Nueve abuelas por ni?o, y ayudando
La crisis y el cambio demogr¨¢fico multiplican el trabajo de canguro de los mayores - La ayuda familiar se hace clave, aunque algunos ya cobran
Hablar de nueve abuelas por cada reci¨¦n nacido es, obviamente, una boutade estad¨ªstica, pero el cambio demogr¨¢fico que ha vivido este pa¨ªs desde los setenta es tal que, cada a?o, por cada ni?o que nace, se cuentan nueve mujeres mayores de 65 a?os. La mayor esperanza y calidad de vida han permitido a esta generaci¨®n de mayores no vivir como ancianos, y la crisis les est¨¢ dando ahora un lugar clave en la ayuda a los nietos.
"Tengo seis varones entre 2 y 13 a?os. Cuando no tengo uno, tengo otro". Purificaci¨®n D¨ªaz, de 66 a?os, trabaja de abuela canguro, profesi¨®n a destajo sin remuneraci¨®n. De momento.
"Los padres, por suerte o por desgracia, trabajan. Este verano ha sido la locura. Hasta el jueves tuve uno. Ahora empiezan en la guarder¨ªa. Con mocos ya no los quieren... pues tiran de la yaya. Viene fiesta y los padres trabajan, pues tiran de la yaya. Eso me impide hacer planes". Purificaci¨®n es una m¨¢s del ej¨¦rcito de abuelas, y algunos abuelos, que emplean parte de su jubilaci¨®n en cuidar de sus nietos, un fen¨®meno que se ha disparado con la crisis econ¨®mica por un lado y la buena salud de los mayores, por otro.
En 1970 hab¨ªa en Espa?a dos abuelas potenciales por cada reci¨¦n nacido
La gripe forzar¨¢ a muchos abuelos a estar disponibles para los nietos
Disparado hasta tal punto que algunos expertos alertan de que se est¨¢n rebasando los l¨ªmites. El 72% de los mayores de 65 a?os cuida o ha cuidado de sus nietos.
"Ellas, con una nula o err¨¢tica carrera profesional, tratan de que sus hijas se incorporen al mercado laboral. Sin embargo, es una mala soluci¨®n porque, mientras las madres les resuelven el problema, las hijas no negocian con sus parejas la cuesti¨®n de la crianza", explica Anna Freixas, profesora de psicolog¨ªa de la Universidad de C¨®rdoba.
Tras la baja maternal, la mujer sensible y preocupada busca en su madre a la mejor persona para cuidar de su beb¨¦. Y casi siempre la respuesta es positiva, aunque cada vez con m¨¢s peros.
Hay m¨¢s abuelos y m¨¢s en forma. Ellos son uno de los pilares que sostienen el delicado castillo de naipes que forma la conciliaci¨®n de la vida laboral y familiar. "?Qu¨¦ har¨ªamos sin ellos?", dice una madre al otro lado del tel¨¦fono mientras trabaja y su madre se ocupa de sus dos peque?os. Pero la pregunta es: ?nos estamos pasando?
"La pregunta no tiene una respuesta de s¨ª o no. Depende de las negociaciones de cada familia. Si la abuela est¨¢ deseando ejercer de abuela y le llena dedicarse a ello, estar¨¢ encantada. El objetivo es ver qu¨¦ se puede hacer para conseguir un equilibrio, y la base ser¨ªa la comunicaci¨®n", explica Sacramento Pinazo, profesora de psicolog¨ªa social de la Universidad de Valencia.
El ¨²ltimo dato sobre la mesa es del estudio europeo Share, que indica que aproximadamente un 9% de las personas mayores de 65 a?os cuida diariamente a alguno de sus nietos en Espa?a. "Sinceramente, me parece poco, creo que son muchas m¨¢s", dice Lourdes P¨¦rez Ortiz, profesora de Sociolog¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
En 1970, en Espa?a, cuando nac¨ªan m¨¢s de 600.000 ni?os y ni?as (656.102), hab¨ªa 1,5 millones de mujeres de 65 a 79 a?os, es decir, unas dos abuelas potenciales por cada nuevo ni?o/a.
Los nacimientos durante 2008 ascendieron a 518.967; por su parte, en enero de 2009 el n¨²mero total de mujeres mayores de 65 a?os era de 4.471.023, es decir, casi nueve mujeres mayores de 65 a?os por cada reci¨¦n nacido. Acotando las edades, es decir, de 65 a 79 a?os, el n¨²mero de mujeres por reci¨¦n nacido era de seis.
