Europa busca l¨ªderes

En v¨ªsperas de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el Consejo Europeo deber¨¢ acordar hoy en Bruselas los nombres del primer presidente europeo y del nuevo Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior, con rango de vicepresidente del Consejo. No es una decisi¨®n rutinaria: las funciones que ambos cargos acaben desarrollando depender¨¢n en buena medida de qui¨¦nes los ocupen por primera vez.

Desde hace semanas los rumores han sustituido a la discusi¨®n transparente. Lo l¨®gico hubiera sido buscar primero el acuerdo en los perfiles y m¨¢s tarde en los nombres de los elegidos. O elegidas, pues ¨¦sta es una ocasi¨®n para hacer visible en las instituciones europeas la presencia femenina que ya comienza a serlo en los Gobiernos nacionales. Pero lo cierto es que no se ha sabido si los Veintisiete se inclinan por la designaci¨®n de personalidades pol¨ªticas relevantes o, por el contrario, prefieren gestores condescendientes y supeditados a los intereses de los Gobiernos.

Persisten, adem¨¢s, las especulaciones acerca de la importancia relativa de ambos cargos, reforzadas por el hecho de que el Alto Representante contar¨¢ con un servicio exterior de la Uni¨®n que estar¨¢ entre los m¨¢s amplios del mundo. Lo peor que podr¨ªa suceder es que una nueva pelea incomprensible entre los 27 excavara todav¨ªa m¨¢s la fosa entre las instituciones y los ciudadanos o, todav¨ªa m¨¢s grave, aplazara la elecci¨®n de los nuevos altos cargos.

La cortedad de miras no deber¨ªa imponerse entre los jefes de Estado y de Gobierno a la hora de la doble elecci¨®n. Cualesquiera que sean las dificultades que puedan surgir de la designaci¨®n de dos personalidades fuertes tanto en el trato con los Gobiernos como con los restantes ¨®rganos europeos, la Uni¨®n saldr¨¢ ganando si cuenta con un presidente y un responsable exterior que sean ante todo competentes y que, por encima del color ideol¨®gico, participen de un compromiso europe¨ªsta que ha faltado en alguno de los nombres barajados en las ¨²ltimas semanas, como Blair.

Los equilibrios entre pa¨ªses y corrientes ideol¨®gicas avalan la posibilidad de que un espa?ol, el ministro Moratinos, sea elegido hoy Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad. As¨ª lo reconoci¨® el martes Zapatero, cuyo peso en la designaci¨®n del candidato es decisivo, ya que hay acuerdo previo en que el elegido habr¨¢ de ser un socialista, del mismo modo que el presidente estable del Consejo ser¨¢ un conservador.

Pero esa elecci¨®n supondr¨ªa la salida de Almunia, dado que la condici¨®n de vicepresidente asociada al cargo de Alto Representante para la Pol¨ªtica Exterior lo convierte en representante ¨²nico del pa¨ªs de procedencia. El dilema de Zapatero es que si, como ser¨ªa l¨®gico, apoya la candidatura de Moratinos para responsable m¨¢ximo de la pol¨ªtica exterior, incumplir¨ªa su compromiso p¨²blico, manifestado a fines de abril tras un encuentro con el presidente de la Comisi¨®n, Dur?o Barroso, de apoyar la continuidad de Joaqu¨ªn Almunia al frente del ¨¢rea econ¨®mica.