?A qu¨¦ talibanes hay que combatir?
Cuatro tipos de insurgencia controlan parte de las zonas rurales de Afganist¨¢n
"Decir los talibanes es una simplificaci¨®n. Cuando se combate a una simplificaci¨®n se pierde la guerra. (...) En Afganist¨¢n hay cuatro tipos de insurgencia que se financian con el comercio del opio. (...) En muchas zonas rurales no hay presencia del Estado y la gente se f¨ªa m¨¢s de los insurgentes que de las autoridades de Kabul y las tropas extranjeras. Los talibanes son inteligentes, han aprovechado nuestros errores, el ¨²ltimo el desastre de las elecciones. (...) Sin un Gobierno respetado por los afganos, toda estrategia, nueva o vieja, acabar¨¢ en desastre". Estas son algunas de las frases de un experto en asuntos de seguridad que pide el anonimato.
No existen cifras precisas, pero el Ministerio de Interior afgano asegura que los talibanes representan una fuerza de unos 40.000 hombres. Enfrente hay otra con armamento moderno liderada por EE UU y la OTAN de m¨¢s de 100.000, de ellos 68.000 estadounidenses, 9.500 brit¨¢nicos y 2.830 canadienses, los ¨²nicos que combaten y sufren por ello la mayor¨ªa de las bajas. Esta segunda fuerza, en teor¨ªa superior, est¨¢ en serias dificultades desde 2007. La propuesta de los generales de EE UU es incrementar en 40.000 la fuerza y concentrarla en los n¨²cleos urbanos. Barack Obama ha mantenido ocho reuniones con su equipo nacional de seguridad pero a¨²n no tiene un plan para ganar la guerra.
40.000 rebeldes luchan contra m¨¢s de 100.000 soldados de EE UU y la OTAN
"Ser¨¢ un Gobierno m¨¢s d¨¦bil. Le falta legitimidad. El presidente [Hamid Karzai] ha sido nombrado por la Comisi¨®n Electoral Independiente. No se ha celebrado la segunda vuelta y la corrupci¨®n es un grave problema, pero si se mira de d¨®nde venimos, desde 2001 se puede afirmar que se han producido grandes avances", dice un alto funcionario de la presidencia afgana que tambi¨¦n pide anonimato. Sostiene que la clave de cualquier nueva estrategia es que los afganos perciban que es su Gobierno el que dirige las operaciones militares, y no los extranjeros.
"Hay una generaci¨®n joven que est¨¢ fuera del Gobierno del pa¨ªs y cuyo objetivo es marcharse a trabajar a otro", dice el experto de seguridad. "Quiz¨¢ Occidente debi¨® haber vetado los candidatos relacionados con el pasado, prohibir a los se?ores de la guerra, pero esto es muy dif¨ªcil porque a¨²n tienen mucho poder. Son los que nombran gobernadores, jefes de polic¨ªa, jueces. Las elecciones legislativas de primavera son una oportunidad para cambiar parte de la clase pol¨ªtica, pero en este clima soy pesimista. Suceder¨¢ lo mismo que en las presidenciales".
El principal grupo insurgente en Afganist¨¢n son los talibanes. Surgen en 1994 y en apenas dos a?os se hacen con el poder expulsando a los se?ores de la guerra muyahidin. Son pastunes, la etnia mayoritaria del pa¨ªs. Siempre se ha acusado a los servicios de informaci¨®n paquistan¨ªes de ser los creadores de este movimiento. Uno de sus l¨ªderes es el mul¨¢ Omar, pero no el ¨²nico. La creciente sofisticaci¨®n de sus explosivos y de sus ataques hace pensar a los expertos que detr¨¢s hay una clara direcci¨®n militar y vuelven a se?alar a los servicios secretos vecinos. Pakist¨¢n niega cualquier relaci¨®n con el movimiento.
Un segundo grupo, al que se le calculan unos 5.000 combatientes, es el liderado por Gulbuddin Hekmatyar, un se?or de la guerra que se pas¨® a los talibanes. Parte de su grupo, el Hizb-e-Islami, permaneci¨® fiel a los antiguos se?ores de guerra muyahidin y participa en la Administraci¨®n Karzai. Se les considera gente con m¨¢s preparaci¨®n que los talibanes y una gran capacidad de infiltraci¨®n en la polic¨ªa.
El tercero es el m¨¢s radical y peligroso. Se le conoce como la Red Haqqani. La CIA lo considera el brazo de Al Qaeda y el experto de seguridad lo equipara al grupo de Abu Musab al Zarqaui en Irak. Se le considera responsable de los atentados m¨¢s sangrientos, como los dos contra la Embajada de India. El jefe de este grupo es un antiguo combatiente contra los sovi¨¦ticos, y por lo tanto conocido de los servicios estadounidenses de informaci¨®n, Jalaluddin Haqqani. El grupo lo dirige desde hace unos a?os su hijo Sirajuddin. Al igual que el mul¨¢ Omar y Hekmatyar, se cree que viven en Pakist¨¢n, cerca de la frontera afgana.
El cuarto grupo es el m¨¢s complejo. Seg¨²n el experto occidental se trata de bandas de crimen organizado que act¨²an a menudo bajo el paraguas de los talibanes, como si fueran una franquicia, pero con agenda propia. La mayor¨ªa combaten a las tropas extranjeras porque son un obst¨¢culo para sus negocios de contrabando y drogas.
"El principal problema no es el militar, sino la corrupci¨®n, y es muy dif¨ªcil cambiar una cultura basada en la guerra. Ninguno de los pol¨ªticos afganos que est¨¢n en el poder tiene una visi¨®n de Estado. Primero es la familia y despu¨¦s la tribu. Las tradiciones est¨¢n por encima de la ley. Perdimos ocho a?os y nos hemos metido en una situaci¨®n imposible. Si se quedan [las tropas internacionales] ser¨¢ un desastre; si se van, ser¨¢ un desastre tambi¨¦n. Es terrible. Soy pesimista".
El alto funcionario insiste en que la clave es una direcci¨®n de la guerra afgana. "Hay varios pa¨ªses, entre ellos Espa?a, que est¨¢n formando a nuestros oficiales, pero cada pa¨ªs tiene una cultura militar diferente".
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