Bajar y subir impuestos es de izquierdas
De c¨®mo una cosa puede ser a la vez ella misma y su contraria nos acaban de ofrecer una impagable muestra el presidente y el vicepresidente tercero del Gobierno cuando afirmaba, el primero, que bajar impuestos es de izquierdas, y responde, el segundo, que subir impuestos es tambi¨¦n de izquierdas. Hasta ahora, s¨®lo la teolog¨ªa pol¨ªtica cat¨®lico-romana hab¨ªa dado con la cuadratura del c¨ªrculo actuando -seg¨²n el c¨¦lebre hallazgo de Carl Schmitt- como una complexio opositorum: desde la tiran¨ªa a la democracia, todo lo abarca, todo lo abraza. Desde ahora, los dirigentes del socialismo espa?ol presentan su candidatura a ese restringid¨ªsimo club cuando afirman que una cosa y su contraria son de izquierdas.
Lo sorprendente de esta audacia teol¨®gica, en un Gobierno que tiene a gala recalcar lo muy de izquierdas y lo muy progresistas que son todas las pol¨ªticas que acomete, es que nunca se les haya ocurrido que, adem¨¢s de bajar y subir impuestos, tambi¨¦n podr¨ªa ser muy de izquierdas la lucha contra el fraude fiscal, cometido por un amplio sector de la sociedad espa?ola al que le da exactamente igual que los impuestos bajen o suban porque en ning¨²n caso los paga. Todo indica que, desde aquellos tiempos en que comenzamos a ser transparentes para Hacienda, cerca del 25% del PIB espa?ol permanece oculto a su mirada. Seg¨²n la Organizaci¨®n de Inspectores de Hacienda de Espa?a, el importe total de las cuotas no ingresadas supone cada a?o nada menos que 70.000 millones de euros, siete veces m¨¢s de lo que el Estado morder¨¢ en las rentas medias y medio-bajas si cumple los planes embarulladamente elaborados para paliar el galopante d¨¦ficit p¨²blico, que, entre otras lindezas, prev¨¦n una sustancial disminuci¨®n, muy de izquierdas tambi¨¦n, en el presupuesto destinado a I+D+i.
No se trata de meras especulaciones. Los estudios debatidos en el reciente congreso de Inspectores de Hacienda llaman la atenci¨®n sobre el enorme volumen de billetes de 500 euros que circulan por Espa?a y que ascienden al 30% de los billetes de esa cuant¨ªa emitidos en la Uni¨®n Europea: los espa?oles no s¨®lo acostumbramos a pagar los trajes con billetes de 500; pagamos al dentista, al fontanero y, si se tercia, hasta los bienes inmuebles, un solar, por ejemplo. Era cosa sabida, como se sabe tambi¨¦n, desde tiempos inmemoriales, que entre nosotros abundan las facturas falsas y que ser¨¢ considerado tonto de remate aquel que, pudiendo, no pague al sastre o al corredor de fincas con dinero negro.
Ni la izquierda ni la derecha han acometido nunca ninguna pol¨ªtica eficaz para remediar esta situaci¨®n: hacer la vista gorda ante el fraude fiscal es de derechas, dir¨ªa un Rajoy en plena forma; y un Zapatero no menos euf¨®rico responder¨ªa: hacer la vista gorda al fraude fiscal es tambi¨¦n de izquierdas. Con lo cual quedar¨ªa demostrado que, por activa y por pasiva -o sea, por el sube y baja y por la vista gorda- la divisoria izquierda / derecha corre m¨¢s en Espa?a por el terreno ideol¨®gico que por las pol¨ªticas concretas. En la pr¨¢ctica, ante la necesidad de recaudar un m¨ªnimo de 11.000 millones, los de izquierdas han mirado hacia donde siempre miran los de derechas: en primer lugar, a las n¨®minas de los trabajadores, que reciben toda su renta en dinero blanco; y, en segundo lugar, a lo que se puede comprar, tambi¨¦n en operaciones blanqu¨ªsimas, con ese dinero, o sea, a todo lo gravado con el IVA. Cierto, podemos consolarnos, porque las chuches de los ni?os, seg¨²n el agudo comentario de la secretaria de organizaci¨®n del PSOE, s¨®lo ver¨¢n incrementado su precio en 0.05 euros, una moneda de la que hasta el ¨²ltimo mileurista pugna por librarse.
N¨®mina e IVA, eso es casi todo; eso es subir impuestos. Est¨¢ bien, aguantaremos, pero, hombre, que no nos vengan con la cantinela de que si es progresivo, solidario, prueba fehaciente del aguerrido combate emprendido desde la izquierda contra ricos y poderosos; que olviden la gestualidad decimon¨®nica y se metan las manos en los bolsillos en lugar de levantar el pu?o cerrado cuando anuncian que los trabajadores con n¨®mina y los compradores con IVA tienen que apretarse el cintur¨®n mientras mantienen un silencio sepulcral y c¨®mplice hacia los defraudadores de Hacienda, que pululan a nuestro lado y a los que no ser¨ªa dif¨ªcil echar el lazo. Basta con eso que se llama voluntad pol¨ªtica, aunque a lo mejor, si bien se mira, controlar el fraude, por aquello de hundir la econom¨ªa subterr¨¢nea y clausurar los para¨ªsos fiscales, no es de izquierdas. ?Ser¨¢ entonces de derechas? Uuufff, qu¨¦ l¨ªo.
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