Chaquetas ol¨ªmpicas
La tarde en que supe, sentada ante el televisor con una bolsa de patatas fritas, que los Juegos Ol¨ªmpicos de 2016 no se celebrar¨ªan en Madrid lo primero que se me pas¨® por la cabeza fue qu¨¦ destino se le dar¨ªa a todas las chaquetas verdosas que llevaba la delegaci¨®n espa?ola. ?Tendr¨¢n que devolverlas a alg¨²n sitio oficial? ?Podr¨¢n qued¨¢rselas como recuerdo de una decepci¨®n? Tenemos la mala costumbre de guardar y recordar s¨®lo lo bueno, lo positivo, el ¨¦xito, y nos olvidamos de que el 80% de la vida es pelea y decepci¨®n. No estar¨ªa mal que, junto con las copas y los triunfos de la vitrina, tambi¨¦n les ense?¨¢ramos a nuestros hijos y nietos la chaqueta verdosa del "no" y el fracaso, para que no se hundan y se depriman cuando el mundo no se ajuste a sus expectativas. Si en lugar de ense?arles s¨®lo los logros y de arrinconar al que no ha llegado a ser premio Nobel, se le diese visibilidad (como se dice ahora) al que simplemente se dedica a hacer algo con intensidad e ilusi¨®n, contribuir¨ªamos a que los que nos siguen fuesen menos infelices.
Ya que no habr¨¢ Juegos, podr¨ªamos aprovechar y mejorar las instalaciones que usa la gente
No es tan f¨¢cil que todo cuadre, pero no por eso te pongas triste, ni te desesperes, la vida te reserva muchas sorpresas. Quiz¨¢ el mundo est¨¦ tratando de ense?arnos algo, pero somos tan cabezotas que nos cuesta cambiar de registro. Los duros chicos de Lehman Brothers parec¨ªan la realidad, lo s¨®lido, lo pr¨¢ctico, la ley de la gravedad, y mira por d¨®nde todo era un espejismo. Ya no creo en la gravedad, ni en la seriedad. La seriedad y gran gravedad del presidente del COI me dejaban muy intrigada mientras rasgaba el sobre con el resultado de las votaciones y yo me met¨ªa otra patata frita en la boca. Ya no creo en la gente que impone una exagerada seriedad como si llevara su superioridad moral esculpida en la cara. Hechizada por esos rasgos p¨¦treos casi no me enter¨¦ del resultado. Conque R¨ªo de Janeiro... Vaya chasco para los que estaban en la plaza de Oriente. Por mi parte no sab¨ªa muy bien qu¨¦ sentir. Ya no me entusiasmo a lo loco porque, lo digo en serio, no he llegado a enterarme de en qu¨¦ nos favorecer¨ªan a los madrile?os unas olimpiadas, ?nos dar¨ªan dinero para sufragar las infraestructuras?, no me ha llegado la informaci¨®n de c¨®mo nos beneficiar¨ªa en t¨¦rminos econ¨®micos. Por supuesto el nombre de Madrid se har¨ªa m¨¢s internacional, hay que reconocer que Barcelona salt¨® al escenario mundial, pero tambi¨¦n se podr¨ªa pensar en otras maneras de conseguirlo. En el fondo, cuando veo las olimpiadas por televisi¨®n, veo estadios, piscinas, podios, atletas at¨¢ndose las zapatillas y muy poco del pa¨ªs, im¨¢genes sueltas, como de postal. De Pek¨ªn s¨®lo se me quedaron algunos trozos de muralla. ?De verdad merece tanto la pena?
En la impecable presentaci¨®n que Espa?a hizo en Copenhague se dijo, si no recuerdo mal, que Madrid era una ciudad que ama el deporte. Y es verdad. Jugamos al f¨²tbol, al tenis, corremos por los parques, vamos en bicicleta, acudimos masivamente a las piscinas. Desde hace unos 10 a?os para ac¨¢ el ejercicio f¨ªsico forma parte del d¨ªa a d¨ªa y del paisaje, y da gusto ver a la gente cuidarse, correr y saltar o moverse como buenamente pueda. El deporte se ha metido dentro de los ambulatorios y nuestros mayores se han lanzado a andar y a nadar para bajar el az¨²car y el colesterol. De pronto el deporte dej¨® de ser s¨®lo un espect¨¢culo, que contempl¨¢bamos desde el sof¨¢ tom¨¢ndonos una cerveza, para mejorar nuestra calidad de vida. Ya ning¨²n intelectual se vanagloria como anta?o de usar s¨®lo la cabeza, no hay excusas para estar hecho un asco. Lo que quiero decir es que puesto que no tenemos olimpiadas podr¨ªamos aprovechar para mejorar las instalaciones que usa la gente. Por ejemplo hay piscinas municipales (no s¨¦ si todas) que no abren los fines de semana en la temporada de invierno, algo incomprensible porque precisamente es cuando se tiene tiempo para hacer ejercicio. ?No es un desperdicio que permanezcan cerradas? Es completamente absurdo. ?Por qu¨¦ alguna de estas piscinas est¨¢ reservada a partir de las seis de la tarde s¨®lo a grupos y no puede asistir el que acaba de salir de la oficina a hacerse unos largos? ?Por qu¨¦ son tan caras cuando deber¨ªan ser gratis, cuando a la larga servir¨ªa para bajar el gasto sanitario?
Pensar a lo grande est¨¢ bien, pero pensar en el ciudadano de a pie est¨¢ a¨²n mejor. Francamente creo que en esta ciudad se puede hacer m¨¢s para incentivar y facilitar el deporte en todas las edades. Parte del dinero que nos ¨ªbamos a gastar en esos fastos se podr¨ªa dedicar a algo m¨¢s real y pr¨¢ctico.
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