La casta?a abandonada
Lugo y Ourense son una potencia en producci¨®n que se desaprovecha por la falta de profesionalizaci¨®n del sector
Un sector dejado de la mano de Dios: durante a?os, sirvi¨® para llenar est¨®magos, como alternativa a la patata, y aunque m¨¢s tradicional, la casta?a gallega no aparece ahora en los platos de las abuelas. "Mat¨® el hambre y por eso tenemos complejo", reflexiona Jes¨²s Quint¨¢, presidente del Consello Regulador de la Indicaci¨®n Xeogr¨¢fica Protexida (IXP) de la Casta?a de Galicia, que se lamenta de que este producto t¨ªpico del oto?o, y pese a los m¨²ltiples magostos, "se consume muy poco en fresco y la casta?a transformada, en platos, es testimonial". "En otros sitios es de gourmet".
Los casta?ares de Lugo y Ourense, fundamentalmente, convertir¨ªan a Galicia en una potencia en la producci¨®n de casta?a, pero el estado de abandono de la producci¨®n no permite que avance el sector, de hecho, retrocede: "Cada vez hay menos casta?as, la poblaci¨®n es cada vez m¨¢s vieja y ya no las recogen". Tan s¨®lo 600 o 700 personas viven de forma directa de la recolecci¨®n de la casta?a -que tienen grandes plantaciones ordenadas-, pero entre 20.000 y 30.000 completan sus ingresos, como un complemento, cada oto?o con este producto que ni plantan ni le dan ning¨²n cuidado. Es un suplemento, pero en el interior de Lugo y Ourense se convierte en "fundamental para muchas familias".
"Cada vez hay menos casta?as, la gente es mayor y ya no las recoge"
El producto gallego no cumple las exigencias de calidad del mercado
Los casta?os gallegos -que producen la mitad del producto que se da en Espa?a- crecen sin planificaci¨®n, sin una correcta ordenaci¨®n, sin m¨¦todos de plantaci¨®n ni recogida, sin separar las 81 variedades catalogadas: simplemente se aprovecha lo que dan los casta?ares de forma natural. Esta falta de profesionalizaci¨®n del sector influye directamente en la calidad y cantidad de casta?a que se recoge, explica Quint¨¢, porque las que tienen mayor salida en el mercado se mezclan con otras de menor valor. "La producci¨®n est¨¢ abandonada y tiene m¨¢s problemas de plagas que en otros sitios", asegura.
Desde comienzos de este a?o la casta?a gallega cuenta con el distintivo de Indicaci¨®n Xeogr¨¢fica Protexida y su presidente espera que este sea un primer paso, "un arma", para normalizar y organizar el sector y que ayude a introducir t¨¦cnicas de cultivo y de recogida. La intenci¨®n es equiparar la producci¨®n gallega a la de pa¨ªses vecinos como Francia, Italia y Portugal que "llevan 20 o 30 a?os de ventaja". "Si no se regula, se va a perder", advierte Quint¨¢, quien lamenta el desinter¨¦s que, hasta ahora, han demostrado las administraciones. Pide para la casta?a un proceso de mejora de condiciones, de profesionalizaci¨®n, que s¨ª vivieron sectores como el del l¨¢cteo o el del vino, que superaron hace tiempo el l¨ªmite del consumo propio para dar el salto a la industria como patas importantes del primario gallego. En septiembre de 2008, la Conseller¨ªa de Medio Rural presentaba un contrato homologado para la casta?a que estabilizara la venta y los precios, pero un a?o despu¨¦s no hay ninguno firmado: falta un estudio a fondo sobre las variedades y sobre las zonas de producci¨®n que se est¨¢ comenzando a hacer ahora. Es el primer paso para regularizar el sector, dice la Xunta.
Esta campa?a, como cualquier a?o normal, se recoger¨¢n 15.000 toneladas de casta?a en los montes: la mitad se consumir¨¢n en fresco y el resto se destinar¨¢n a la transformaci¨®n (como harinas, congelados, etc¨¦tera). Dejar¨¢n unos ingresos de entre 20 y 30 millones de euros, pero las empresas que viven directamente de la casta?a preparan mayormente producto for¨¢neo que viene del Bierzo, pero tambi¨¦n de Portugal o Francia. No hay suficiente casta?a para transformar en Galicia, pero la que se da en la comunidad tampoco cumple con las exigencias de todos los mercados -gran parte del producto que se prepara se exporta a pa¨ªses consumidores como EE UU y Jap¨®n-, que piden variedades espec¨ªficas, m¨¢s homog¨¦neas, y calidades que no existen en la comunidad.
El presidente del Consello Regulador pide que las Administraciones p¨²blicas aporten tambi¨¦n recursos para la promoci¨®n de la casta?a. "En ning¨²n medio he visto un anuncio de la casta?a", lamenta, y su consumo es escaso en fresco y transformado, en platos, "es testimonial". En Portugal, por ejemplo, se comen 800 toneladas de casta?a congelada al a?o, mientras que en Espa?a se consumen s¨®lo 50, cuenta Quint¨¢.
Mientras, espera que en Galicia ocurra lo que pasa ya en el centro de Italia y Francia, donde se est¨¢ volviendo a recoger casta?a porque es uno de los cultivos "m¨¢s rentables, ya que no da mucho trabajo".
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