Prenafeta
Yo he trabajado en televisi¨®n. No mucho, cinco o seis horas, pero deber¨ªa constar en el curr¨ªculo.
Hace a?os, cuando estaba cre¨¢ndose la televisi¨®n auton¨®mica catalana, me propusieron integrarme en el equipo fundacional. La oferta la hizo Joan Salvat, un tipo excelente que quer¨ªa acotar (y acot¨®) media hora de programaci¨®n reservada al periodismo de calidad, lento, profundo, t¨¢ntrico.
El asunto me pareci¨® apetitoso. Me desped¨ª del diario en el que estaba entonces y al d¨ªa siguiente, por la ma?ana, firm¨¦ un contrato con TV-3. Ese mismo d¨ªa, por la tarde, supe que pod¨ªa fumarme el contrato, porque nadie de TV-3 iba a estampar su firma en el espacio reservado a la parte contratante de la primera parte.
El entonces mano derecha de Jordi Pujol, Llu¨ªs Prenafeta, hab¨ªa impuesto su veto. Siempre he dado por supuesto que Prenafeta tuvo razones estrictamente profesionales para no aceptarme. Por suerte, El Peri¨®dico de Catalunya me readmiti¨® en su plantilla.
No siento ninguna alegr¨ªa por la detenci¨®n de Prenafeta. La habr¨ªa sentido en otro momento. Ya no.
Hay quien llama hogar al sitio donde deja la maleta. Hay quien llama patria al sitio donde puede mandar. Prenafeta fue, y supongo que sigue siendo, uno de esos patriotas del mando. Iniciaron el proceso de construcci¨®n de una naci¨®n, Catalu?a, pero supieron repartir los papeles. A los fieles, los seguidores, la tropa, les correspond¨ªa el fervor y el sentimiento. Ellos, los padres fundadores, cargaron con el peso de la realidad. Ya saben, el peso de la materia: un territorio, para recalificar; un presupuesto, para repartir entre los amigos; una cierta cantidad de riqueza colectiva, para especular en beneficio propio. Y una bandera para ocultar el abracadabra patri¨®tico.
Ya no me alegra que detengan a nadie. Llegado un cierto punto, da igual. Italia hizo limpieza en 1994, y por detr¨¢s de la escoba asom¨® Berlusconi.
Ayer tambi¨¦n cerr¨® Soitu.es, que hab¨ªa intentado hacer periodismo digital honesto. No es el primer cierre ni, evidentemente, ser¨¢ el ¨²ltimo. Otros cierres me doler¨¢n menos.
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