Seis semanas con la nave bloqueada
Un grupo industrial catal¨¢n denuncia la "indefensi¨®n" de los empresarios que tropiezan con obst¨¢culos en Marruecos
Aguilar y Salas responde a la perfecci¨®n al arquetipo de peque?o grupo industrial catal¨¢n de capital familiar (35 millones de facturaci¨®n y 140 empleados), tan poco amigo de cuantificar cualquier beneficio como aversi¨®n siente a las fotos. La empresa, en tercera generaci¨®n, lidia con los igualmente t¨ªpicos dilemas que plantea la feroz y barata competencia que ataca desde Asia y el Este de Europa con una no menos frecuente soluci¨®n: el dise?o, la gesti¨®n de compras y la fabricaci¨®n de equipos de mayor valor a?adido deben quedarse en Catalu?a, pero la producci¨®n puede seguir aumentando y debe hacerlo en lugares m¨¢s competitivos por su proximidad y su mano de obra valiosa y menos costosa. As¨ª fue como, hace tres a?os, Aguilar y Salas aterriz¨® en un pol¨ªgono industrial de Casablanca. Y all¨ª asegura que quiere quedarse, pese a que, desde hace un tiempo, vive, en palabras de su director gerente, Manuel Salas, "una situaci¨®n surrealista" que le hace sentir "en total indefensi¨®n".
Aguilar y Salas vuelve a fabricar en Catalu?a equipos ya hechos en Casablanca
Por diferencias con el socio marroqu¨ª con el que se ali¨® en su momento, y que cuenta con un 45% del capital de la filial marroqu¨ª de Aguilar y Salas, Manuel Salas y su hermana Vict¨°ria, responsable de los recursos humanos, se lamentan de que el taller de producci¨®n que arrendaron en r¨¦gimen de leasing permanece bloqueado por pesada maquinaria del socio local, Emteyco.
"Los trabajadores (una docena) merodean por la nave, a la que siguen acudiendo cada d¨ªa porque quieren cobrar a final de mes, pero ni hay electricidad ni los camiones pueden entrar o salir, no pueden trabajar", describen la situaci¨®n ambos hermanos. El colmo del absurdo es la producci¨®n por duplicado de equipos ya fabricados que se ha visto forzada a realizar en su planta de Les Franqueses del Vall¨¨s.
"Los equipos ya est¨¢n fabricados, pero no podemos sacarlos del taller de Casablanca y los clientes nos presionan", explican. El coste del episodio ronda, a?ade, "el mill¨®n de euros o m¨¢s". Los Salas creen que Mohamed Lambrini, el socio marroqu¨ª, les presiona para que abandonen el taller (para qued¨¢rselo su empresa) y busquen otro mayor en otro lugar.
El ¨²nico motivo por el que los empresarios acceden a contar su historia, que en Marruecos ha derivado en un conflicto judicial que recomienda prudencia, es ¨¦ste: "No somos un caso aislado. Otros empresarios espa?oles nos han comentado que han sufrido problemas similares", asegura. Pero no pueden hablar por otros con nombres y apellidos. La Embajada espa?ola en Marruecos no entra en el tema, pero s¨ª conoce y sigue de cerca el caso de Aguilar y Salas desde que, a finales de octubre, tras lograr irrumpir en la nave al d¨ªa siguiente de haberlo hecho acompa?ado por gendarmes para realizar un inventario de activos, el gerente y los trabajadores fueran encerrados dentro por espacio de algunas horas.
"Cuando supimos lo que ocurr¨ªa, hicimos todas las gestiones posibles. Nuestro papel no era enviar a funcionarios al lugar, sino que fuera la gendarmer¨ªa y garantizar la seguridad de los empresarios", explica Carlos de Lojendio, c¨®nsul de Espa?a en Casablanca.
Una vez que aparecieron los gendarmes -"?primero nos quer¨ªan hacer salir por la ventana de nuestra nave!", exclama, enfadado, Salas-, ni ¨¦l ni el director de la planta quer¨ªan salir hasta que no se garantizara que no les ocurrir¨ªa nada a los trabajadores marroqu¨ªes. La agencia oficial marroqu¨ª consider¨® "falsa" la informaci¨®n de que Salas y sus trabajadores hubieran permanecido encerrados por su socio marroqu¨ª, tras la denuncia de los hechos realizada por la patronal catalana del metal UPM, reproducida por distintos peri¨®dicos.
"Al d¨ªa siguiente del incidente fui a ver al prefecto. Estaba al tanto del tema, que consideraba una disputa industrial por el control de las instalaciones", relata De Lojendio, para quien "la seguridad y protecci¨®n del industrial est¨¢n garantizados".
Salas agradece "sinceramente" la actuaci¨®n de las autoridades espa?olas, a las que pide, sin embargo, que "acompa?en m¨¢s" a los empresarios que invierten en el exterior una vez que ya han puesto su pica en el pa¨ªs de destino. Y tambi¨¦n que cualquier disputa "no se resuelva a trav¨¦s de los tribunales normales marroqu¨ªes". Pero el problema de fondo subsiste. Las diferencias mercantiles y jur¨ªdicas las tendr¨¢ que dirimir un juez. Pero, mientras, el taller no fabrica y permanece bloqueado. Lleva as¨ª "cerca de seis semanas". Salas insiste: "No somos los ¨²nicos en esta situaci¨®n".
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