En la Espa?a de entonces muchas mujeres no trabajaban y, en caso de emergencia, se pod¨ªa incluso recurrir a la vecina para que le cuidara el ni?o. En la Espa?a de ahora, la mujer trabaja y al vecino ni se le ve ni se le conoce.
El perfil de abuela-canguro es el de una mujer de 55 a 65 a?os con vida aut¨®noma, buena salud, hijas que trabajan en horario poco amigable, vive cerca de sus nietos y tiene pocos a los que prestar atenci¨®n.
Los mayores espa?oles, junto con los de algunos pa¨ªses mediterr¨¢neos (como Grecia e Italia), tienen mucho m¨¢s contacto con sus hijos y viven m¨¢s cerca de ellos que el resto de los europeos, seg¨²n un informe de Sanidad y Pol¨ªtica Social, que asegura que m¨¢s del 60% de los mayores de 65 a?os tiene contacto diario con sus hijos.
A la abuela-canguro le han surgido un par de problemas este a?o que le van a multiplicar el trabajo: la crisis econ¨®mica y el fantasma de la gripe A. Los ejemplos salen con s¨®lo levantar el tel¨¦fono: "Tiraremos de las dos abuelas", dice Xavi, que tiene dos hijos varones. Abuelas que cuidar¨¢n a Teo, un ni?o de menos de un a?o. "Teo ha tenido un par de bronquitis y se acerca el invierno, no es un ni?o muy fuerte y esperaremos a llevarlo a la guarder¨ªa".
Cuando se le pregunta a P¨¦rez Ortiz por la importancia de la figura del abuelo-canguro responde con una imagen de la soci¨®loga ?ngeles Dur¨¢n: "S¨®lo hay que pararse a imaginar una huelga de abuelas". ?Qu¨¦ pasar¨ªa? "Para los ni?os y para los hijos es muy bueno y muy funcional, pero las abuelas est¨¢n un poco entre dos aguas. Hay muchas mujeres que lo ven muy bien, pero tambi¨¦n hay personas mayores implicadas. Los abuelos que van llegando tienen estilos de vida distintos y quieren aprovechar oportunidades", a?ade esta profesora de la Aut¨®noma. P¨¦rez Ortiz considera que el fen¨®meno es importante, "pero con la gripe, en la medida en que los ni?os falten a clase, a los abuelos les va a tocar". Les va a tocar m¨¢s.
"A muchos hijos les viene muy bien ahorrarse el canguro; una no puede dejar el trabajo, pero los ni?os los tiene que cuidar alguien y entonces es necesaria la ayuda altruista. De peque?os era m¨¢s habitual que te dejaran con un vecino", a?ade Sacramento Pinazo.
A Susana no le queda m¨¢s opci¨®n que la guarder¨ªa. "?Quieres conocer la cruda realidad?", pregunta Susana, madre de Javier, de un a?o, que vive en Madrid, a 600 kil¨®metros de sus padres y de sus suegros. "Sin abuelos se vive fatal porque no tienes vida fuera de ning¨²n tipo. Toda tu jornada est¨¢ dedicada al beb¨¦. Aprovecharte de ellos te cuesta much¨ªsimos kil¨®metros y encima tienes que aguantar que se conviertan en los educadores perfectos".
Para el pediatra Joaqu¨ªn Ybarra, autor junto a Sacramento Pinazo del libro-gu¨ªa Mis abuelos me cuidan, la crisis sirve para reforzar la solidaridad familiar. "Muchos abuelos colaboran, en mayor medida que antes de la crisis, en distintas tareas del hogar y en el cuidado de los nietos, lo que supone un ahorro familiar. Adem¨¢s, en ocasiones ayudan econ¨®micamente, especialmente a los m¨¢s j¨®venes, pagando incluso alquileres o hipotecas que sus hijos no pueden afrontar y que a ellos mismos los coloca en una complicada situaci¨®n".
Ybarra subraya que no mismo tener 60 que 70 a?os, cuidar a un nieto que a tres, ni tener achaques o no.
Es dif¨ªcil encontrar una abuela que se queje. "Mis hijos respetan cuando me marcho de viaje con el Imserso", dice Purificaci¨®n, que encuentra tiempo para acudir al club Sant Jordi de Caixa Catalunya. Aunque hay abuelas que se niegan al horario fijo. "Yo, por devoci¨®n, lo que sea; por obligaci¨®n, nada de nada", repite Eva a cada uno de sus cuatro hijos, todos con ni?os.
