa¨ªs y eviscera con delectaci¨®n la industria de la cultura y los medios de comunicaci¨®n integrando nociones del lenguaje generalmente reservadas a fil¨®sofos o humoristas.
M¨²sica militar de Vlad¨ªmir K¨¢miner (RBA) es un t¨ªtulo muy recomendable para poner en su lugar cada pieza del absurdo durante los estertores del socialismo; en La maleta de Sergu¨¦i Dovl¨¢tov (Met¨¢fora) quedan para la historia los trajes que ya no se pondr¨¢n los nuevos narradores rusos, concentrados como est¨¢n en sobrevivir a una nueva f¨®rmula de capitalismo. Internet es capital en el nuevo reparto de informaci¨®n y contenidos y en el renacimiento de las librer¨ªas de autor donde se vende a Sorokin y a Yerof¨¦ev sin ignorar el pujante g¨¦nero negro bien exportado, como Alexandra Mar¨ªnina (Planeta) o Bor¨ªs Akunin (Salamandra). Este ¨²ltimo autor es quiz¨¢ el mejor perfil para identificar el relevo generacional. Tras ¨¦l, la m¨¢s relevante de las actuales voces rusas es Evgueni Grishkovets (La camisa, 451), que ha optado por una radical desacralizaci¨®n del papel del escritor y cultiva el teatro, como autor e int¨¦rprete, con la misma naturalidad que la m¨²sica, el c¨®mic o el cabar¨¦ pol¨ªtico. Por aqu¨ª van los tiros en lo que se dio en llamar la sexta parte del mundo y en la que se menosprecia de facto la cultura del poder pol¨ªtico y econ¨®mico que simboliza el Kremlin como fortaleza (urgir¨ªa que se traduzca el 2008 de Sergu¨¦i Dorenko, atroz s¨¢tira pol¨ªtica que resit¨²a los tradicionales fantasmas culturales del ruso medio) mientras se alaba sin estridencias un confortable kolj¨®s sentimental lleno de gui?os a la era sovi¨¦tica y sus iconos.
V¨ªctor Andresco (Madrid, 1966) se licenci¨® en Filolog¨ªa Eslava en la Universidad Complutense. Entre 2004 y 2008, dirigi¨® el Instituto Cervantes de Mosc¨² y, en la actualidad, dirige el centro de Mil¨¢n. Su ¨²ltima novela publicada es A buenas horas cartas de amor (Belacqva, 2008) y trabaja en un libro titulado Mi gran novela rusa. Rusia es el pa¨ªs invitado en la XXVII Feria Internacional del Libro Liber. Del 7 al 9 de octubre. Lugar: IFEMA. Madrid.
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