Cae una red de bodas de conveniencia
Los inmigrantes pagaban 10.000 euros por cada 'matrimonio blanco' - Una funcionaria de Extranjer¨ªa colaboraba con la banda
Tres hermanas gitanas se casan en un mismo d¨ªa con tres colombianos. La parroquia no lo ve claro, se encienden las alarmas y el asunto acaba con la desarticulaci¨®n de una red que se dedicaba a concertar matrimonios de conveniencia para dar papeles a inmigrantes. Estas hermanas, part¨ªcipes de una estrategia ciertamente poco elaborada, son tres de los 34 detenidos en la llamada Operaci¨®n Escarlata de la Polic¨ªa Nacional contra la organizaci¨®n, que celebr¨® un centenar de matrimonios falsos en Madrid.
La cabecilla del grupo era una mujer de origen colombiano apodada Claudia, de 41 a?os, con nacionalidad espa?ola y relacionada con narcotraficantes. En el juzgado de paz de Torrelodones era muy conocida; la llamaban "la gestora de las bodas". En realidad, Claudia se hac¨ªa pasar por abogada; sol¨ªa repartir tarjetas profesionales de una gestor¨ªa de Carabanchel en la que no trabajaba. Cuando los inmigrantes la llamaban para regularizar su situaci¨®n, ella recomendaba casarse con un espa?ol.
Un toxic¨®mano chantaje¨® durante meses a la mujer con la que se cas¨®
La cabecilla del grupo era una mujer de origen colombiano
Los que quer¨ªan la tarjeta de residencia pagaban entre 10.000 o 12.000 euros. Los contrayentes espa?oles cobraban unos 3.000 y los testigos, sobre los 200. Claudia y su organizaci¨®n buscaban a estas personas en ambientes marginales. Muchos de ellos, detenidos en la operaci¨®n, tienen antecedentes penales y son viejos conocidos de la polic¨ªa.
La red de Claudia tambi¨¦n busc¨® alianzas en la Administraci¨®n. Consigui¨®, seg¨²n la polic¨ªa, la colaboraci¨®n de una funcionaria espa?ola de la Brigada Provincial de Extranjer¨ªa y Documentaci¨®n, que ha sido detenida. Su labor era facilitar los tr¨¢mites de las tarjetas de residencia sin verificar con mucho detalle los documentos.
Una de las bodas acab¨® en un calvario para la mujer inmigrante. Fue extorsionada durante meses por su espa?ol y toxic¨®mano marido. Al principio todo parec¨ªa f¨¢cil. Ella se comprometi¨® a desembolsar los 10.000 euros a Claudia, que se encarg¨® de todo. Al cabo de poco tiempo le dieron la tarjeta de residencia. Ni siquiera tuvo que convivir con su nuevo esposo. Pero ¨¦ste no desapareci¨® de su vida porque vio en la mujer un fil¨®n para conseguir dinero.
La mujer ten¨ªa terror a que la echaran de Espa?a, y ¨¦l aprovech¨® su miedo. Le iba pidiendo cosas poco a poco: hoy 50 euros; ma?ana 100; la semana siguiente 60... Si ella se negaba, o dec¨ªa que ya no ten¨ªa m¨¢s, la amenazaba con ir a la polic¨ªa de inmediato. "Lo voy a contar todo y te vas a quedar sin tarjeta despu¨¦s de haber pagado 10.000 euros", le dec¨ªa.
El humilde sueldo de la mujer no daba para satisfacer las demandas del exigente marido, pero las ganas de quedarse en Espa?a le hac¨ªan pagar, y ¨¦l acab¨® sac¨¢ndole unos 4.000 euros. No est¨¢ claro que pensara parar.
Claudia y sus compa?eros acabaron por sofisticar sus m¨¦todos. En un momento dado decidieron que la propia boda era superflua, y prescindieron de los contrayentes espa?oles ficticios -y de sus sueldos-. Comenzaron a falsificar los certificados eclesi¨¢sticos y a llevarlos sin m¨¢s al Registro Civil.
No hubo bodas falsas en iglesias, salvo en un caso. Un sacerdote colombiano autoriz¨® un casamiento haci¨¦ndose pasar por otra persona. El resto de matrimonios can¨®nicos promovidos por la red se inscrib¨ªan en el Registro Civil a partir de certificados falsos. Alguien iba a la parroquia, cog¨ªa los papeles para pedir el certificado de matrimonio y a partir de ese documento se hac¨ªa la falsificaci¨®n que despu¨¦s se llevaba al Registro. En los matrimonios civiles s¨ª se llevaba a cabo la ceremonia. Claudia se encargaba de todo el papeleo e instru¨ªa a los novios.
De los 34 detenidos, s¨®lo cuatro formaban parte de la red. Tres de ellos est¨¢n presos. La polic¨ªa est¨¢ a¨²n investigando si pudiera haber alg¨²n otro funcionario involucrado en alguno de los registros civiles madrile?os. La operaci¨®n sigue abierta y los agentes est¨¢n examinando los papeles que se han recabado.
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