"En Jap¨®n hay que ser contenido"
La artista nipona vino a Madrid a finales de los sesenta a aprender flamenco y ahora vuelve con una versi¨®n de 'Carmen' en el 40? aniversario de su compa?¨ªa
El Diccionario Enciclop¨¦dico del Flamenco de Vega y Ruiz, libro serio como el que m¨¢s, tiene en la letra ka su entrada m¨¢s ex¨®tica: Komatsubara Yoko, como su nombre indica, japonesa de origen y una importante figura del flamenco internacional, no s¨®lo en su pa¨ªs natal. Komatsubara est¨¢ de nuevo en Madrid con su compa?¨ªa representando una Carmen bien distinta y liberada de t¨®picos. Esta peque?a mujer, en¨¦rgica, elegante y a¨²n con fuerzas para llevar las riendas de su conjunto y su escuela de Tokio (verdadero crisol de la danza espa?ola en el continente asi¨¢tico), pasa de los setenta a?os pero se ocupa de todo, y todo ha cambiado mucho en Madrid y en el mundo de cuando la joven Yoko lleg¨® a estudiar flamenco a la capital de Espa?a tras haber visto en Tokio al ballet de Pilar L¨®pez: "Yo procedo de una familia de m¨²sicos tradicionales japoneses; mi padre era m¨²sico en el teatro kabuki y aprend¨ª a tocar el shamis¨¦n".
Rafael de C¨®rdova la admiti¨®, contra todo pron¨®stico, en su compa?¨ªa en 1967
Su escuela de Tokio ha dado trabajo a muchos espa?oles que lo necesitaban
"Pocos hombres japoneses bailan flamenco. Hay m¨¢s mujeres"
La chispa de la danza salt¨® cuando fue a ver una funci¨®n de El lago de los cisnes: "Enseguida supe que quer¨ªa bailar, y as¨ª se lo ped¨ª a mi padre, que dentro de lo tradicional era un hombre bastante moderno aficionado a la fotograf¨ªa experimental. Empec¨¦ a estudiar ballet, que me gustaba bastante m¨¢s que la danza tradicional japonesa, hasta que vi la funci¨®n de Pilar L¨®pez y encontr¨¦ que yo quer¨ªa acercarme a aquello, pues el baile espa?ol reun¨ªa todo: actuaci¨®n, danza, ritmo, intensidad. Como en Jap¨®n no se pod¨ªa estudiar flamenco me vine sola a Madrid sin saber una palabra de castellano. Estuve estudiando 10 meses la lengua al tiempo que alternaba clases de folclore, flamenco, danza espa?ola, pero despu¨¦s dej¨¦ el espa?ol e invert¨ª todo el tiempo en el baile".
Un d¨ªa vio a Rafael de C¨®rdova y se qued¨® como se quedaban todas entonces: fascinadas por la apostura de aquel bailar¨ªn. As¨ª que lo abord¨® en la antigua academia de la calle de Amor de Dios y le pidi¨® una audici¨®n de prueba. Contra todo pron¨®stico, fue admitida en la compa?¨ªa en 1967.
Sus andanzas espa?olas la llevaron a Sevilla hasta Enrique El Cojo: "Tengo un recuerdo imborrable de ¨¦l. Casi sordo, gordo, cojo, pero con un magnetismo sobrenatural que pon¨ªa los pelos de punta. Me dijo: 'Vente ma?ana', y sus ense?anzas fueron muy importantes". Pero el flamenco para un japon¨¦s tiene todas las dificultades t¨ªmbricas y r¨ªtmicas imaginables: "Ten¨ªa poco dinero (hab¨ªa limitaciones para la cantidad que la familia pod¨ªa enviar al extranjero desde Jap¨®n), pero invert¨ª en contratar un guitarrista que me ense?ara todo: ritmos, palos, estilos. Enrique El Cojo me llev¨® al tablao Los Gallos, que fue otro paso de aprendizaje importante".
Komatsubara reconoce entre sus maestros tambi¨¦n a Albano, Matilde Coral, Victoria Eugenia, Pedro Azor¨ªn y Paco Fern¨¢ndez. En 1969 su propia agrupaci¨®n hac¨ªa el deb¨². Una vez, cuando el cr¨ªtico ?ngel ?lvarez Caballero la vio en Carmen se deshizo en elogios, y ha sido admitida por derecho hasta entre los m¨¢s puristas.
La bailarina japonesa pone palabras a su inter¨¦s por el flamenco: "Nuestra cultura no nos permite manifestar nuestros sentimientos. En Jap¨®n tenemos que ser contenidos y no podemos ni abrazarnos ni besarnos en p¨²blico. El flamenco, sin embargo, nos permite sacar al exterior todas esas emociones".
Yoko Komatsubara, en una demostraci¨®n de tenacidad, volvi¨® a Tokio para instalar una escuela, fermento y cantera de su compa?¨ªa (que ahora celebra su 40? aniversario con esta gira): "A m¨ª me gusta el teatro, el baile teatral, y eso me ha llevado a personajes como el de Carmen o Lis¨ªstrata, que han sido ¨¦xitos, como Goya, donde ahondaba en el pintor espa?ol".
Ahora el papel de Carmen lo bailan disc¨ªpulas suyas, como Keiko Inoue, Yoshie Tani o Yoko Tamura. Su escuela de Tokio ha dado trabajo a muchos espa?oles cuando lo necesitaban, y todos lo reconocen.
La compa?¨ªa ha aterrizado en Madrid desde Israel: "El proceso sigue siendo as¨ª. Los alumnos de mi escuela se perfeccionan y los que tienen talento entran en la compa?¨ªa. Siempre hay m¨¢s mujeres que hombres. Pocos hombres japoneses se deciden y empiezan tarde". Y ¨¦sa es la raz¨®n de que siempre tenga en su conjunto varones espa?oles invitados. En 2006 tuvo a Israel Galv¨¢n y antes, en la Carmen, el personaje de Don Jos¨¦ lo bailaron en Jap¨®n desde Joaqu¨ªn Cort¨¦s a Antonio Canales. "Cuando no eran tan famosos ya estuvieron all¨ª conmigo. Tambi¨¦n lo hizo Antonio Alonso, que era primer bailar¨ªn del Ballet Nacional de Espa?a".
Ballet Flamenco de Yoko Komatsubara. Carmen. Teatro de Madrid. Hasta el domingo 15.
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