El fot¨®grafo infiltrado en casa
La familia contempor¨¢nea protagoniza una exposici¨®n de retratos
Frederic Nauczicyel (Par¨ªs, 1968) es un fot¨®grafo con alma de antrop¨®logo. Sus im¨¢genes tienen el poder de atrapar el observador en historias a la vez ¨ªntimas y universales, que dejan mucho espacio a la fantas¨ªa individual. Su at¨ªpico m¨¦todo de trabajo prev¨¦ infiltrarse en casas de amigos y conocidos con el objetivo de acceder a su intimidad cotidiana. En cada familia se queda dos d¨ªas y dos noches, a lo largo de los cuales les observa en busca de situaciones sugerentes y evocadoras, que tengan un car¨¢cter general y, a la vez, relaci¨®n con su propia vida. Sin embargo, lo m¨¢s sorprendente es que estas situaciones no son captadas por el artista en el instante en que se producen, sino que son reconstruidas posteriormente hasta el m¨¢s m¨ªnimo detalle. De esta forma, Nauczicyel fotograf¨ªa reconstrucciones de la realidad, que, sin embargo, de ninguna manera se pueden considerar puestas en escena. "Cuando pido a las personas volver a reproducir un gesto o momento determinado, la emoci¨®n vinculada a ese gesto o momento reaparece autom¨¢ticamente, porque el cuerpo tiene memoria", explica Nauczicyel, que est¨¢ en Barcelona para la inauguraci¨®n de la exposici¨®n ?ntima morada. Fotogramas de la intimidad familiar, abierta hasta el 14 de febrero en La Virreina Centre de la Imatge, donde se exhiben 21 fotos, y la sede del Instituto Franc¨¦s, que acoge siete.
"Las fotos de Nauczicyel son impresiones ¨ªntimas de una verdad tan herm¨¦tica como com¨²n, son como reflexiones en voz alta", afirma el comisario del evento, Frederic Montorn¨¦s. El resultado de las incursiones de Nauczicyel en familias de Suecia, Francia y Espa?a, se cristaliza en una serie de escenas dom¨¦sticas de factura impecable, siempre inmortalizadas con luz natural y sin ning¨²n tipo di manipulaci¨®n. "Trabajo a¨²n con diapositivas y revelado manual, una t¨¦cnica destinada a desaparecer pronto", apunta el artista, que no tuvo una formaci¨®n acad¨¦mica y lleg¨® a la fotograf¨ªa desde el mundo del teatro, donde trabaj¨® m¨¢s de una d¨¦cada con el core¨®grafo americano Andy DeGroat. A pesar de que no hay indicaciones bibliogr¨¢ficas precisas que permitan localizar cada imagen, el observador puede intentar descubrir d¨®nde fueron captadas a trav¨¦s de particulares, como la placa de un coche o el idioma de un diario, que, sin embargo, no entra?an ninguna certeza.
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