Ir¨¢n investiga la venta de la telef¨®nica a los 'pasdaran'
El creciente poder de la Guardia Revolucionaria inquieta al Parlamento
La reciente privatizaci¨®n de la Compa?¨ªa de Telecomunicaciones de Ir¨¢n (TCI) ha desatado la pol¨¦mica. El Parlamento ha pedido que se investigue la venta de la mitad m¨¢s una de sus acciones a Etemad Mobin, un consorcio asociado al Cuerpo de Guardianes de la Revoluci¨®n Isl¨¢mica, los pasdaran. La Inspecci¨®n General del Estado ha asegurado que revisar¨¢ esa operaci¨®n de 7.900 millones de d¨®lares (m¨¢s de 5.300 millones de euros), la mayor de la historia de la Bolsa de Teher¨¢n. La medida revela la preocupaci¨®n de un sector del r¨¦gimen por el creciente peso econ¨®mico y pol¨ªtico de esa fuerza de ¨¦lite.
La inquietud parece responder m¨¢s a motivos pol¨ªticos que econ¨®micos. Aunque varios responsables de Etemad Mobin, un consorcio de tres empresas, han negado tener v¨ªnculos con los pasdaran, tanto la envergadura de la operaci¨®n como las circunstancias que la rodearon refuerzan la idea de que la Guardia Revolucionaria est¨¢ detr¨¢s. S¨®lo otras dos compa?¨ªas pasaron la selecci¨®n previa y la ¨²nica considerada privada, Pishgaman Kavir Yazd Cooperative, fue descalificada horas antes de la salida a Bolsa por "razones de seguridad", seg¨²n la web de la televisi¨®n estatal PressTV. La que qued¨® finalista estaba vinculada a la milicia basiy¨ª, que depende de los guardianes.
La fuerza de ¨¦lite controla el plan nuclear y varias empresas clave
"Es la reacci¨®n l¨®gica no s¨®lo de los grupos que se quedaron fuera (casi 8.000 millones no es poca cosa), sino tambi¨¦n de quienes quieren frenar el aparentemente irresistible ascenso al poder total del Estado de la Guardia Revolucionaria y sus ac¨®litos en el sector privado", interpreta un embajador occidental con varios a?os de experiencia en el pa¨ªs.
La Guardia Revolucionaria fue creada por Jomeini en 1979 para defender el pa¨ªs de las amenazas internas y externas. Hoy cuenta con 125.000 hombres entre fuerzas de tierra, navales y a¨¦reas, mucho mejor dotadas que el Ej¨¦rcito convencional. Adem¨¢s, acaba de reforzar su servicio secreto, al frente del cual ha nombrado al hoyatoleslam Hosein Taeb, hasta ahora responsable de los basiy¨ªs. Esta milicia se destac¨® en la represi¨®n de las protestas poselectorales y las autoridades estudian su integraci¨®n en la Guardia.
Pero m¨¢s all¨¢ de sus capacidades militares, los pasdaran han evolucionado hasta convertirse en "una de las fuerzas pol¨ªticas dominantes de Ir¨¢n", seg¨²n Frederic M. Wehrey, autor de The Rise of the Pasdaran, un estudio sobre ese Ej¨¦rcito publicado este a?o por la Rand Corporation.
Su influencia ha crecido de la mano de los sectores m¨¢s reaccionarios del r¨¦gimen. El avance de los reformistas a finales de los noventa alent¨® una alianza no expl¨ªcita de aqu¨¦llos con los militares, a la que muchos iran¨ªes atribuyen el triunfo de Mahmud Ahmadineyad en 2005. Ya tras aquellas elecciones, algunos observadores alertaron de una militarizaci¨®n de la pol¨ªtica. En el actual Gobierno, todos los ministros son miembros en activo o en la reserva de la Guardia Revolucionaria, como el propio presidente. Incluso la ministra de Sanidad, Marzieh Vahid Dastyerd¨ª, es una destacada responsable de la rama femenina de los basiy¨ªs. Los conservadores moderados e incluso algunos cl¨¦rigos han expresado su preocupaci¨®n por esa deriva.
De hecho hay analistas que estiman que el poder de los pasdaran supera hoy al del l¨ªder supremo, el ayatol¨¢ Al¨ª Jamenei, quien, seg¨²n la Constituci¨®n, tiene la ¨²ltima palabra en todos los asuntos de Estado. Son ellos los que controlan el desarrollo nuclear y el programa de misiles. Sin embargo, Wehrey se?ala que "no se trata una fuerza monol¨ªtica" y que en ella se reflejan las mismas rivalidades que se observan en la pol¨ªtica iran¨ª.
Empresas propiedad de, o vinculadas a, los Guardianes de la Revoluci¨®n controlan una parcela cada vez mayor de la econom¨ªa iran¨ª (desde proyectos de gas y petr¨®leo hasta cl¨ªnicas que operan los ojos con l¨¢ser o concesionarios de veh¨ªculos, seg¨²n el informe de Rand). Su presencia en todas las fronteras y puertos de entrada del pa¨ªs les convierte en una ventanilla de paso obligado para cualquier importaci¨®n. Los hombres de negocios iran¨ªes se quejan a menudo de que para lograr contratos con el Estado hay que hacerlo a trav¨¦s de compa?¨ªas afiliadas con esa fuerza. Son adem¨¢s las mismas que a menudo se llevan los mejores bocados en el proceso de privatizaci¨®n en marcha desde hace tres a?os.
Y la Guardia Revolucionaria ha dado pruebas de su determinaci¨®n para hacerse con el control de las empresas que consideran estrat¨¦gicas. En mayo de 2004, apenas inaugurado el nuevo aeropuerto de Teher¨¢n, bloquearon las pistas con varios carros de combate y obligaron a retirarse a la compa?¨ªa turca que hab¨ªa ganado la licitaci¨®n para gestionar las instalaciones.
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