M¨¢s que un partido de gobierno
En los proleg¨®menos del V Congreso, Patxi L¨®pez expresaba la ambici¨®n pol¨ªtica de los socialistas vascos al anunciar que aqu¨¦l deb¨ªa ser el congreso que pusiera al PSE-EE "en pista para ser el partido de gobierno que Euskadi necesita". Para lograrlo propon¨ªa tres pilares: consolidar su autonom¨ªa frente a las tutelas de PNV y PP, fortalecer su unidad tras superar una crisis interna y ejercer una pol¨ªtica de oposici¨®n responsable, "como si ya fuera un partido de gobierno". Cuatro a?os despu¨¦s el PSE-EE celebra su primer congreso con un lehendakari socialista.
La magnitud del ¨¦xito invita a pensar en este VI Congreso como en un momento de celebraci¨®n. Las carreras, los corrillos y las suspicacias entre unos y otros, tan habituales en los congresos de partido, ser¨¢n menos relevantes esta vez y dejar¨¢n paso a un reparto mucho m¨¢s generoso de sonrisas, felicitaciones y abrazos, aun con el doloroso recuerdo de los compa?eros asesinados por ETA que quedaron en el camino. Un vil tributo impuesto a la actividad pol¨ªtica de algunos vascos, que sigue demandando del conjunto de esta sociedad una reacci¨®n acorde con el desaf¨ªo que esa amenaza nos plantea a todos.
Debe evitar ser absorbido por las necesidades de la gesti¨®n gubernamental y los embates de la oposici¨®n
Con todo, en la previa de este VI Congreso, la ambici¨®n del anterior parec¨ªa haberse dilu¨ªdo en la posibilidad de extender el apoyo parlamentario del PP a instituciones forales y locales. Admito que no tengo claro cu¨¢nto de ello se debe a errores propios y cu¨¢nto al papel de unos medios de comunicaci¨®n que no son ya unos agentes m¨¢s, sino muchas veces el filtro ¨²ltimo de la comunicaci¨®n pol¨ªtica de los partidos. Sospecho que en ocasiones los medios se convierten en un trasunto pol¨ªtico de los false friends a que se enfrenta cualquier estudiante de ingl¨¦s. Lo cierto es que no ha sido una pol¨¦mica menor y, aunque atajada de alguna forma, expresa bien el principal reto al que se enfrenta el PSE-EE a partir de este congreso.
Porque una cosa es la importancia que la acci¨®n de gobierno, y su defensa, adquieren para los partidos que acceden a ¨¦l y otra muy distinta que el partido se convierta en un mero ap¨¦ndice defensivo del gobierno. Sustituir uno por otro, aunque sea m¨¢s poderoso, no parece sensato cuando se tiene la posibilidad de contar con dos instrumentos para impulsar el proyecto pol¨ªtico. Menos a¨²n en un contexto tan plural, social e institucionalmente, como el vasco. Volviendo al pacto con el PP, ha parecido, a veces, que el PSE-EE delegaba a su posici¨®n en el Gobierno la defensa de ese pacto, con el efecto de confundir su reivindicaci¨®n con la mera estabilidad. Es al PSE-EE a quien corresponde explicarlo en funci¨®n siempre de su proyecto pol¨ªtico. Pero colocar ahora otros carros antes que otros bueyes es un mal atajo, sobre todo cuando se mantienen otros pactos tambi¨¦n vigentes.
M¨¢s all¨¢ de la an¨¦cdota de los pactos, el PSE-EE necesita evitar verse absorbido por las necesidades de la gesti¨®n gubernamental o por la respuesta defensiva frente a los embates de la oposici¨®n. Desde su proyecto pol¨ªtico, y desde su diagn¨®stico de la realidad vasca, le corresponde llenar de propuestas concretas la promesa de cambio. Dotar de contenidos propositivos a la acci¨®n de gobierno es tambi¨¦n la mejor forma de defenderlo. En ese sentido creo que si el anterior congreso buscaba sentar las bases de un partido de gobierno, una vez en ¨¦l la dif¨ªcil tarea que les aguarda -adem¨¢s de la de gobernar- es la de ser m¨¢s que el partido del gobierno. Ganar el futuro sigue siendo el reto.
Alfredo Retortillo es polit¨®logo
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