Los laboratorios 'secretos' de Sony
ERA UNA NOCHE calurosa de verano. Qued¨¦ para cenar con H..., un amigo que trabaja en Sony desde hace 18 a?os. Tras un par de copas de sake, me cont¨® que trabajaba en un laboratorio secreto. Al terminar y con otro par de copas de m¨¢s, le convenc¨ª para que me llevara a ver el laboratorio, que no era realmente tan secreto.
Anduvimos 20 minutos hasta que nos apartamos de la zona de rascacielos y nos adentramos en una zona residencial de callejuelas hasta llegar a un chalet. Era una casa algo m¨¢s grande que las del vecindario, pero no hab¨ªa signo alguno de que en ella investigaran empleados de Sony. La direcci¨®n del buz¨®n no estaba ni a nombre de Sony, sino del jefe de H. Entramos en el jard¨ªn, donde hab¨ªa un par de bancos y una terraza. A mi amigo le gusta salir al jard¨ªn para leer y relajarse.
En el interior, el sal¨®n estaba repleto de libros en estanter¨ªas y un par de grandes pizarras blancas con f¨®rmulas. En el centro de la sala, descansaban tres perros robot Aibo en un par de sof¨¢s; hab¨ªa varios escritorios y un par de pantallas planas conectadas a todo tipo de aparatos Sony, desde una nov¨ªsima Playstation 3 hasta viejos reproductores Betacam. El sal¨®n estaba rodeado por una cocina y varias habitaciones sin cama, la mayor¨ªa con un simple escritorio de trabajo y estanter¨ªas llenas de libros y gadgets electr¨®nicos.
En una de ellas, cuyas parades estaban cubiertas de pantallas planas, varias c¨¢maras de v¨ªdeo apuntaban al centro de la habitaci¨®n. H me explic¨® que les serv¨ªa para experimentar con nuevas formas de interacci¨®n e inmersi¨®n en videojuegos. En otra sala ten¨ªan montones de prototipos, de arcilla y plastilina.
Uno de los primeros modelos de Aibo sali¨® de esta sala. Su creador, Hiroaki Kitano, no trabaja con mi amigo; lo hace en otro de los laboratorios secretos de Sony donde los cient¨ªficos piensan en libertad sin atenerse a normas preestablecidas.
Conoc¨ª a Kitano dos a?os despu¨¦s en una visita al Sony Computer Science Lab, el m¨¢s grande de todos estos laboratorios, tambi¨¦n situado en una zona apartada y tranquila. All¨ª trabajan 30 cient¨ªficos de diversas disciplinas: m¨¦dicos, cirujanos, f¨ªsicos te¨®ricos, ingenieros gen¨¦ticos, bi¨®logos, inform¨¢ticos, matem¨¢ticos, te¨®ricos del lenguaje, neurocient¨ªficos, economistas e incluso m¨²sicos. Cada uno hace lo que le da la gana sin ning¨²n tipo de imposici¨®n por parte de Sony. Tienen libertad total y ninguna obligaci¨®n ni presi¨®n por ganar dinero como ser¨ªa lo normal en una empresa. Me fascin¨® el aire distendido y la mezcla de disciplinas que vi en un par de sesiones de brainstorming a las que asist¨ª.
En Sony Computer Science Lab se gehan gestado ideas para curar el c¨¢ncer (algunas son la base para nuevos tratamientos); creado nuevos campos cient¨ªficos, como la econof¨ªsica; descubierto algunas de las claves de la din¨¢mica del desarrollo del lenguaje natural en la historia de la humanidad; dilucidado algunas de las claves que podr¨ªan alumbrar nuevas teor¨ªas sobre el origen de la vida en la Tierra, y creado nuevos instrumentos de m¨²sica.
En el laboratorio donde trabaja H crearon Aibo, el primer mando de la Playstation, y se concibi¨® la c¨¢mara de la consola, que supuso una nueva forma de interactuar con videojuegos, simplemente moviendo el cuerpo.
La filosof¨ªa de estos laboratorios es pensar con una visi¨®n lo m¨¢s amplia posible, pero a la misma vez de forma profunda en aquellas ¨¢reas donde se vislumbran lugares inh¨®spitos poco explorados. Tambi¨¦n pretenden mezclar y crear nuevas disciplinas para ir m¨¢s all¨¢ de la tecnolog¨ªa actual. Es, en definitiva, adelantarse a los dem¨¢s, desmarcarse de las fronteras de la ciencia de la computaci¨®n actual e incluso olvidarse de ella sumergi¨¦ndose en otras disciplinas. Sony libera a sus mejores mentes en laboratorios esparcidos por zonas residenciales de Tokio donde pueden seguir cambiando el mundo sin las ataduras de la vida corporativa.
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