El recorte
Esta semana la ciudad de Le¨®n ser¨¢ formalmente presentada a la ciudad de Nueva York. Es muy probable que a este acto de pol¨ªtica exterior la ciudad de Nueva York no se persone o se persone m¨ªnimamente y que el p¨²blico asistente se limite a ese grupo al que Chencho Arias llamaba, con ingenio, "los sospechosos habituales", esos espa?oles fieles a los actos espa?oles, am¨¦n de una serie de periodistas, tambi¨¦n espa?oles, que informar¨¢n en los peri¨®dicos espa?oles de que la ciudad de Le¨®n ha sido presentada en Nueva York.
De vez en cuando asistes a actos sobre la escasa presencia cultural de Espa?a en el extranjero y, por decirlo gr¨¢ficamente, se te cae el alma a los pies. Los creadores, sean cocineros, modistos, cineastas o literatos se enredan en un sinf¨ªn de quejas contra un Estado que, al parecer, les tendr¨ªa que promocionar. Los pol¨ªticos, por su parte, adoptan un discurso triunfalista y se entregan con alegr¨ªa acr¨ªtica a ese puzle en que se ha convertido la acci¨®n cultural, sin que parezca importarles la escasa relevancia que suelen tener sus viajes, sus actos y el gasto que eso supone.
El otro d¨ªa yo misma asist¨ªa a uno de esos debates pl¨²mbeos en los que, muy al estilo espa?ol, cada artista se quejaba del escaso apoyo que recibe. Es verdaderamente c¨®mico escuchar esos lamentos en esta ciudad, Nueva York, en la que cocineros, videoartistas o c¨®micos han de competir salvajemente y a palo seco. Mientras escuch¨¢bamos una sentida queja sobre lo poco que se valora a los cocineros de ¨¦lite en nuestro pa¨ªs (?poco?), el amigo que me acompa?aba, un joven cient¨ªfico cuyo futuro, sin remedio, est¨¢ en el extranjero, me susurraba: "De nosotros nadie se acuerda nunca". Andaba deprimido por el recorte en los presupuestos de investigaci¨®n. Todo llegar¨¢, le dije, recuerda que el presidente inaugur¨® hace un a?o la sociedad del conocimiento. Ah.
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