?Por qu¨¦ gir¨® el PP a la derecha?
Confieso que navego en un mar de dudas (aunque me consuelo con aquella reflexi¨®n de Bertrand Russell de que el problema de la Humanidad es que los est¨²pidos est¨¢n seguros de todo). Y tampoco es que las dudas sean de especial relevancia. Una es la raz¨®n de la actual deriva autoritaria del PP de Galicia, precisamente en contra de su pasada trayectoria y del hecho de que tampoco es que goce hoy de una mayor¨ªa social abrumadora que justifique esa actitud, o como dec¨ªa el cupl¨¦ de Olga Ramos y Sarita Montiel, "de d¨®nde saca, pa tanto como destaca". Gran parte de la opini¨®n publicada y de las declaraciones de los pol¨ªticos de la oposici¨®n atribuyen la pasi¨®n recentralizadora y las querencias parafranquistas a la actitud del lobo que se ha despojado de la piel de cordero. Pero a m¨ª siempre me pareci¨®, hasta el punto de escribirlo, que lo que caracterizaba al actual pensamiento conservador es una despreocupada falta de ideolog¨ªa. Ahora ya no s¨¦.
Lo malo es el nefasto ejemplo. El mensaje que emiten de que, con tal de ganar, todo vale
Un ejemplo sutil de esa deriva parafranquista es que el titular de Educaci¨®n tilde de "politizadas" a las asociaciones de padres de alumnos que critican su gesti¨®n, o de "ideol¨®gica" la formaci¨®n que recib¨ªan los infantes en las extintas galescolas. Lo pol¨ªtico no es patrimonio exclusivo de quienes cobran por ello, y lo l¨®gico es que la fiscalizaci¨®n de las decisiones pol¨ªticas se haga desde ese punto de vista, y no desde el militar, el arqueol¨®gico o el vitivin¨ªcola. En cuanto a lo de las escuelas infantiles, no se entiende por qu¨¦ era ideol¨®gico usar en ellas el idioma gallego y no lo es usar otro, por no hablar de lo inadecuado del concepto "ideologizaci¨®n" a esas edades (salvo que potenciar el control de esf¨ªnteres sea conservador porque reprime las expansiones corporales y los juegos participativos sean progresistas porque promueven las actitudes tolerantes). Por una parte, esa consideraci¨®n de pol¨ªtica e ideolog¨ªa como algo malo y ajeno recuerda poderosamente aquel famoso consejo de Franco "haga como yo, no se meta en pol¨ªtica". Sin embargo, por otra, parece evidente que entre el conselleiro Jes¨²s Vazquez y el alcalde de Beade que le hac¨ªa misas al Caudillo apol¨ªtico no hay muchos m¨¢s puntos de coincidencia que ser de Ourense y del PP. O sea, que no me aclaro mucho.
El ejemplo basto de la tal deriva es el conjunto de ocurrencias del PP coru?¨¦s. No hablo de eso que llaman "el top¨®nimo" y que desde hace un cuarto de siglo usan diversos diestros como capote ante la ciudadan¨ªa, consiguiendo que parte de ella siga embistiendo y entrando al trapo. Me refiero a la sorprendente defensa de figuras como la de Mill¨¢n Astray en base a su condici¨®n de coru?¨¦s, comprensi¨®n ciudadana in¨¦dita en el ¨¢mbito europeo, en el que la localidad austr¨ªaca de Braunau am Inn no reinvindica a Hitler ni la italiana de Predappio a Mussolini. Sin embargo, no veo yo mucho esp¨ªritu legionario en el l¨ªder local de los populares, Carlos Negreira, carioca de nacimiento y amable en el trato. Ni tampoco en el diputado Pedro Arias, promotor de la peregrina idea de conservar la estatua de Mill¨¢n e instalar una de Unamuno enfrente. (As¨ª, adem¨¢s de mortificar la memoria del escritor por el m¨¦todo de igualar a v¨ªctimas y verdugos, solamente habr¨ªa que dotar de megafon¨ªa a las dos efigies -"?Muera la inteligencia!" / "Vencer¨¦is, pero no convencer¨¦is"- para tener en la Atocha Baja un peque?o parque tem¨¢tico de la infamia). Sigo sin tener claro el porqu¨¦ del giro.
Excepto que la raz¨®n ¨²ltima de que aquella organizaci¨®n regionalista partidaria de la econom¨ªa social de mercado se haya convertido en la corriente m¨¢s derechista del PP radique precisamente en su debilidad electoral. Berlusconi hab¨ªa perdido las ¨²ltimas elecciones por unos 20.000 votos y por la reforma electoral que ¨¦l mismo hab¨ªa perge?ado para que le beneficiase en su d¨ªa. As¨ª que no dud¨® en adoptar ideas y candidatos de formaciones neofascistas como Forza Nuova y Fiamma Tricolore, que suelen tener un 2% de los votos. Gan¨®. Una excelente jugada, desde el punto de vista del c¨¢lculo electoral.
Lo malo es el nefasto ejemplo desde los dem¨¢s puntos de vista. El problema de que unos dirigentes pol¨ªticos se comporten como si a?orasen el franquismo no son las alas que les dan a los sectores que s¨ª lo a?oran (que incluso en A Coru?a son muchos menos de los que se suponen desde fuera), sino el mensaje que emiten a los que no: el de que, con tal de ganar, todo vale. O tanto tiene, dicho en coru?¨¦s. Hist¨®ricamente, en ese caldo ha crecido el descr¨¦dito de la clase pol¨ªtica, de las instituciones, del sistema democr¨¢tico. Perm¨ªtanme otra cita de Bertrand Russell: "?Para qu¨¦ repetir los errores antiguos habiendo tantos errores nuevos que cometer?"
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