El Comando F
Somos bastantes quienes empezamos a sospechar que, como dir¨ªan los sufridos defensores del espa?ol, "esto del gallego" conforma una maniobra de distracci¨®n para entretener a las fuerzas vivas de manifestaci¨®n en manifestaci¨®n mientras la derecha ejecuta el programa de contrareformas que verdaderamente les afecta: la pasta. A fin de cuentas, lo del "idioma propio de Galicia" ni les interes¨® antes, ni les importa ahora. De derogar el decreto en los primeros cien d¨ªas, hemos pasado a poner en la agenda a Queremos Galego. Por supuesto, en las citas del secretario, el que hace los trabajos sucios, como presentar la encuesta-trampa. De la defensa a ultranza del "derecho civil" a elegir idioma, pasamos a que la educaci¨®n p¨²blica no puede ser a la carta porque sale muy caro. Va directo al coraz¨®n de la contrareforma feijoniana: los cuartos.
Muchos empezamos a sospechar que "esto del gallego" conforma una maniobra de distracci¨®n
Los bien intencionados que esperan ver a la Democracia Feijoniana tomando nota, pueden aguardar sentados. Tal vez fue la conveniencia de generar un conflicto lo qu¨¦ provoc¨® el galegocidio, no al rev¨¦s. La en¨¦sima llamada al consenso es otro pretexto. Feij¨®o y la derecha han acreditado -la reforma estatutaria, por ejemplo- qu¨¦ entienden consenso: que se haga lo que ¨¦l dice; porque si no, es imposici¨®n. No se puede reconstruir el acuerdo cuando uno de los actores se sit¨²a fuera voluntariamente. Incluso la apelaci¨®n general al consenso hist¨®rico roto por el PP resulta un tanto ficticia. Fue posible gracias a la renuncia de los otros, a que todos aceptamos como m¨¢ximos los m¨ªnimos innegociables para la derecha. Ha bastado un moderado intento del bipartito por situar en plena igualdad a ambas lenguas para que emergiera la cruda realidad: gallego s¨ª, pero con la gaita y el pulpo, en los pregones institucionales. No estaban esperando a que el verano y la cordialidad disolvieran el conflicto, aguardaban el inicio del curso para intensificarlo.
Mientras golpean al idioma con un discurso meritorio para el paleoespa?olismo de la corte y sin coste electoral entre parte de sus bases ya que por mucho que se irriten no tienen ad¨®nde ir, sus conselleiros de confianza desmontan el mayor logro del cambio bipartito: las pol¨ªticas sociales, para gastarse el presupuesto en cosas vitales como subvencionar la compra de coches. Es el Comando F de Feij¨®o9, un equipo letal porque ellos no gobiernan, ellos desmontan y derriban. Encargado de las maniobras de distracci¨®n, est¨¢ el otro V¨¢zquez, el conselleiro de Educaci¨®n. Un personaje en s¨ª mismo, entregado al exceso est¨¦tico mientras se aplica discretamente a un desahucio por abandono de la educaci¨®n p¨²blica: desde la gratuidad de los libros, a la financiaci¨®n de las universidades. A cargo de la log¨ªstica y el transporte, figura el conselleiro Rueda. Su apoyo log¨ªstico es intachable: no hay contrareforma que no cuente con el apoyo a¨¦reo de un OJNI -objeto jur¨ªdico no identificado. Su rendimiento en el ¨¢mbito del transporte no ha resultado tan brillante. Su intento de convertir San Caetano en un negocio de compra-venta de coches usados no ha funcionado, peor a¨²n su apuesta por el comercio justo cambiando audis por veh¨ªculos para dependientes.
La responsable de Sanidade, Pilar Farjas, es otra pieza clave. Aparentemente, su mayor m¨¦rito hasta la fecha es hacerlo a¨²n peor con m¨¢s dinero. Pero tras su ineficiencia, se esconde un desv¨ªo pausado pero imparable de dinero p¨²blico hacia las apuradas arcas de la sanidad privada. Su ataque es mortal: cada vez que abre un caj¨®n, aparecen miles de enfermos que inevitablemente debe desviar hacia los proveedores privados porque requieren asistencia inmediata. Pero sin duda, el miembro m¨¢s demoledor, la verdadera alma del Comando F, es la conselleira Beatriz Mato, la Terminator de los servicios sociales. Cada vez que toma una decisi¨®n, alguien pierde un derecho o sale herido: galescolas, centros de d¨ªa, 065, oficinas de I+B. incluso el inocente complemento de las pensiones no contributivas convertido en un cuasidelito. Nada sobrevive. Es un arma de destrucci¨®n masiva. Se ha salvado in extremis el Consorcio, al constatar sus posibilidades como nicho de empleo. Liberales s¨ª, pero a vaqui?a polo que vale.
antonlosada.blogspot.com
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