Tres ONG denuncian la vulneraci¨®n de derechos en el CIE de Aluche
Interior replica que el internamiento de extranjeros est¨¢ controlado por jueces
Dentro del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche hay polic¨ªas -ocho o 10 por turno- e inmigrantes retenidos por quedarse en Espa?a ilegalmente y no poseer permiso de residencia. Son enviados all¨ª por un juez tras una estancia m¨¢xima de 72 horas en una comisar¨ªa. Por las ma?anas hay un m¨¦dico. Casi nadie m¨¢s. No puede entrar ni Cruz Roja, que deja sus cajas en el exterior, en el patio, aunque eso va a cambiar con la nueva Ley de Extranjer¨ªa, que est¨¢ en plena tramitaci¨®n.
Las versiones de algunos internos y de los polic¨ªas sobre lo que sucede en el interior de este lugar, inaugurado en 2005 y con capacidad para 300 internos, difieren de ra¨ªz. "Hay buen ambiente, pocos vigilantes, falta de tensi¨®n y buen rollo", describe un agente, representante del Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP), mayoritario en el cuerpo. "Si te pones bravo te golpean y es un sitio inc¨®modo y sucio, pero ya sabemos que no es un hotel, aunque nosotros lo llamamos as¨ª", coment¨® a este peri¨®dico un ecuatoriano que acababa de salir. La nueva Ley de Extranjer¨ªa prorroga de 40 a 60 los d¨ªas que se puede permanecer encerrado en estos sitios (hay nueve en toda Espa?a y ninguno de los dem¨¢s tiene significativas quejas de usuarios ni instituciones).
El Defensor del Pueblo ya se?al¨® faltas en la atenci¨®n m¨¦dica
"Los agentes de all¨ª son j¨®venes y no quieren problemas", dice un polic¨ªa
En el lado de quienes denuncian, tres organizaciones -Ferro-carril Clandestino, M¨¦dicos del Mundo en Madrid y SOS Racis-mo- presentaron ayer un informe realizado con entrevistas a 40 personas retenidas en el centro desde 2007 hasta marzo de 2009. Algunas de sus conclusiones son que no se respeta la intimidad ni los derechos de los retenidos. Se recurre en ocasiones a la violencia f¨ªsica y con mucha frecuencia a la verbal. Las visitas y las comunicaciones son escasas y arbitrarias. La higiene es deplorable y los inmigrantes est¨¢n hacinados en celdas cerradas desde fuera.
El Ministerio del Interior, a trav¨¦s de un portavoz, precisa que se cumplen "todas las garant¨ªas del Estado de derecho". Incluyendo la fiscalizaci¨®n del lugar por jueces, fiscales, el Parlamento Europeo o el Defensor del Pueblo. Precisamente, Interior concede algunas cr¨ªticas de esta ¨²ltima instituci¨®n, lo que "demuestra que hay garant¨ªas de derecho y que las deficiencias son subsanadas porque hay mecanismos para ello". El portavoz concluye recordando "el compromiso del Gobierno de mejorar y aumentar la transparencia de estos centros". Tambi¨¦n recuerdan que el ingreso y posterior salida de inmigrantes siempre es por mandato judicial y que tienen la asistencia de sus abogados en todo momento.
El Defensor del Pueblo, en su Memoria general de 2008, incluye algunas observaciones sobre "la tensi¨®n observada en el centro" y sobre la no muy mod¨¦lica atenci¨®n m¨¦dica. Su visita estuvo motivada por una huelga de hambre que hubo all¨ª. Tampoco el Parlamento Europeo se llev¨® en 2008 una gran impresi¨®n de estos lugares en Espa?a: "Higiene deplorable y trato innecesariamente severo" son algunos de sus apuntes.
El informe, presentado ayer, es un largo c¨²mulo de entrecomillados extra¨ªdos de las entrevistas realizadas a extranjeros que estuvieron internados en el CIE, una peque?a parte de los m¨¢s de 4.000 personas que pasan anualmente por el centro.
En sus conclusiones, el estudio habla de "sistemas de castigo y aislamiento", que un entrevistado verbaliz¨® as¨ª: "Si no les gustas, si eres problem¨¢tico, si no haces lo que la polic¨ªa te dice, te llevan a las celdas debajo del CIE y te encierran durante tres d¨ªas. No llamas, no hablas con nadie, no ves fuera, est¨¢s solo en tu habitaci¨®n". Interior, igual que los sindicatos policiales, niega tajantemente ese extremo y explica que esos lugares aislados son para "las personas que se autolesionan o por cuestiones de la seguridad de todos. Adem¨¢s, s¨ª pueden recibir visitas". Un contraste de pareceres que se extiende por todos los cap¨ªtulos. "Te llaman gilipollas, negro, indio", refleja Esther, hondure?a. "Nos dec¨ªan que somos la lacra de la sociedad, que deber¨ªamos irnos a nuestro pa¨ªs atados como animales", asegura Miriam, boliviana.
En opini¨®n de la jurista Margarita Mart¨ªnez Escamilla, catedr¨¢tica de Derecho Penal de la Universidad Complutense de Madrid y asistente ayer al acto, "lo m¨¢s preocupante de este lugar es que quienes velan por la seguridad de los internos y quienes deber¨ªan recoger sus denuncias son los mismos que habr¨ªan cometido los delitos". "?C¨®mo pueden decir que se les tortura y a la vez denunciar que se sienten vigilados por c¨¢maras de seguridad? Si hubiera torturas tambi¨¦n las grabar¨ªan las c¨¢maras", apunta un portavoz de Interior.
Tanto el Sindicato Unificado de Polic¨ªa (SUP) como la Confederaci¨®n Espa?ola de la Polic¨ªa (CEP) mantienen que no se producen agresiones ni vejaciones. "Los polic¨ªas suelen ser j¨®venes y de las ¨²ltimas promociones, por lo que suelen tener mucha paciencia para evitar entrar en problemas con el r¨¦gimen disciplinario", explica Felipe Brihuega, del SUP.
Ambas formaciones confirmaron que existen dos habitaciones de aislamiento, dotadas con ventana, servicio y cama. All¨ª se mete a los internos que cometen robos, se enfrentan con otras personas o est¨¢n especialmente violentos. "Siempre que alguien est¨¢ ah¨ª se informa a la autoridad judicial, y se hace por la seguridad de ese interno y del resto. Hay unos protocolos de actuaci¨®n y se aplican como tales", a?adi¨® un portavoz de la CEP. "Algunos intentan crear problemas para que les expulsen y no estar internados, pero no lo consiguen", destaca Brihuega.
El documento de las organizaciones concluye con una carta escrita a mano: "Respetuosamente, los internos del CIE solicitamos que la Comunidad se manifieste contra el trato inhumano que los indocumentados estamos sufriendo en este centro".
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