De un gueto a otro
La voluntad de exterminar al pr¨®jimo viene de muy antiguo y, a pesar de que busca legitimarse en diferencias esenciales (de raza o de fe) para excluir al otro de la aut¨¦ntica humanidad, su verdadera motivaci¨®n -oscura, inconfesable...- es nuestra excesiva semejanza. Lo que el verdugo tiene contra sus v¨ªctimas es que se le parecen demasiado: ?c¨®mo soportarlas? Desde los legendarios tiempos de Ca¨ªn, el odio aniquilador entre hermanos es una forma rabiosa de constatar que inevitablemente lo somos. Y que esa fraternidad nos ense?a demasiado a las claras, como en un espejo, a qu¨¦ nos parecemos. Quien no puede vivir sin matar a sus semejantes es porque s¨®lo soporta la vida... mat¨¢ndose.
Desde los tiempos de Ca¨ªn, el odio aniquilador entre hermanos es una forma rabiosa de constatar que inevitablemente lo somos
De modo que el genocidio no es ni mucho menos una invenci¨®n contempor¨¢nea (el Antiguo Testamento, por ejemplo, exhorta a ¨¦l cada pocas p¨¢ginas): la aportaci¨®n de nuestra ¨¦poca al antiguo flagelo consiste en el perfeccionamiento de los instrumentos t¨¦cnicos y burocr¨¢ticos para llevarlo a cabo con eficacia. El pasado siglo nos dej¨® muestras aterradoras al respecto, y de ¨¦ste, por lo que llevamos visto, tampoco puede esperarse nada bueno. Entre tantos y tan refinados espantos, la creaci¨®n por los nazis del gueto jud¨ªo de Varsovia y el paulatino exterminio de sus habitantes sigue constituyendo un hito especialmente siniestro y por ello mismo aleccionador. Quien quiera conocer por lo menudo la cr¨®nica de esa desventura puede leer La vida a oscuras. El gueto de Varsovia 1940-1943, de Beatriz Mart¨ªnez de Murgu¨ªa, editado por Sefarad.
Basado todo ¨¦l en testimonios directos y narrado con una sabia sobriedad m¨¢s eficaz que cualquier ret¨®rica con pretensiones art¨ªsticas, este libro espl¨¦ndido es una refutaci¨®n de quienes niegan o minimizan las atrocidades nazis mucho mejor que cualquier improcedente persecuci¨®n penal. Tambi¨¦n demuestra lo dif¨ªcil que es para quienes ven su cotidianidad transformarse gradualmente en pesadilla prever hasta d¨®nde va a llegar el maleficio y tomar conciencia cabal de la determinaci¨®n inhumana de sus verdugos.
En esta tragedia coral -primero la marginaci¨®n, luego el atropello, el expolio, el hambre y finalmente el exterminio- aparecen numerosos personajes cuya aventura individual podemos seguir hasta la frecuente muerte o la improbable huida: Adam Czerniakow, presidente del consejo jud¨ªo que tanto y tan en vano se esforz¨® por sus compatriotas, el joven combatiente Mordechai Anielewicz, el m¨¢s tarde famoso cr¨ªtico literario Reich-Ranicki... El que m¨¢s me emociona es el pedagogo librepensador Janusz Korczak, dedicado a cuidar de los ni?os hu¨¦rfanos y que muri¨® con ellos en Treblinka.
Beatriz Mart¨ªnez de Murgu¨ªa es donostiarra. Ha estudiado ciencia pol¨ªtica y sociolog¨ªa en Madrid y M¨¦xico. Autora tambi¨¦n de Descifrando cenizas. Persecuci¨®n e indiferencia (ed. Paid¨®s), un estudio sobre el calculado no querer saber de quienes convivieron con las fechor¨ªas nazis. Sin mencionar ni una sola vez el Pa¨ªs Vasco, es evidente el paralelismo que salta a la vista con otro gueto, otros cr¨ªmenes y otra indiferencia que a¨²n padecemos. En M¨¦xico ha editado un volumen de cuentos, Los hombres o se mueren o se van (ed. Sin Nombre), que a mi juicio constituyen un reverso surreal y fant¨¢stico a lo que en tono realista narra Fernando Aramburu en Los peces de la amargura.
Babelia
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