?Natural?
Reci¨¦n iniciada la inmunizaci¨®n contra la gripe A, es pronto para evaluar el impacto real de la cruzada anti-vacuna de Teresa Forcades, que convirti¨® Youtube en el Nature de la calle, con miles de usuarios admirando a quien "con valor y conocimientos ha desmontado la patra?a".
Este fen¨®meno confirma que en el siglo XXI a¨²n refulgen las teor¨ªas conspirativas (m¨¢s si ali?adas con unas gotas de fe en lo maravilloso) sobre las aburridas evidencias cient¨ªficas.
El doctor Pedro Alonso, que lucha contra la malaria, defiende las vacunas como "el mayor logro en materia de salud p¨²blica de la Historia, ya que han salvado millones de vidas". Y ha calificado la irrupci¨®n de la monja de "irresponsabilidad pasmosa", ya que contiene "descalificaciones gratuitas y acient¨ªficas".
Deber¨ªamos recapacitar sobre la trampa que amaga el discurso en contra de la "medicina oficial" y en favor de las llamadas terapias naturales o tradicionales. Como si la primera reuniera todos los defectos (rutina, masificaci¨®n, mercantilismo...) y las segundas s¨®lo virtudes. Cuando lo "natural" y "tradicional" era enfermar y morir por patolog¨ªas que con los avances se han convertido en leves y llevaderas.
?Qu¨¦ es lo "natural" ahora? ?Prescribir agua destilada o alcohol que como mucho pueden tener un efecto placebo? ?Evitar los remedios qu¨ªmicos producidos en laboratorio en favor de la imposici¨®n de manos, el estudio del aura, la radiestesia o el poder curativo de las pir¨¢mides? En el siglo XIX la ignorancia provoc¨® arduas pol¨¦micas sobre la dentici¨®n infantil como causa de muerte. En los inicios del XX la prensa obrera divulgaba y apostaba por la ciencia y el progreso, desacralizando "la naturaleza". Hoy nos mofamos del esfuerzo de miles de investigadores pagando hierbas o lactosa a precio de oro. En poco tiempo la cultura New Age me ha invitado a buscar alivio en la fototerapia isom¨¦trica o cu¨¢ntica, en la iridolog¨ªa, a sonre¨ªr a mis ¨®rganos internos, a balancear el ying y el yang... Dicen que Harvard investiga la sanaci¨®n espiritual y he visto anunciarse a una experta en psiconeuroendocrinoinmunolog¨ªa.
El primer trasplantado de cara, un campesino chino desfigurado por un oso, abandon¨® el hospital y los f¨¢rmacos anti-rechazo: se volvi¨® a la aldea y a las plantas medicinales y muri¨® de inmediato. Como la ni?a norteamericana cuya familia prefiri¨® la oraci¨®n al m¨¦dico.
Puedo entender a personas desahuciadas que buscan con desesperaci¨®n. No a gentes medianamente cultivadas que en lugar de luchar contra la salud convertida en negocio se ponen en manos de alfabi¨®ticos, ayurv¨¦dicos y curanderismos varios que pueden llegar a interferir seriamente en los tratamientos. Para exotismos, prefiero el vud¨² o el rosario tibetano.
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