Inalterable, reservada, discreta tranquilidad

En mi recuerdo destaca la personalidad de Sabino Fern¨¢ndez Campo, su inalterable, reservada y discreta tranquilidad en cualquier circunstancia de tiempo y lugar. Fue durante mi etapa de ministro de Defensa del Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo (entre el 27 de febrero de 1981, reci¨¦n fracasado el golpe de Estado del 23-F, y el 3 de diciembre de 1982) cuando el trato con ¨¦l fue permanente y, en muchas ocasiones m¨¢s que cotidiano, bien porque yo le llamara, bien porque ¨¦l me llamara a m¨ª.

Sabino Fern¨¢ndez Campo, entonces secretario general de la Casa del Rey, ten¨ªa el don de tranquilizar cualquier asunto por urgente o grave que fuera, y tambi¨¦n el de saber escuchar. Por su experiencia, inteligencia, hondo conocimiento de las personas que en la pol¨ªtica o en las Fuerzas Armadas eran alguien o ten¨ªan mando en aquellos dif¨ªciles momentos, su opini¨®n o su consejo, si se los ped¨ªas, era siempre esclarecedor en primer lugar, y siempre a tener en cuenta en ¨²ltima instancia.

Sabino fue un personaje esencial en la transici¨®n desde el franquismo a la democracia

Creo que nunca, en situaciones complicadas o dif¨ªciles, dej¨¦ de escuchar la opini¨®n de Sabino Fern¨¢ndez Campo, o contrastar con ¨¦l lo que yo cre¨ªa que se deb¨ªa hacer o no hacer.

Salvo el Rey, en primer¨ªsimo lugar, mi presidente y amigo Leopoldo Calvo Sotelo, despu¨¦s, y el entonces director del CESID, Emilio Alonso Manglano, en tercer lugar, nadie me ayud¨® tanto como Sabino, en nuestros frecuentes encuentros, a parar y encauzar las turbulencias que el fallido golpe del 23 de febrero dej¨® en las Fuerzas Armadas.

Siendo como era, como ten¨ªa que ser por el puesto que ocupaba, un modelo de reserva y discreci¨®n, Sabino Fern¨¢ndez Campo sab¨ªa expresarse con una total franqueza al dar su opini¨®n, que tan a menudo yo le solicitaba, sobre cualquier asunto por complejo o secreto que fuera. Se pod¨ªa estar de acuerdo con ¨¦l o no, pero siempre hab¨ªa que escucharle.

Recuerdo, en momentos graves, la voz de Sabino, con el mismo tono tranquilo y pausado, siempre sin alterarse, utilizando las palabras precisas, claras, ajustadas al tema que se le planteaba, y no excederse nunca en lo que dec¨ªa ni quedarse corto.

En su misi¨®n al frente de la Secretar¨ªa General de Zarzuela, era admirable la habilidad con que filtraba los asuntos que deb¨ªan llegar al Rey y c¨®mo le evitaba tantas pretensiones inoportunas. No cabe duda que si para m¨ª fue una ayuda inestimable, tambi¨¦n lo fue para todos los que a ¨¦l acud¨ªan. S¨ª, Sabino Fern¨¢ndez Campo fue un personaje esencial en la transici¨®n pol¨ªtica. A todos los que le conocimos y tratamos y estimamos nos toca ahora unirnos a los suyos en su duelo y honrar su memoria.

Alberto Oliart fue ministro de Defensa del Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo.