Rectificaci¨®n en toda regla

Desde la firma del Pacto de Lizarra al final de la primera legislatura de Gobierno del PP y, sobre todo, desde el resultado de las elecciones auton¨®micas vascas de 2001 -que puso fin a la expectativa de Jaime Mayor Oreja y Nicol¨¢s Redondo Terreros de alcanzar la lehendekariza y enviar al PNV a la oposici¨®n, lo que, a su vez, condujo a la reafirmaci¨®n de Juan Jos¨¦ Ibarretxe como un lehendakari con peso espec¨ªfico propio- la agenda pol¨ªtica del Pa¨ªs Vasco estuvo dominada por un discurso nacionalista. ?ste descansaba en la negaci¨®n de la unidad del poder constituyente del pueblo espa?ol frente al que se afirmaba un poder constituyente originario del pueblo vasco, del que no se propon¨ªa hacer uso de manera plena, convirtiendo al Pa¨ªs Vasco en un Estado independiente, sino de una manera limitada, articulando la relaci¨®n entre el Pa¨ªs Vasco y Espa?a mediante un estatuto de libre de asociaci¨®n del primero a la segunda, estatuto definido unilateralmente por el Parlamento vasco. ?ste era el n¨²cleo esencial del llamado plan Ibarretxe, que se vehicul¨® a trav¨¦s de la reforma del Estatuto de Gernika, que no pasar¨ªa la fase de toma en consideraci¨®n en el Pleno del Congreso de los Diputados ya con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en la Presidencia del Gobierno.

No acabo de entender la posici¨®n de la direcci¨®n nacional del PP contraria al 'blindaje' del Concierto

El discurso del nacionalismo vasco no pon¨ªa en cuesti¨®n la Constituci¨®n espa?ola en cuanto tal, sino que se limitaba a excepcionar su vigencia para el Pa¨ªs Vasco, negando la legitimidad de las Cortes Generales y del Tribunal Constitucional para tomar decisiones que pudieran afectar a un pretendido derecho a decidir del pueblo vasco. Este discurso pol¨ªtico nacionalista dividi¨® al Pa¨ªs Vasco pr¨¢cticamente por la mitad y, como consecuencia de ello, se produjo una par¨¢lisis de su sistema pol¨ªtico, del que ¨²nicamente se pod¨ªa salir mediante el arbitraje de Batasuna en cualquiera de sus formas de manifestaci¨®n.

A pesar de que el resultado de las ¨²ltimas elecciones vascas hab¨ªa certificado el fracaso de dicho discurso, no se hab¨ªa producido todav¨ªa una rectificaci¨®n por parte del PNV. Ha sido en estos ¨²ltimos meses cuando se ha iniciado la rectificaci¨®n, que se ha expresado de manera solemne esta misma semana con la presencia de todos los partidos pol¨ªticos vascos en el Congreso de los Diputados para asistir a la sesi¨®n en la que se iba a tratar el tema de las garant¨ªas para el blindaje del Concierto.

Por primera vez desde la entrada en vigor de la Constituci¨®n y del Estatuto de Autonom¨ªa se ha llegado a un acuerdo por unanimidad en el Pa¨ªs Vasco para convertir a las Cortes Generales y al Tribunal Constitucional en los garantes del hecho diferencial del ejercicio del derecho a la autonom¨ªa del Pa¨ªs Vasco. Porque el blindaje del Concierto no significa nada m¨¢s que eso.

Frente al discurso de la falta de legitimidad de las Cortes y el Constitucional, que hab¨ªa divido al Pa¨ªs Vasco por la mitad, se ha impuesto un discurso del reconocimiento de ambos ¨®rganos constitucionales del Estado como la garant¨ªa de la autonom¨ªa vasca, unificando a todos los partidos en torno al mismo.

Esto no ocurri¨® ni en el proceso constituyente. La insatisfacci¨®n del nacionalismo vasco con la redacci¨®n de la Disposici¨®n Adicional Primera de la Constituci¨®n fue lo que condujo a que se solicitara la abstenci¨®n en el refer¨¦ndum del 6 de diciembre de 1978. El nacionalismo vasco nunca ha reconocido hasta esta semana que la autonom¨ªa vasca encuentra su fundamento en la Constituci¨®n y que, como todo el resto del sistema constitucional, tiene su garant¨ªa en las Cortes Generales y en el alto tribunal.

La rectificaci¨®n es de una importancia extraordinaria. Llevamos a?os en los que no hemos hecho m¨¢s que escuchar vaticinios agoreros acerca de la inevitable deriva hacia el independentismo del Pa¨ªs Vasco como consecuencia de la ausencia de firmeza del Gobierno de la naci¨®n, y nos encontramos con que todos los partidos vascos sin excepci¨®n vienen al Congreso a pedir que las Cortes Generales y el Tribunal Constitucional los amparen en el ejercicio de su derecho a la autonom¨ªa, tal como est¨¢ reconocido en la Constituci¨®n, a pesar de que dicho reconocimiento fue considerado insatisfactorio en el momento constituyente por el PNV.

Por eso no acabo de entender la posici¨®n de la direcci¨®n nacional del PP, oponi¨¦ndose al blindaje del Concierto, que hab¨ªa sido aprobado por el PP del Pa¨ªs Vasco y que ha conducido a una ruptura de la disciplina de voto en el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados. Es verdad que el blindaje aparece conectado a la aprobaci¨®n de los Presupuestos, pero no creo que ¨¦ste sea motivo suficiente para actuar de esa manera. A la unanimidad en el Parlamento vasco deber¨ªa haberse respondido con unanimidad en el Congreso de los Diputados.