La Web es el mundo
Oponer el mundo f¨ªsico al virtual dej¨® de tener sentido hace tiempo. John Battelle y Tim O'Reilly, organizadores de la Web 2.0 Summit en San Francisco, van m¨¢s all¨¢. Seg¨²n ellos, la Web es el mundo.
"La Web ha dejado de ser una colecci¨®n de p¨¢ginas HTML que describen el mundo. De manera creciente, la Web es el mundo. Cada cosa y cada persona en el mundo proyecta una sombra informativa, un aura de datos que, cuando es capturada y procesada inteligentemente, ofrece una oportunidad y estimulantes implicaciones para la mente".
La expresi¨®n sombra informativa ha sido acu?ada por Mike Kuniavsky, de ThingM. Much¨ªsimos objetos hoy tienen presencia en la Web. Los libros, por ejemplo, en Amazon o en Google Book; los CD, en la CD Database (CDDB), en iTunes o en Rhapsody; las pel¨ªculas, en Netflix; los coches, en el registro de autom¨®viles. La gente deja su larga sombra con sus flujos de e-mails, de fotos puestas en red, con sus perfiles en MySpace o Facebook, y con sus comentarios en los blogs.
La idea central, seg¨²n confi¨® John Battelle a InformationWeek, es que la Web se da en m¨²ltiples dimensiones gracias a los tel¨¦fonos inteligentes y a la penetraci¨®n de la banda ancha, as¨ª como a la conexi¨®n de m¨¢quinas y sensores a la Red. La Web 2.0 fue el inicio de este proceso que conoce ahora una notable aceleraci¨®n. De ah¨ª la noci¨®n de Web al cuadrado.
La asociaci¨®n con "Internet de las cosas" es obvia; pero, sugieren Battelle y O'Reilly, no hace falta que los objetos tengan un chip RFID que los conecte a una red de sensores. Basta, en el caso de una botella de vino por ejemplo, que alguien tome una foto y que su programa la reconozca.
La proliferaci¨®n de los sensores es clave. Un smartphone sabe d¨®nde estamos y en qu¨¦ direcci¨®n miramos. Las c¨¢maras saben d¨®nde y cu¨¢ndo tomamos una foto. Sensores y humanos se retroalimentan mutualmente y contribuyen a la emergencia de m¨¢s inteligencia. Los aparatos alimentan a la Web social, que los alimenta a su vez. "Nuestros aparatos nos extienden [extienden nuestras capacidades] y nosotros a ellos," dicen Battelle y O'Reilly.
Si agregamos los intercambios en tiempo real, v¨ªa Twitter o Facebook, por ejemplo, el hecho de que podamos saber lo que est¨¢ pasando y reaccionando en el acto crea una "mente colectiva". Nos puede preocupar, pero sin olvidar que "la comunicaci¨®n nos une, nos da un contexto compartido y una identidad compartida".
La acumulaci¨®n y el tratamiento de tantos datos recogidos por m¨¢quinas, sensores y humanos permiten integrar una dimensi¨®n de "realidad aumentada" en nuestro uso de las TIC. Battelle la define como "una capa de datos entre t¨² y el mundo que te vuelve m¨¢s inteligente sobre lo que est¨¢s viendo". La c¨¢mara integrada en un smartphone con GPS puede reconocer un monumento y dar las informaciones relevantes. Todo esto constituye una "revoluci¨®n" para O'Reilly y Battelle, tan importante como la iniciada hace cinco a?os cuando lanzaron el t¨¦rmino Web 2.0. No todos los analistas adoptan t¨¦rminos tan excesivos, pero muchos piensan que estamos en un nuevo "punto de inflexi¨®n". Read Write Web, por ejemplo, acaba de explicar la evoluci¨®n actual alrededor de cinco tendencias: datos estructurados o Web sem¨¢ntica, Web en tiempo real, personalizaci¨®n, Web m¨®vil y realidad aumentada (Internet de los objetos).
La intenci¨®n de O'Reilly y Battelle con su conferencia es la misma que en el a?o 2004: tratar de sacar sentido de la proliferaci¨®n de ideas y de j¨®venes empresas con la intenci¨®n de ayudarles a vender mejor los sectores m¨¢s innovadores de la industria. Su conferencia, seg¨²n Jeremy Owyang, es el mejor lugar para presentar start-ups (un blog de la conferencia permite encontrarlas todas en blog.web2summit.com). Vale la pena escucharlos cuando dicen que "Internet se est¨¢ volviendo inteligente m¨¢s r¨¢pido de lo que pudiera pensarse."
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