Un regalo para la ciudad

La inauguraci¨®n de la nueva sede de la C¨¢mara de Comercio ha tenido un eco poco frecuente en Alicante. El acto se ha convertido en el acontecimiento social de la semana, hasta desplazar a un segundo plano al resto de los asuntos de la actualidad. La C¨¢mara de Comercio ha instalado sus nuevas oficinas en el palacio de los condes de Soto Ameno, un viejo edificio que fue, hasta hace unos a?os, uno de los hoteles m¨¢s conocidos de la ciudad. Las obras realizadas para adecuarlo a su nuevo uso han sido, literalmente, impresionantes. Se ha derribado por completo el interior de la vivienda -considerado in¨²til y sin valor-, para conservar tan solo las fachadas. Dado lo antiguo de la construcci¨®n y su proximidad al mar, los problemas surgidos durante los trabajos han sido numerosos y la obra se ha prolongado durante cinco a?os.

La recuperaci¨®n del palacio, situado frente al puerto, en uno de los espacios nobles de la ciudad, ha suscitado generales alabanzas. En alg¨²n momento, se ha rozado la hip¨¦rbole como es propio en estas situaciones. Quiz¨¢ convendr¨ªa no exagerar la nota. La vivienda de los condes de Soto Ameno posee un valor hist¨®rico indudable para Alicante, aunque su m¨¦rito arquitect¨®nico puede resultar m¨¢s dudoso. En cualquier ciudad con un cierto patrimonio monumental, es probable que el edificio no hubiera despertado un gran inter¨¦s; en Alicante, es una singularidad y por ello debemos alegrarnos de su conservaci¨®n. Pero, seamos cautos: quienes hoy aplauden con entusiasmo la recuperaci¨®n del palacio, se encogieron de hombros cuando, meses atr¨¢s, Sonia Castedo derrib¨® la Isleta para sustituirla por una fuente vulgar.

El m¨¦rito de la obra corresponde al presidente de la C¨¢mara, Fern¨¢ndez Valenzuela y al arquitecto Juan Antonio Garc¨ªa Solera. Cada uno de ellos ha cumplido de manera admirable su papel en el proyecto. Garc¨ªa Solera es uno de los mejores arquitectos de Alicante, como lo avalan las obras que componen su carrera. Sus edificios son sobrios; tienen, por lo general, un tono moderno y contenido, que busca huir de cualquier exceso y pretenciosidad. Al proyectar la C¨¢mara de Comercio, Garc¨ªa Solera se ha mantenido fiel a sus ideas: ha planeado un interior actual y luminoso, y ha tenido el valor de ser sencillo al devolver a la fachada su rigor original. No s¨¦ si este gesto de valent¨ªa ser¨¢ apreciado por todo el mundo: los abusos de la ¨²ltima arquitectura han viciado el gusto del p¨²blico que exige espectacularidad.

Si a Garc¨ªa Solera le debemos el dise?o de la nueva C¨¢mara, el m¨¦rito de haber llevado adelante su construcci¨®n le corresponde a Fern¨¢ndez Valenzuela. Sin el empe?o de este hombre por concluir la obra, probablemente estar¨ªamos ante uno m¨¢s de los proyectos inacabados que forman la historia del Alicante actual. Pero, como ha demostrado a lo largo de su trayectoria p¨²blica, una de las cualidades de Valenzuela es la tenacidad, que le lleva a aliarse con quien considere necesario -incluido el diablo- para concluir sus planes. Siempre lamentar¨¦ que este hombre prefiriera los negocios a la pol¨ªtica. Al ser entrevistado por la prensa, Valenzuela ha dicho: "A veces me pregunto por qu¨¦ en esta ciudad hacer cosas serias cuesta tanto". La pregunta es pertinente, pero nadie m¨¢s capacitado que ¨¦l para responderla: a fin de cuentas, ha pasado por los centros clave de la ciudad, conoce a fondo a sus pol¨ªticos y habla con sus empresarios cada d¨ªa. Tengo la impresi¨®n de que esta oportunidad, Fern¨¢ndez Valenzuela, tan locuaz en otras ocasiones, ha preferido ser diplom¨¢tico.