Los grupos prev¨¦n acotar la objeci¨®n de conciencia

La objeci¨®n de conciencia de los profesionales sanitarios fue otro de los temas debatidos en la reuni¨®n del martes entre la ministra de Igualdad, Bibiana A¨ªdo, el diputado de IU Gaspar Llamazares y la portavoz de Igualdad del PSOE, Carmen Mont¨®n. El Gobierno y los grupos parlamentarios est¨¢n intentando resolver de una vez a trav¨¦s de esta ley un problema enquistado desde hace 24 a?os: la casi total privatizaci¨®n de la pr¨¢ctica m¨¦dica de los abortos.

El PSOE se mostr¨® de acuerdo en aceptar la enmienda coincidente de la izquierda y del PNV para que se regule la objeci¨®n de conciencia de los sanitarios. Por un lado, en la ley del aborto se recoger¨ªan tres puntos: que la negativa de los m¨¦dicos a practicar abortos tenga que ser individual, nunca de un centro m¨¦dico o de un servicio; que la objeci¨®n afecte s¨®lo a los profesionales que intervienen directamente en el aborto; y que la prestaci¨®n deba facilitarse dentro de un ¨¢rea determinada para evitar que una mujer tenga que atravesar el pa¨ªs para abortar. Por otro lado, se incluir¨ªa tambi¨¦n en la enmienda el compromiso de presentar el pr¨®ximo a?o una norma reguladora de la objeci¨®n de conciencia del personal sanitario.

Cifras impensables

La sanidad p¨²blica ¨²nicamente efect¨²a en sus centros el 2% de las interrupciones voluntarias de embarazos y s¨®lo financia el 28% (seg¨²n datos de 2007 ofrecidos a este diario por las comunidades), y de forma muy desigual en funci¨®n de la comunidad aut¨®noma de que se trate. Son cifras impensables en el resto de Europa.

Cuando se pregunta a los m¨¦dicos, muchos aseguran que no tendr¨ªan problemas en practicar abortos, pero que hay una inercia que lleva a no hacerlos. Sucede en el Hospital La Paz (Madrid), por ejemplo. El centro, que tiene un enorme servicio de maternidad, es "objetor desde que se aprob¨® la ley", seg¨²n indica la portavoz del centro. Es decir, en 1985 se pregunt¨® a los profesionales y todos decidieron que no iban a practicar interrupciones del embarazo. Esta objeci¨®n general es, precisamente, lo que va a prohibir la nueva ley.

Durante estos 24 a?os se han producido situaciones esperp¨¦nticas. La Paz envi¨® a abortar a una mujer a una cl¨ªnica privada despu¨¦s de una amniocentesis fallida que le hizo perder l¨ªquido amni¨®tico. En Galicia, el celador de un hospital se neg¨® a llevar en camilla a una mujer que acababa de abortar. Dec¨ªa que era objetor, y la matrona tuvo que trasladar a la paciente por su cuenta.