Narcotraficantes vestidos de neopreno

Las redes de tr¨¢fico de drogas seleccionan barcos de grandes dimensiones para que transporten drogas sin saberlo la tripulaci¨®n. Es el novedoso m¨¦todo que -seg¨²n la Guardia Civil- emplearon en un petrolero, el Nordmark, amarrado en el puerto de Tarragona, en el que los agentes han decomisado 510 kilos de coca¨ªna. Su valor en el mercado ronda los dos millones de euros y el peligro para los traficantes es reducido: el cuerpo policial detuvo a cuatro miembros de la tripulaci¨®n, pero no sab¨ªan nada y los agentes asumen que los criminales quedan lejos de su alcance.

La red narcotraficante localiza los buques antes de que zarpen y en funci¨®n de su ruta. Luego emplean buzos para acceder a su interior. Y colocan la droga en la cara interna del buque, a la que acceden por el intersticio abierto entre la h¨¦lice y la quilla de popa. Otros miembros de la misma red s¨®lo deben aguardar al barco en el puerto de destino escogido y emplear el mismo m¨¦todo para recogerla.

El petrolero, de bandera chipriota y llegado a Tarragona el pasado mi¨¦rcoles, levant¨® sospechas s¨®lo por coincidir con una de las rutas calientes del narcotr¨¢fico. Parti¨® el pasado septiembre de Maracaibo, ciudad venezolana a escasos kil¨®metros de la frontera colombiana y conocida como foco de actividades vinculadas al tr¨¢fico de coca¨ªna. Su destino era el puerto egipcio de Sidi Kerir, tras hacer escala en Tarragona, donde el capit¨¢n deb¨ªa ser relevado.

Registro preventivo

La Guardia Civil decidi¨® inspeccionar el barco de forma preventiva y detect¨® un habit¨¢culo ubicado bajo la l¨ªnea de flotaci¨®n que comunica el eje del tim¨®n con la sala de m¨¢quinas. Al recinto s¨®lo puede accederse mediante una peque?a ventana o desde el agua, y estaba repleto de fardos cargados de coca¨ªna. Tras interrogar a la tripulaci¨®n, la Guardia Civil determin¨® que la droga fue introducida desde el exterior y adherida al barco mediante un sistema de cables y mosquetones.

Los narcotraficantes realizaron el proceso de carga acerc¨¢ndose a la popa del barco mediante embarcaciones neum¨¢ticas, sugiere la investigaci¨®n policial. Una vez all¨ª, submarinistas de la red traficante treparon por la quilla hasta depositar la carga en el interior del buque. El mismo proceso deb¨ªa repetirse para retirar la droga, ya transportada al destino escogido por los narcotraficantes. El m¨¦todo impide que el golpe policial arroje luz sobre el destino de la droga y ni un solo dato sobre la red que pretend¨ªa transportarla. S¨®lo un detalle o quiz¨¢ una pista: los fardos llevan inscrita una silueta similar a la del hombre ara?a, una especie de marca con la que las grandes redes identifican la mercanc¨ªa.