Oviedo revive el 9 de noviembre de 1989 en Berl¨ªn

Casi todo el d¨ªa de ayer fue en Oviedo 9 de noviembre de 1989. Los premios Pr¨ªncipes de Asturias han distinguido la historia de superaci¨®n de la reunificaci¨®n de Berl¨ªn. Y tres de sus alcaldes llegaron como emisarios de la ciudad. Como la memoria viva de los sucesos atropellados que acabaron con la ca¨ªda del muro, ¨²ltimo vestigio de la guerra fr¨ªa, e hicieron de aquel d¨ªa de hace 20 a?os una jornada hist¨®rica.

Walter Momper, alcalde y gobernador entre 1989 y 1991, pas¨® aquella noche tratando de controlar y calibrar la reacci¨®n popular al desliz de Gunther Schabowski, miembro del Politbur¨® de la RDA, que anunci¨® en la televisi¨®n algo que muchos deseaban y la mayor¨ªa ve¨ªa venir: el final de las restricciones de movimientos en la ciudad dividida. El muy carism¨¢tico Klaus Wowereit, hoy alcalde y entonces concejal, no crey¨® a su vecino cuando le dijo que la gente se hab¨ªa agolpado en torno a aquel monumento a la intolerancia que acabar¨ªa por los suelos. Y Eberhard Diegpen, regidor del Berl¨ªn Occidental entre 1984 y 1989 y del unificado entre 1991 y 2001, celebraba el cumplea?os de su hija cuando a eso de las ocho de la tarde todo se desencaden¨®.

"Hab¨ªa 4.000 personas y los guardias no pudieron hacer otra cosa que permitir su paso. Reun¨ªan fuerza suficiente para tirar un edificio", record¨® Momper en el vest¨ªbulo del hotel de la Reconquista. "Nos limitamos a rogar a todo el mundo que no fuese en coche para evitar el caos". "Yo me tir¨¦ toda la noche pasando a cientos de personas en mi Golf al otro lado", intervino Diegpen. "Y los berlineses orientales corrieron a las calles comerciales como si creyesen que aquello no se mantendr¨ªa al d¨ªa siguiente". "Mi papel como concejal", aclar¨® Wowereit, "fue el de administrar la concesi¨®n de los 100 marcos que cada ciudadano del este recibi¨® en las semanas posteriores".

Los tres ilustres berlineses se afanaron despu¨¦s en contradecir la limpieza del relato hist¨®rico tal y como aparece en los manuales. Aquel final, la ca¨ªda del muro, fue en realidad un principio de algo que a¨²n no ven terminado. "Berl¨ªn, a diferencia de otras capitales europeas tiene graves problemas econ¨®micos y cada d¨ªa se ve obligada a reinventarse", afirm¨® Wowereit. "A¨²n quedan 10 a?os para la reunificaci¨®n absoluta, para que la vida transcurra en las mismas condiciones y con iguales oportunidades en un lado y en otro", explic¨® Momper.

Este ¨²ltimo particip¨® ya por la noche en un coloquio con varios corresponsales que cubrieron aquellos acontecimientos. Tipos que pasaron el d¨ªa intercambiando an¨¦cdotas de tiempos m¨¢s heroicos. Como la posterior estampida de periodistas, misiones diplom¨¢ticas y funcionarios que dejaron Bonn en pos de la nueva capital, Berl¨ªn, igual que en una de esas secuencias a c¨¢mara r¨¢pida de Uno, dos, tres, disparatada aportaci¨®n de Billy Wilder al relato de la guerra fr¨ªa.