Objetivo, impulsar la vivienda de alquiler
Un grupo de expertos plantea subsidiar las rentas libres y dejar de construir pisos p¨²blicos - La propiedad de las casas protegidas impide la movilidad laboral, pero el alquiler social apenas existe
La ingente cantidad de viviendas construidas sin vender y la profunda recesi¨®n del sector inmobiliario han supuesto mordiscos en los precios de los pisos de hasta un 30%. Pero eso no ha facilitado el acceso a una casa a la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. En la otra cara de la moneda est¨¢n las restricciones crediticias y, sobre todo, la voraz destrucci¨®n de puestos de trabajo. Un lastre, el del paro, que va ligado a un sector de la vivienda r¨ªgido, mayoritariamente en propiedad, que impide la movilidad laboral. Varios expertos reclaman reformar el mercado inmobiliario para impulsar el alquiler a trav¨¦s de ayudas, pero tambi¨¦n eliminar la vivienda de protecci¨®n p¨²blica (VPP). ?No crear¨¢ eso m¨¢s exclusi¨®n? ?Supondr¨ªa eso ir hacia una pol¨ªtica de cheques tambi¨¦n en vivienda?
En Espa?a s¨®lo el 1% de los pisos son de alquiler social; en Holanda, el 35%
"La vivienda protegida es una loter¨ªa", sostiene Luis Garicano
"No hay pa¨ªs que no tenga un parque de pisos sociales", apunta el Gobierno
Otros analistas creen que las ayudas sistem¨¢ticas son inflacionistas
Tras la controvertida propuesta de crear un contrato laboral ¨²nico, la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada (Fedea) elabor¨® un texto con medidas para potenciar el alquiler, que en Espa?a s¨®lo supone el 13,2% de todo el parque de vivienda (hasta hace un a?o era el 11%, como indica el gr¨¢fico), muy lejos, por ejemplo, de Alemania, donde el 51% de sus ciudadanos arrienda su casa. La medida m¨¢s pol¨¦mica es la que propugnan algunos de los economistas que firman el documento: dejar de construir vivienda p¨²blica y crear un sistema permanente de subsidios al alquiler. El debate est¨¢ servido. Todos los pa¨ªses europeos tienen un parque de VPP, aunque para arrendar. Y Espa?a ah¨ª est¨¢ a la cola: s¨®lo un 1% de todos los pisos son de alquiler social, frente al 19% de Francia o el 21% de Suecia.
El informe de Fedea hace hincapi¨¦ en todos los males que acarrea un mercado inmobiliario arraigado en la propiedad: un excesivo endeudamiento de las familias, una baja movilidad laboral que impide que los trabajadores del sur se desplacen al norte, donde hay menos paro, o una tasa de emancipaci¨®n muy baja en comparaci¨®n con otros pa¨ªses. Seg¨²n Fedea, el 65% de los j¨®venes de entre 25 y 29 a?os vive con sus padres, cuando en Francia, Holanda y Reino Unido est¨¢ proporci¨®n se mueve entre el 20% y el 22%.
Ahora bien, ?por qu¨¦ debe dejarse de construir VPP? El profesor de la London School of Economics y firmante del documento Luis Garicano sostiene que una primera raz¨®n es coyuntural. Con un stock de pisos que las estimaciones m¨¢s conservadoras sit¨²an en un mill¨®n, levantar m¨¢s pisos sociales supondr¨¢ "agravar" la crisis del sector. Pero hay m¨¢s. "El principal motivo es el componente de loter¨ªa que tiene una vivienda p¨²blica, adem¨¢s del fraude que hay en las adjudicaciones. A quien le toca uno de estos pisos recibe una subvenci¨®n enorme, mientras que otros se quedan sin nada", afirma Garicano.
A su juicio, el Gobierno debe eliminar, primero, las desgravaciones fiscales por la compra de vivienda. A la vez, prosigue, el Ejecutivo debe poner las bases para fomentar el alquiler de precio de mercado, dejar de construir VPP y crear un sistema de ayudas para subvencionar parte de la renta a las familias que no puedan acceder a una vivienda. Son palabras mayores para un pa¨ªs de propietarios y donde la construcci¨®n de pisos p¨²blicos es una de las principales pol¨ªticas sociales de la agenda de cualquier partido.
Desde el Ejecutivo de Rodr¨ªguez Zapatero la respuesta es clara: se coincide en el fin, el fomento del alquiler, pero no en el m¨¦todo. El subsecretario de Vivienda, Marcos Vaquer, explica que, a ra¨ªz de la crisis inmobiliaria y de las nuevas medidas del Gobierno, los contratos de alquiler subieron un 18%, lo cual ha permitido que el arrendamiento haya pasado del 11% del parque de viviendas espa?ol al 13,2%. Y este incremento se da incluso en ciudades donde el mercado de alquiler era m¨¢s amplio y en el que se tem¨ªa que hubiera tocado techo, como Barcelona, donde uno de cada cuatro ciudadanos arrienda.
