Nancy Spero, icono del arte comprometido
"Es interesante el fen¨®meno de c¨®mo y por qu¨¦ alguien se convierte en famoso. El artista nunca controla el ¨¦xito de su obra". Con estas palabras, Nancy Spero se refer¨ªa, en una entrevista publicada por EL PA?S el a?o pasado, a un mundo y a un mercado fluctuante que siempre "busca excitaciones, nuevas cosas que abrazar, flirtear con el peligro, provocar al burgu¨¦s". Precisamente en la provocaci¨®n, y en una tensi¨®n con el espectador generada por su representaci¨®n del cuerpo femenino, estriba la po¨¦tica de esta creadora estadounidense, posiblemente una de las m¨¢s importantes, aunque desconocida por el gran p¨²blico, de finales del siglo XX.
Spero, que en 2008 fue protagonista de una retrospectiva del Centro de Arte Reina Sof¨ªa, el Macba de Barcelona y el Centro andaluz de arte contempor¨¢neo, falleci¨® en Manhattan el pasado 18 de octubre a los 83 a?os por las complicaciones de una infecci¨®n respiratoria.
Nacida en Cleveland en 1926, combinaba en sus trabajos dibujo, pintura o collages. Tras graduarse en el Art Institute de Chicago, complet¨® su formaci¨®n en Par¨ªs, en el taller del cubista Andr¨¦ Lhote. De vuelta en Estados Unidos, se cas¨® con Leon Golub, pintor y exponente del realismo social. Con ¨¦l, a finales de los cincuenta, se instala temporalmente en Italia, donde empieza a cultivar su fascinaci¨®n por las formas estilizadas del arte etrusco y romano.
Despu¨¦s de algunos a?os en la capital francesa, Spero regresa a Nueva York. Estamos a mediados de los sesenta. La guerra de Vietnam ya hab¨ªa comenzado, pero con ella tambi¨¦n estallaron los movimientos de protesta, la conciencia por los derechos civiles se abr¨ªa paso en la sociedad, y el arte comprometido, del que Spero es considerada un icono, viv¨ªa uno de sus mejores momentos.
Su War series, realizada entre 1966 y 1970, adem¨¢s de interpretar las obscenidades de los conflictos b¨¦licos, representa un punto de inflexi¨®n en su obra ya que a partir de ese momento decide deshacerse de las telas y utilizar el papel. En los setenta Spero se convierte en una activista del arte feminista, sobre todo gracias a su participaci¨®n en el llamado grupo WAR (Women Artists in Revolution) o la Art Workers Coalition, con los que lucha por la igualdad de g¨¦nero desde los museos.
De esa etapa destaca su trabajo Torture of women, una denuncia de los malos tratos a las mujeres en la que mezcla im¨¢genes y testimonios directos recogidos por Amnist¨ªa Internacional en Latinoam¨¦rica. Con los a?os, Spero no abandon¨® su compromiso con la representaci¨®n de la realidad y en uno de sus ¨²ltimos trabajos, Maypole: take no prisoners, presentado en 2007 en la Bienal de Venecia, aludi¨® sin miedos a la actualidad de Estados Unidos y la guerra en Irak.
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