Mujica, a segunda vuelta

Las espadas siguen en alto en las presidenciales uruguayas, pero el vencedor en primera vuelta, el izquierdista, Jos¨¦ (Pepe) Mujica, que obtuvo con el Frente Amplio el 47,5% de los votos, es modesto favorito para el asalto final el pr¨®ximo 29 de noviembre, en el que se medir¨¢ con el ex presidente (1990-1995) Luis Alberto Lacalle, del Partido Nacional, con un 28,6%, m¨¢s el apoyo prometido del tercer partido, el Colorado, y su 17% de sufragios.

Los dos rivales eran casi caricaturas de libro. Mujica, ex guerrillero tupamaro, que fue torturado en las c¨¢rceles de la dictadura militar (1973-1985), tiene el genio pronto, no ha cursado estudios universitarios, y compone su figura como la de un campe¨®n de las causas populares, pr¨®ximo, afable y locuaz hasta el gafe pol¨ªtico; y Lacalle, representante de las clases pudientes, al que el izquierdista tachaba de "republicano aristocr¨¢tico", es la viva imagen de la derecha hist¨®rica.

Esa segunda vuelta se presenta a la vez como tentativa de consolidaci¨®n para la izquierda, y de regreso a la tarea de toda la vida para la derecha. En 2005, en Uruguay se dio por primera vez en su historia un Gobierno de izquierda que ha practicado una socialdemocracia a lo Lula que es tambi¨¦n la referencia de Mujica. Desde mediados del siglo XIX hasta esa fecha, todos los Ejecutivos hab¨ªan pertenecido en la mayor¨ªa de los casos al Partido Colorado y en los restantes al Partido Blanco, ahora encarnado en el Partido Nacional. Por eso, si hay segundo mandato del Frente Amplio, la alternancia derecha-izquierda estar¨¢ mucho m¨¢s instalada, lo que no parece mala cosa, y si gana el Nacional la incursi¨®n izquierdista en el poder ser¨¢ todav¨ªa debatible.

El electorado del pa¨ªs menos poblado y m¨¢s culto de Am¨¦rica Latina, ha hecho gala de su proverbial cautela. Ha rechazado la derogaci¨®n de una ley que imped¨ªa la persecuci¨®n de los delitos perpetrados por la dictadura, quiz¨¢, porque entiende que lo pasado, pasado est¨¢; deja al Frente Amplio en el filo de la mayor¨ªa que ten¨ªa en las dos c¨¢maras, de forma que s¨®lo la aritm¨¦tica voto a voto determinar¨¢ qui¨¦n gana, y prefiere de momento por mayor¨ªa relativa a la izquierda en la presidencia, reconociendo su papel en la reducci¨®n en este ¨²ltimo quinquenio de paro y pobreza. Cabe que Mujica sea demasiado estruendoso para la mesocr¨¢tica Montevideo, pero si gana, el pa¨ªs habr¨¢ vuelto a dar prueba de que vota con la cabeza.