Los Mossos desalojan las viejas oficinas de Fecsa en El Prat
El edificio serv¨ªa de "casal' aut¨®nomo" desde que fue ocupado hace seis a?os
La actividad en las antiguas oficinas de Fecsa en El Prat de Llobregat ha terminado. Las clases, los debates y los conciertos que se celebraban en el edificio ya no se programar¨¢n, al menos en ese inmueble. Los Mossos d'Esquadra desalojaron ayer la finca, ocupada desde hace seis a?os por un colectivo que la convirti¨® en un centro social o "casal aut¨®nomo". El consistorio de El Prat, un basti¨®n del PSUC y de Iniciativa desde 1979, proyecta all¨ª un ensanche de la ciudad en el que culminar¨¢ la Gran Via metropolitana.
El desalojo acab¨® sin incidentes, aunque fue aparatoso: el edificio alberga a¨²n un centro de transformaci¨®n el¨¦ctrica, que alimenta a 318 abonados. Se les tuvo que cortar la luz mientras dur¨® la operaci¨®n. Arranc¨® a las 6.30 de la ma?ana, cuando ocho veh¨ªculos antidisturbios se desplazaron al edificio, situado frente a la estaci¨®n de Renfe. Cinco okupas les esperaban en la casa, en guardia ante el inminente desalojo. Cuatro se encadenaron al tejado para entorpecer la operaci¨®n policial, aunque no confiaban en repetir el ¨¦xito del pasado d¨ªa 22. Para entonces estaba planeado el desalojo, pero los Mossos pidieron al juez una pr¨®rroga. Trataban de coger desprevenidos a los ocupantes y evitar as¨ª que el asunto produjese posibles incidentes.
La finca est¨¢ en el gran ensanche que planea el Consistorio, de ICV
Esta vez los antidisturbios -que, una vez m¨¢s, ocultaron su n¨²mero de identificaci¨®n- no tuvieron problemas. Desencadenaron a los activistas, los bajaron del tejado con una gr¨²a y la polic¨ªa dio paso a los operarios, que ya trabajan en el derrumbe de la finca. Sin incidentes. "No ha sido violento, pero s¨ª agresivo", explic¨® uno de los encadenados, Aleix Dom¨ªnguez. "Ten¨ªan una actitud chulesca, provocativa", a?adi¨® otro de ellos, Xavi.
La finca fue ocupada en enero de 2003 por un colectivo que ha allanado otros edificios de El Prat desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. "Cuando llegamos, tuvimos que limpiarlo todo, retirar maquinaria y adecentarlo", record¨® Joan, su portavoz. Tras una reforma iniciaron sus actividades: pactaron con los vecinos un concierto al mes y permit¨ªan el acceso a operarios de Fecsa, que manten¨ªan el transformador el¨¦ctrico. "Se portaban bien y daban vida al barrio. De vez en cuando hac¨ªan un poco de ruido, pero eran respetuosos", resumi¨® una vecina de 83 a?os. En el amplio local, que ten¨ªa incluso un escenario, se celebraban reuniones de entidades de El Prat, talleres, debates y conciertos. Una cooperativa de productos ecol¨®gicos lo usaba incluso como punto de distribuci¨®n. Y durante las fiestas mayores de El Prat, que se celebraron en septiembre, el casal organiz¨® unos festejos alternativos que cosecharon un gran ¨¦xito de p¨²blico.
Ayer por la tarde, m¨¢s de un centenar de okupas protestaron en la plaza mayor de la ciudad. Llegaron a acceder al vest¨ªbulo del Ayuntamiento, donde dejaron pegatinas y octavillas. A los 10 minutos aparecieron dos veh¨ªculos antidisturbios y los manifestantes se desplazaron, sin incidentes, hacia las puertas del edificio ya vac¨ªo, no muy lejano.
Endesa inici¨® all¨ª, ayer mismo, el derribo de la finca, que se encuentra en una zona afectada por la profunda transformaci¨®n urbana que proyecta el Consistorio. Dar¨¢ paso a una zona verde de acceso a la futura estaci¨®n intermodal. Y justo enfrente, sobre los solares de la vieja f¨¢brica de La Seda de Barcelona, emblema desaparecido de la industria local, se erigir¨¢n unas 4.000 viviedas. M¨¢s all¨¢, El Prat se extender¨¢ hacia el norte con un gran parque y otras 5.000 viviendas. Y bajo las excavadoras sucumbir¨¢ la ¨²ltima proclama de las paredes del edificio: "Nunca desalojar¨¦is nuestras ideas".
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