Cuerdas hipn¨®ticas
El Festival de M¨²siques del M¨®n comenz¨® con muy buen ritmo el viernes por la noche. El ya veterano evento (este a?o alcanza la decimocuarta edici¨®n) est¨¢ ahora organizado s¨®lo por el Auditori barcelon¨¦s, que ha dado un giro en su planteamiento centr¨¢ndose exclusivamente en el continente africano. As¨ª, en su primera noche, fue la m¨²sica de Mali (que copar¨¢ tres de los cinco conciertos programados) la que abri¨® fuego. Y de fuego debe hablarse, ya que el grupo de Bassekou Kouyat¨¦, a pesar de la frialdad de los asistentes, consigui¨® convertir el escenario de la sala mediana del Auditori en un volc¨¢n en erupci¨®n.
Bassekou Kouyat¨¦ es un aut¨¦ntico virtuoso de un peque?o instrumento de cuerda denominado ngoni, que muchos ven como precursor del banjo. Sus solos son apabullantes y se lanzan a menudo, para sorpresa de propios y extra?os, por los senderos del blues sin dejar nunca su esencia africana. Kouyat¨¦ sorprendi¨® extrayendo del peque?o instrumento sonoridades penetrantes y de gran belleza, pero en realidad lo atractivo de la velada fue la globalidad de su propuesta.
FESTIVAL DE M?SIQUES DEL M?N
Bassekou Kouyat¨¦ & Ngoni Ba.Auditori de Barcelona,2 de octubre.
Una cantante, dos percusionistas y otros tres int¨¦rpretes de ngoni secundaron a Kouyat¨¦ y fue la euf¨®rica mezcla de ritmos coloristas que se sucedieron lo que levant¨® la velada. Una m¨²sica hipn¨®tica surgida de cuerdas ancestrales y puntuada por una calabaza y una especie de cabasa que lo inflamaba todo y era capaz de poner en movimiento hasta las butacas. En cualquier otro local no se hubiera parado de bailar, pero la seriedad del entorno fren¨® a muchos.
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