Ni Detroit ni Estambul: ?msterdam

En su discurso de presentaci¨®n, quiz¨¢s premonitorio, ante la asamblea del COI, Alberto Ruiz-Gallard¨®n reflexion¨® sobre el concepto de fracaso. Fracaso no es perder; fracaso es rendirse, vino a decir el alcalde de Madrid. Fracaso no es presentarse dos veces seguidas y no conseguir los Juegos, se podr¨ªa colegir siguiendo su hilo; fracaso es no presentarse una tercera vez consecutiva.

Si lo hace, si en los pr¨®ximos meses la ciudad de Madrid se postula para organizar los Juegos Ol¨ªmpicos de 2020, tampoco inventar¨¢ la p¨®lvora. La historia de las candidaturas a la organizaci¨®n de la cita est¨¢ llena de casos en los que la persistencia acab¨® en ¨¦xito (y tambi¨¦n de reyes de la perseverancia hasta el aburrimiento y el fracaso).

Los ?ngeles puj¨® nueve veces para organizar dos citas ol¨ªmpicas

De hecho, no son muchas las ciudades que han conseguido la designaci¨®n a la primera en los 28 Juegos ya disputados o atribuidos: ocho de 22, si no se cuenta a Atenas, que inaugur¨® los Juegos modernos en 1896, y teniendo en cuenta que algunas han organizado u organizar¨¢n m¨¢s de un evento, como Londres, que ya ha acogido los de 1908 y 1948 y que organizar¨¢ los de 2012: en los tres casos, los consigui¨® a la primera.

Pero Londres es un caso ¨²nico. Otra ciudad que ha organizado los Juegos m¨¢s de una vez, Los ?ngeles, se ha postulado nueve: los primeros, los de 1932, los logr¨® a la tercera; los segundos, los de 1984, a la sexta (y tercera consecutiva).

Tambi¨¦n al tercer intento consecutivo consigui¨® ?msterdam organizar los de 1928. Son ejemplos de perseverancia ol¨ªmpica premiada y, dado que la historia fluye a un ritmo propio en los salones del COI, tampoco pierden validez por el tiempo que ha transcurrido desde que se produjeron.

De todas maneras, se dan igualmente ejemplos de persistencia sin premio, como el de Detroit, que solicit¨® seis veces en vano los Juegos entre 1952 y 1972. O como, un caso m¨¢s reciente, Estambul, candidata en las cuatro ¨²ltimas pujas, desde 2004 hasta 2016. No se sabe si la ciudad a caballo entre Europa y Asia pujar¨¢ una quinta vez consecutiva, pero s¨ª que en 2020 piensan ya pesos pesados europeos como Roma, que consigui¨® los Juegos de 1960 a la cuarta (no consecutiva), o Berl¨ªn, que trampe¨® los procedimientos para arrebatar los de 1936 a Barcelona. Y tambi¨¦n, quiz¨¢s, Par¨ªs, que fracas¨® pidiendo los de 2008 y 2012 y que descans¨® en los de 2016 conocedora de que la ley de rotaci¨®n continental (no escrita, pero tan fuerte como la de Newton), dictaba que no tocaba Europa.

Lo que no est¨¢ tan claro es que en 2020 toque de nuevo al continente que ha organizado m¨¢s de la mitad de los Juegos: el ritmo los ¨²ltimos tiempos deja abierto un regreso a Asia u Ocean¨ªa. O a un estreno de ?frica, el ¨²nico ol¨ªmpicamente virgen.