Atacante por obligaci¨®n
Kak¨¢ dice que no participa apenas en la elaboraci¨®n del juego porque Pellegrini le insta a que se limite "a la definici¨®n"
La oligarqu¨ªa y el deporte popular. El Milan y el Madrid. El matrimonio y la prelac¨ªa. La punta y la media punta. Kak¨¢ ser¨¢ esta noche un hombre m¨¢s dividido de lo que suele ser, que ya es decir. Adem¨¢s de reprimir su vieja costumbre de jugar en el medio campo para dedicarse exclusivamente a las definiciones, que es lo que le pide Manuel Pellegrini, su lealtad afectiva por el Milan se desgarrar¨¢ en esta ocasi¨®n para abrazar la lealtad profesional por el Madrid. "He tenido mala suerte", dijo ayer este aspirante a vicario de la Iglesia Evang¨¦lica dibujando una de sus sonrisas brillantes; "el f¨²tbol no deja de sorprenderte. Yo no esperaba encontrarme con el Milan tan pronto".
Abocado a vivir dulcemente entre mundos que a veces chocan, Kak¨¢ representa los problemas de un Madrid en formaci¨®n que, aunque no siempre juega bien, casi siempre gana por goleada. Contra el Milan, su club hasta hace cuatro meses, el brasile?o regresar¨¢ al equipo titular para volver a intentar lo que ¨¦l define como una metamorfosis. "Aqu¨ª, en el Madrid, me piden que juegue abierto a las bandas", explic¨® ayer, "o por la derecha o por la izquierda. Y que intervenga s¨®lo para decidir las jugadas".
"En el Milan interven¨ªa mucho, pero aqu¨ª debo jugar tirado a las bandas"
"Nuestro estilo tiene que ser natural, no depender de uno o dos futbolistas"
En el club, tanto en el vestuario como en los despachos, hay quien lamenta que Kak¨¢ acelere hacia la porter¨ªa contraria cada vez que recibe el bal¨®n, en vez de tocarlo m¨¢s. Algunos incluso explican el juego intermitente del Madrid en la naturaleza ofensiva de Cristiano Ronaldo, Benzema y Kak¨¢, desconectados del resto del equipo por su vocaci¨®n de verticalidad. Lo sorprendente es que, seg¨²n Kak¨¢, es el propio entrenador, Pellegrini, quien le ha pedido que se desentienda de la elaboraci¨®n del juego para limitarse a las acciones finales. "Yo en el Milan", dijo, "jugaba en la media punta y participaba m¨¢s del juego en el medio campo. Aqu¨ª, no. Aqu¨ª no participo tanto en la creaci¨®n porque debo habituarme a jugar de otra manera, tirado a las bandas. Esto, para m¨ª, supone una adaptaci¨®n respecto a lo que hac¨ªa antes. Pellegrini me dice que s¨®lo debo intervenir en la definici¨®n de las jugadas. Me insiste en que, cuando la acci¨®n llegue cerca del ¨¢rea contraria, yo debo estar en la posici¨®n adecuada para ser decisivo". En algunos partidos, como ante el Z¨²rich y el Espanyol, dio la raz¨®n al chileno. Quiso inmiscuirse en la creaci¨®n del juego y no tuvo fluidez.
Parece ser que, persiguiendo la obtenci¨®n de un efecto explosivo, Pellegrini ha preferido acentuar las caracter¨ªsticas m¨¢s marcadas de sus jugadores en vez de alimentar los puntos de coincidencia entre las l¨ªneas. "Intentamos que no se pierdan las caracter¨ªsticas de cada jugador", dice el t¨¦cnico. Por un lado, operan los atacantes; por el otro, todos los dem¨¢s. El resultado puede apreciarse, seg¨²n ¨¦l, en las continuas goleadas que se han registrado esta temporada en el Bernab¨¦u, donde su equipo nunca marca menos de tres goles. La secuencia desde la visita del Tenerife hasta el turno del Valladolid, pasando por el encuentro con el Marsella, ha sido una sucesi¨®n de bombardeos: 3-2, 3-0, 5-0, 3-0 y 4-2.
Pellegrini, moderado y reflexivo, es poco propenso a expresar sus emociones. Ayer s¨®lo dej¨® entrever un poco de entusiasmo cuando se jact¨® de los resultados del Madrid: "Las sensaciones sobre el juego son subjetivas, pero los n¨²meros son objetivos. Nuestro promedio de goles por partido no es ni normal ni casual. Hay una intencionalidad. Hay una intenci¨®n en nuestro juego de ser un equipo goleador y de salir a buscar el partido desde el comienzo".
Est¨¢ Pellegrini satisfecho con la evoluci¨®n del conjunto que ha dise?ado para dar libertad total a sus figuras. Es parad¨®jico que una de esas estrellas, Kak¨¢, parezca un poco m¨¢s predispuesto a hacer autocr¨ªtica. Como dijo ayer: "Nuestro juego tiene que ser m¨¢s autom¨¢tico de lo que es. M¨¢s natural. S¨®lo as¨ª no tendremos que depender siempre de uno o dos jugadores para tener una identidad m¨¢s precisa".
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