Luis Enrique Batalla toma el relevo en Lubasa
La empresa acusa el peso del ¨¢rea inmobiliaria dado por su hermano
Todo ocurri¨® tras un viaje a Madrid. El grupo Lubasa se afanaba en lograr la refinanciaci¨®n de su deuda con Gabriel Batalla, el menor de los hijos del fundador de la marca, a la cabeza. Pero, al margen de la delicada situaci¨®n econ¨®mica de uno de los m¨¢s destacados holdings empresariales castellonenses, el ambiente en la empresa era ya insostenible.
El conflicto acab¨® con la salida de Gabriel Batalla de la direcci¨®n del grupo y su sustituci¨®n por su hermano mayor, Luis Enrique, que hasta ahora, pese a presidir el holding, se encargaba, principalmente, de la azulejera Saloni. El cambio se ha realizado sin apenas ruido, siguiendo la misma norma que ha caracterizado a Lubasa en todas sus decisiones internas. Y el relevo ha supuesto retomar las formas de gesti¨®n que funcionaron mientras el padre, Luis Batalla, estuvo al mando y dejando al margen a nuevos profesionales a los que, junto al peque?o de los Batalla, culpan de haber situado al grupo en el delicado momento en el que se encuentra.
La firma regresa a la obra civil y toma la austeridad como f¨®rmula de gesti¨®n
La entrada de Gabriel Batalla en la direcci¨®n del grupo se simultane¨® con la apuesta por directivos que contaban con una alta cualificaci¨®n pero que no se significaban, como hasta el momento, por ser personas de confianza de los propietarios de la firma. Una de las medidas que se adopt¨® fue la de dise?ar un plan estrat¨¦gico, precedido por una auditor¨ªa, que marcara las l¨ªneas a seguir por el grupo, convertido en holding bajo la denominaci¨®n de Obinesa. La radiograf¨ªa lleg¨® a la empresa y ¨¦sta marcaba, antes de que se vislumbrara la crisis, la necesidad de rebajar el peso del ¨¢rea inmobiliaria dentro del grupo. Sin embargo, el diagn¨®stico fue eludido. De esta manera, comenzaron a darse lo que algunas fuentes califican como "desprop¨®sitos" de la marca, que en 2006 compr¨® el antiguo edificio de juzgados de Valencia, en Porta de la Mar, por un total de 105 millones de euros, una cantidad mucho m¨¢s elevada que la que ofrec¨ªa el resto de las empresas pujantes. La idea de salir a cotizar a bolsa o la compra de una gran inmobiliaria fueron otras de las iniciativas que se barajaron durante el mandato de Gabriel Batalla.
Con el estallido de la crisis, la fragilidad de Lubasa, volcada en el ¨¢rea inmobiliaria, se resquebraj¨® y les oblig¨® a sacar a la venta patrimonio con el fin de compensar los desajustes en las previsiones de ingresos. Esta decisi¨®n supuso unos ingresos adicionales, a los que se uni¨® la venta de las acciones de Aguas de Valencia, por la que recibi¨® m¨¢s de 20 millones de euros.
En cualquier caso, la situaci¨®n no mejor¨® y algunos directivos comenzaron a cuestionar las decisiones de su jefe, Gabriel Batalla.
As¨ª se lleg¨® al momento de refinanciar sus 1.100 millones de deuda, negociada por un plazo de tres a?os con varias entidades financieras y precedida por las desinversiones en actividades no estrat¨¦gicas y la venta de patrimonio, que permitieron reducir la deuda del grupo un 30%. Una vez logrado este costoso tr¨¢mite, los cinco directores que, al margen de la inmobiliaria, llevaban el peso del grupo decidieron dar un golpe de efecto y acudir tanto a Luis Enrique Batalla como a su hermana, Lia (Otilia). Unos directa y otros indirectamente les hicieron llegar sus quejas y su convencimiento de que la empresa deb¨ªa retomar antiguos objetivos, bas¨¢ndose en la obra civil y retomando la austeridad como f¨®rmula de gesti¨®n.
La decisi¨®n, votada por los tres hermanos, concluy¨® en que era Luis Enrique quien deb¨ªa hacerse cargo del holding, desplazando as¨ª a Gabriel. Desde entonces, la plantilla se ha reducido en todas sus ¨¢reas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.