Existe el s¨ªndrome de la abuela esclava: llega a la jubilaci¨®n, el momento de pasear y viajar, pero se ve abocada a cuidar de sus nietos para que sus hijos puedan trabajar y ahorrarse el canguro.
"Por la educaci¨®n recibida y su extremo sentido de la responsabilidad, sienten como una obligaci¨®n el papel que les ha correspondido como abuelas-canguro y no confiesan que est¨¢n agotadas o que la carga les supera. Sin estar cuantificado, dir¨ªa que es una situaci¨®n cada vez m¨¢s frecuente, aunque las abuelas no lo verbalicen o traten de justificar a sus hijos hasta no poder m¨¢s", explica Ybarra.
No es el caso de Maria ?ngela Jeniu, de 63 a?os. Ella deja claro algo antes de empezar a hablar: "Yo lo hago muy a gusto". Pero tambi¨¦n lamenta no haber tenido antes a los nietos. En Espa?a la edad media para la maternidad sube a los 31 a?os.
Maria ?ngela, madre de dos hijas, ha cuidado de tres nietos tras la baja maternal de sus hijas y la incorporaci¨®n de los ni?os a la guarder¨ªa. Ahora s¨®lo recurren a ella en casos excepcionales, porque sus dos hijas han optado por la reducci¨®n de jornada. Sin embargo, la mujer anda preocupada por el siguiente titular: "Los escolares con s¨ªntomas de gripe deber¨¢n guardar reposo en casa durante siete d¨ªas hasta que est¨¦n totalmente restablecidos".
Maria ?ngela ya ha pactado con sus hijas que, en el caso de que ocurra, le dejar¨¢n un d¨ªa libre durante la semana. "Empiezo a notar que me he hecho mayor. Adem¨¢s, sufro mucho cuando est¨¢n enfermos. Veo que hay personas que van muy agobiadas porque no tienen d¨ªas para ellas e incluso les dejan a los nietos el fin de semana", explica.
Otro interrogante que plantea esta situaci¨®n es la educaci¨®n de los m¨¢s peque?os. Los expertos coinciden en que la figura del abuelo es necesaria para los infantes. "El problema reside en que la educaci¨®n que ofrecen es m¨¢s intuitiva, tienden m¨¢s a mimar. Si los padres dejan la educaci¨®n en manos de los abuelos, algo no funciona", explica ?rsula Oberts, profesora asociada de Psicolog¨ªa de la Universidad Ramon Llull.
"Los padres deben recuperar un papel m¨¢s activo en la educaci¨®n de los hijos". ?rsula sabe que las condiciones para educar no son iguales en todos los pa¨ªses. "En Alemania, por ejemplo, apoyan econ¨®micamente a las familias para que puedan quedarse m¨¢s tiempo con los ni?os", explica.
Hay abuelas, pero tambi¨¦n abuelos. Pepe Calder¨®n, de 66 a?os, es un ejemplo. Con cuatro nietos, tres de ellos muy seguidos, acude cada d¨ªa a las doce a recoger al m¨¢s peque?o a la guarder¨ªa y se lo queda hasta las cinco, cuando llegan los padres. Hoy, sin ir m¨¢s lejos, ha hecho de enfermero porque su nieta se ha levantado con fiebre y se la han tra¨ªdo a casa. ?Nos estamos pasando, Pepe? "Yo creo que s¨ª", admite sonriendo.
Frente a la abuela-esclava o ante la imposibilidad de guarder¨ªa subvencionada, el barcelon¨¦s Jordi ha tomado medidas radicales: la abuela materna de sus hijos gemelos, Frederic y Mariona, los cuida siempre de lunes a viernes, de doce a tres. A cambio, le ha abierto una cuenta en donde deposita puntual y rigurosamente 350 euros mensuales.
"Siempre que doy charlas les digo a las abuelas que cobren. En ese caso, no hay problemas de jefes ni de exigencias porque la abuela tiene un nivel de autoexigencia m¨¢ximo. El trabajo que ofrece la abuela es de m¨¢xima calidad al m¨ªnimo esfuerzo", subraya Freixas. La abuela de Frederic y Mariona est¨¢ encantada con su trabajo y con su sueldo. Los padres tambi¨¦n. Y, por supuesto, los ni?os.
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