La recesi¨®n obliga a Toyota a abandonar tambi¨¦n la F-1
El adi¨®s del gigante automovilista fue precedido por los de Honda y Bridgestone y deja el Mundial sin marcas japonesas
La recesi¨®n se llev¨® primero a Super Aguri en mayo de 2008. Le sigui¨® despu¨¦s el anuncio del adi¨®s de Honda al final de esa temporada. El 2 de noviembre, el mayor constructor de neum¨¢ticos, Bridgestone, comunic¨® a la FIA que no renovar¨ªa su contrato al final de 2010. Y ayer el gigante automovilista Toyota anunci¨® que abandona la F-1 de forma inmediata. Los fabricantes japoneses se han retirado pr¨¢cticamente de todas las competiciones, excepto del Mundial de MotoGP.
"Vistas las condiciones econ¨®micas actuales, hemos decidido retirarnos", dijo entre l¨¢grimas Tadashi Yamashina, jefe del equipo Toyota. "No permaneceremos en la F-1 bajo ning¨²n concepto, ni siquiera como motoristas". El movimiento operativo de la firma japonesa cay¨® en 5.600 millones de euros y los directivos prev¨¦n un retroceso en la producci¨®n de veh¨ªculos de un 13% hasta marzo de 2010, lo que significa que se pasar¨¢n de los siete millones actuales de coches a 6,2 millones. Todos los grandes constructores implicados en la F-1 han sufrido descensos en sus ventas en Europa: Renault cay¨® un 11,32%; Toyota, un 10,1%; Mercedes, un 18%; BMW, un 18,8%; y Ferrari, un 6,9%.
El movimiento operativo de la firma ha ca¨ªdo en 5.600 millones de euros
La recesi¨®n ha comportado reducciones significativas de plantillas, lo cual en una sociedad proteccionista como la japonesa es muy mal visto. All¨ª no se comprende que se despidan a 1.000 trabajadores y se sigan invirtiendo cifras escandalosas para seguir en el Mundial de F-1. Otras marcas japonesas como Mitsubishi (Rally Dakar), Kawasaki (MotoGP), Subaru y Suzuki (rallies) tambi¨¦n han dejado la competici¨®n.
Sin embargo, el adi¨®s de Toyota -que invert¨ªa 300 millones anuales- es un nuevo aviso de que algo no funciona en la F-1. Toyota debut¨® en 2002, ha disputado 139 carreras y no ha ganado ning¨²n gran premio, aunque en 2005 acab¨® 4? en el Mundial. Su trayectoria sirvi¨® para demostrar que el dinero no es sin¨®nimo de triunfo.
Pero, al final, mantener unos presupuestos tan hinchados en una ¨¦poca de crisis ha conllevado la desaparici¨®n de algunas grandes escuder¨ªas que parec¨ªan intocables. Adem¨¢s de Toyota y Honda, tambi¨¦n BMW dej¨® la F-1 y se especula con que Renault podr¨ªa seguir sus pasos al final de la pr¨®xima campa?a. La baja de Toyota podr¨ªa facilitar el regreso de Sauber, si los equipos de la FOTA logran ponerse de acuerdo. Por el momento, Williams y Campos rompen el consenso.
"Puede que sea el final de una d¨¦cada de dominio de los constructores, y que la F-1 regrese a los esquemas de los a?os noventa", concluy¨® Adam Parr, jefe ejecutivo de Williams.
Muchos equipos, pero m¨¢s pobres
A pesar de las retiradas de Honda y de Toyota, la parrilla de 2010 ser¨¢ la m¨¢s poblada de la F-1 desde 1995. Aquel a?o hubo 13 escuder¨ªas y 26 pilotos en la parrilla de la mayor parte de grandes premios. Ahora, tambi¨¦n. Adem¨¢s de los 10 equipos habituales se agregar¨¢n los tres seleccionados por la FIA que debutar¨¢n en la pr¨®xima campa?a: Campos Meta1, Manor y US F-1. La baja de BMW fue motivo de una nueva selecci¨®n en la que se incorpor¨® Lotus. Y ahora, el adi¨®s de Toyota permitir¨¢ recuperar a Sauber u obligar¨¢ a otro concurso... si todav¨ªa quedan equipos interesados.
La parrilla ser¨¢ la m¨¢s poblada. Pero la mayor parte de los equipos competir¨¢n con escasos recursos y ofrecer¨¢n una imagen de pobreza que hab¨ªa desaparecido de la F-1 en los ¨²ltimos a?os. Las diferencias presupuestarias entre los grandes y los ¨²ltimos estar¨¢n entre los 300 y 45 millones de euros. Y en la pista la diferencia puede rondar los cuatro segundos por vuelta.
La mayor¨ªa de equipos tendr¨¢ muchos problemas para cuadrar sus presupuestos. Y eso llevar¨¢ a una situaci¨®n ya vivida en el pasado: los pilotos deber¨¢n aportar patrocinadores a los equipos para coger un volante y estar en la l¨ªnea de salida. Alrededor de la mitad de los pilotos de la parrilla no cobrar¨¢ de sus escuder¨ªas. Al final resultar¨¢ que Max Mosley ten¨ªa raz¨®n.
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