Vaquer asegura que el Ministerio apuesta por el alquiler. Ahora bien, tambi¨¦n "por un parque amplio y estable de vivienda protegida en r¨¦gimen de arrendamiento. No hay pa¨ªs que carezca de ¨¦l". En estados como Dinamarca, Francia, Austria o Suecia el alquiler social representa m¨¢s del 15% de todas las casas, y eso que en algunos pa¨ªses las pol¨ªticas de signo neoliberal de las d¨¦cadas de 1980 y 1990 liquidaron parte de ese parque. En Holanda, los pisos protegidos que se arriendan suponen incluso el 35% del total.
En cualquier caso, Vaquer rechaza que la pol¨ªtica de vivienda se base "al 100% en cheques". Una f¨®rmula que tambi¨¦n rechazan los sindicatos. La secretaria de Pol¨ªtica Social de UGT, Carmen L¨®pez, recuerda que "la vivienda es un derecho constitucional" que requiere "pol¨ªticas activas y no simplemente regulaciones del mercado". Por ello, L¨®pez defiende "patrimonios p¨²blicos de suelo" y m¨¢s VPP. Fuentes de CC OO aseguran, por su parte, que basarse en el alquiler libre es inviable, puesto que la oferta es reducida y los precios todav¨ªa son muy altos.
Tampoco las inmobiliarias lo aceptan, puesto que temen que el efecto acabe siendo nulo, como ocurre con las desgravaciones por la compra de vivienda. Pedro P¨¦rez, presidente del G-14, la asociaci¨®n de grandes inmobiliarias, opina que hay que ir "con mucha cautela" con las ayudas permanentes. "Hay f¨®rmulas alternativas mejores y m¨¢s limpias que estas subvenciones", sostiene.
Sin embargo, P¨¦rez admite que la obtenci¨®n de un piso protegido en propiedad s¨ª es una loter¨ªa. "Resulta una pol¨ªtica poco ponderada: o accedes a una vivienda en propiedad o bien te quedas sin tus necesidades resueltas", a?ade. La propiedad de la VPP plantea, adem¨¢s, otro debate: el de la inequidad.
Los detractores de la vivienda protegida de compra ponen siempre el mismo ejemplo: un joven de 24 a?os, por ejemplo, puede ser beneficiario de una VPP. Y este joven, al cabo de tres a?os, puede conseguir un buen empleo. Incluso puede ser directivo de una empresa al cabo de otros tres. Y no tendr¨¢ la obligaci¨®n de devolver su piso a pesar de que ya puede acceder al mercado libre. En cambio, en el mismo concurso se habr¨¢ presentado alguien sin recursos que transcurridos seis a?os se hallar¨¢ en la misma situaci¨®n. Y adem¨¢s, al cabo de unos a?os -por regla general, 30- el piso pondr¨¢ venderse a precio de mercado libre.
Para evitar que la subvenci¨®n acabe siendo un negocio y tener un parque de VPP estable, la Generalitat decidi¨® que los pisos en suelo p¨²blico sean protegidos durante 90 a?os. La secretaria de Vivienda del Gobierno catal¨¢n, Carme Trilla, rebate, adem¨¢s, el argumento de la inequidad. "Los veintea?eros no son el perfil de los que buscan un piso protegido de propiedad, entre otras cosas porque la mayor¨ªa no tiene los ingresos necesarios para comprarlo. Estamos viendo que la mayor¨ªa de los que tienen entre 22 y 30 a?os nos est¨¢ pidiendo alquiler", asegura Trilla, que opina que la pol¨ªtica de vivienda debe ser el resultado de usar "todos los instrumentos disponibles".
El catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad Pompeu Fabra Jos¨¦ Garc¨ªa Montalvo, que tambi¨¦n firma el documento de Fedea, rechaza la VPP de compra, pero no se opone a un parque p¨²blico de vivienda de alquiler. "Lo ideal ser¨ªa que los subsidios al alquiler funcionaran bien, pero el problema es que pueden ser inflacionistas", indica.
Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de las ayudas al alquiler para j¨®venes, de 210 euros, que en algunos casos supusieron que los alquileres se encarecieran porque el propietario sab¨ªa que el inquilino iba a disponer de m¨¢s recursos. Luis Garicano, no obstante, no cree que ese sea ahora el problema m¨¢s acuciante. "Puede ser un revulsivo. Imaginemos que una ayuda de 120 euros se reparte a partes iguales entre arrendador y arrendatario. Es una forma de ayudar a la oferta y a la demanda", asegura.
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