La clav¨ªcula ha hablado
La de Cabdiwelli Cabullahi, conocido como Abdu Willy, el m¨¢s joven de los dos piratas capturados por la Armada espa?ola tras el secuestro del pesquero Alakrana, y cuyo examen ha demostrado que tiene m¨¢s de 18 a?os. Antes de llegar a esa conclusi¨®n hubo otras tres pruebas oseom¨¦tricas (en cadera, mu?ecas y dentadura), que no resultaron concluyentes.
Se trataba de dirimir la divergencia entre la fiscal¨ªa y el magistrado de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz sobre si el caso deb¨ªa ser instruido por la Audiencia o ser asumido por la Jurisdicci¨®n de Menores. Tras la cuarta prueba, que confirma la madurez, al menos ¨®sea, de Abdu Willy, se ha resuelto que sea Pedraz quien se haga cargo.
El itinerario seguido para llegar a ese resultado se presta al sarcasmo: el juez quer¨ªa librarse de un asunto con evidentes repercusiones extrajudiciales. Pues parece probable que en un caso de secuestro con rehenes (36 tripulantes, de los que 16 son espa?oles), la existencia de dos detenidos de entre los captores incida en la casi inevitable negociaci¨®n, aunque no se sepa bien en qu¨¦ sentido.
Puede favorecerla, pero tambi¨¦n complicarla si exigen la liberaci¨®n sin juicio de los dos detenidos como cuesti¨®n previa. Y respecto a la edad, tiene l¨®gica que el juez quiera asegurarse de la del muchacho para evitar impugnaciones.
El desenlace del episodio procesal ha coincidido con novedades administrativas y sobre el terreno. El Consejo de Ministros aprob¨® el viernes la contrataci¨®n de seguridad privada que pagar¨¢n a escote los armadores (en sentido civil) y las administraciones p¨²blicas (25% la espa?ola y otro tanto la vasca, dado el origen de gran parte de la flota atunera del ?ndico).
El mismo viernes, un barco matriculado en Bermeo consegu¨ªa eludir un probable asalto de una lancha a la que se le estrope¨® el motor en plena persecuci¨®n; y el s¨¢bado, otro barco tambi¨¦n bermeano, aunque con pabell¨®n de las islas Seychelles, lo que le permit¨ªa llevar protecci¨®n armada privada, consegu¨ªa lo mismo disparando al agua por delante de la proa de la lancha pirata.
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