Francia se salva con una trampa
Tras controlar el bal¨®n con la mano, Henry sirve a Gallas el gol que bate a la Rep¨²blica de Irlanda
Una mano de Henry y un fuera de juego previo de Squillaci pasaron inadvertidos para el ¨¢rbitro y la jugada acab¨® en gol. Una trampa que vali¨® la clasificaci¨®n de Francia para el Mundial de Sur¨¢frica 2010 y que derrumb¨® de un soplido a la esforzada Rep¨²blica de Irlanda, que acorral¨® al conjunto local, pero a la que le falt¨® punter¨ªa y le sobr¨® la picaresca rival.
Poderosa a nivel individual, con figuras en los mejores equipos de Europa, a Francia se le intuye un equipo exterminador y sin apenas fisuras. Nada m¨¢s lejos de la realidad. Con una fase de clasificaci¨®n horrible, segunda tras Serbia, se jug¨® las casta?as en la pr¨®rroga ante Irlanda, un rival menor que se creci¨® en el momento m¨¢s oportuno. Por instantes, un incipiente temor se apoder¨® del Stade de France, que record¨® con pavor el partido de la repesca para Estados Unidos 1994, cuando Francia claudic¨® ante la por entonces sorprendente y efervescente Bulgaria.
FRANCIA 1 - REP. DE IRLANDA 1
Francia: Lloris; Sagna, Gallas, Escud¨¦ (Squillaci, m. 9), Evra; Lass Diarra, Aliou Diarra; Anelka, Gourcuff (Malouda, m. 87), Henry; Y Gignac (Govou, m. 57).
Rep¨²blica de Irlanda: Given; O'Shea (McShane, m. 66), Dunne, St. Ledger, Kilbane;Andrews, Whelan (Gibson, m. 63); Lawrence (McGeady, m. 107), Doyle, Duff; y Keane.
Goles: 0-1. M. 33. Keane. 1-1. M. 104. Gallas tras una mano de Henry.
?rbitro: Martin Hansson (Suecia). Amonest¨® a Squillaci, Govou, Malouda, St. Ledger y McShane.
Unos 80.000 espectadores llenaron el Stade de France, de Saint-Denis. Entre ellos, el presidente del Gobierno franc¨¦s, Nicolas Sarkozy.
Raymond Domenech aline¨® el mismo equipo que en Dubl¨ªn, con la ¨²nica diferencia del lesionado Abidal, puesto ocupado por Escud¨¦. El central franc¨¦s, sin embargo, tambi¨¦n lesionado y con sangre en un p¨®mulo, no dur¨® ni diez minutos en el campo para chocar las manos con Squillaci. Una zaga retocada y, de paso, desengrasada. Pero el sosegador resultado de la ida (0-1), tranquilizaba a los bleu en Par¨ªs, donde se conformaban con las tablas.
Una apuesta remilgada, nada ambiciosa y poco acorde con la disposici¨®n de Domenech, que situ¨® una l¨ªnea de tres delanteros (Gignac-Anelka-Henry) bien enlazadas por Gourcouff, supremo con el bal¨®n en los pies, pero desdibujado anoche, justo cuando m¨¢s se le reclamaba.
Cuestionado el reciente cambio generacional franc¨¦s, estirado hasta el extremo por los ¨¦xitos cosechados anta?o -la coronaci¨®n en su Mundial de 1998 y en la Eurocopa 2000, adem¨¢s del subcampeonato en el pasado campeonato, el de Alemania 2006-, parec¨ªa funcionar en las ¨²ltimas fechas. Gignac, Gourcouff, Sagna y Lloris asum¨ªan con ¨¦xito su papel relevante en la selecci¨®n y aguardaban impacientes su oportunidad Benzema -anoche no jug¨® un solo minuto- o Sissoko. En el momento m¨¢s delicado y comprometedor, sin embargo, no dieron la talla. Sobre todo, cuando Irlanda bati¨® su porter¨ªa.
Kevin Doyle recogi¨® el cuero en el lateral y asisti¨® a la carrera de Duff, que, como un cohete, gan¨® la posici¨®n y la l¨ªnea de fondo para tocar de primeras hacia atr¨¢s, donde remat¨® Robbie Keane a gol, su 42? tanto en 64 encuentros. Francia, desarticulada, se ech¨® las manos a la cabeza. Entre otras razones, porque la diana no espole¨® a los bleu, que se remitieron a Lloris en un par de ocasiones para que le salvara los muebles. Fall¨® Keane su cara a cara y a Duff, agotado, le faltaron las fuerzas para colocar un remate forzado. S¨®lo Anelka, revoltoso e inconformista, baj¨® a pedir el bal¨®n igual que apareci¨® en el ¨¢rea rival. Pero no tuvo fortuna en la definici¨®n.
Aguardaba impaciente Francia en la cueva, temerosa porque un paso en falso no s¨®lo le desacreditaba, sino que le dejaba en la cuneta. No jug¨® al f¨²tbol y tampoco con el rival. As¨ª, sin m¨¢s armas, tir¨® de las jugadas a bal¨®n parado y, sobre todo, de las trampas. Una falta sacada por Evra debi¨® quedar anulada por fuera de juego posicional de Squillaci. El asistente no lo vio. Ah¨ª apareci¨® Henry, que durmi¨® el bal¨®n de forma voluntaria con la mano izquierda por dos veces y sac¨® un centro a la llegada de Gallas, que s¨®lo la empuj¨® a gol. Para muchos fue la segunda versi¨®n de la mano de Dios, la de Maradona ante Inglaterra en M¨¦xico 1986.
Un esc¨¢ndalo que destroza los sue?os irlandeses y que lleva a Francia al Mundial. A Domenech no se le acaban las vidas.
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