Aleksandar Hemon renueva el arte de narrar
El escritor bosnioamericano enfrenta en El proyecto L¨¢zaro acontecimientos aparentemente distantes en un magistral juego especular entre pasado y presente
Ninguna de nuestras experiencias es del todo nueva. Buscando, descubrimos que las cat¨¢strofes m¨¢s atroces y los para¨ªsos m¨¢s ¨ªntimos ya tienen su modelo en un cierto momento pasado, en un cierto episodio oculto en los archivos de alguna biblioteca. Los alquimistas ve¨ªan en tales espejos la prueba de un dios generoso que se refleja en nuestra geograf¨ªa e historia terrenales; los existencialistas, un dios aburrido que no sabe inventar nada nuevo. Para Aleksandar Hemon tales comparaciones no sirven ni para la alabanza ni para la eleg¨ªa. En cambio, permiten multiplicar los interrogantes, escapar a los l¨ªmites de una cr¨®nica espec¨ªfica, indagar m¨¢s all¨¢ del mero campo de un ¨²nico evento. Nacido en 1964 en Sarajevo, la ciudad paradigma de la guerra de la segunda mitad del siglo veinte, e instalado desde 1992 en Chicago, ciudad paradigma de los mataderos,mafia y sindicatos de la primera mitad del siglo veinte, no es de extra?ar que el tema central de Hemon sea ese juego especular entre ciertos acontecimientos al parecer distantes y diferentes. En El proyecto L¨¢zaro, los dos eventos reflejados son un crimen cometido en Chicago a principios del siglo veinte y un viaje a Sarajevo a principios del siglo veintiuno. El crimen es el asesinato de un joven ruso jud¨ªo, un tal L¨¢zaro Averbuch, cometido por el jefe de la polic¨ªa de Chicago, George Shippey. El segundo es la b¨²squeda que emprenden el joven escritor bosnioamericano Vladimir Brik, y su amigo Rora, para hallar las claves de esamuerte, en un pa¨ªs que ya no existe. L¨¢zaro ten¨ªa diecinueve a?os cuando fue asesinado; era pobre, recientemente inmigrado a Chicago donde trabajaba su hermana Olga. Se hab¨ªa hecho amigo de unos j¨®venes anarquistas y, el d¨ªa de su muerte, hab¨ªa ido a entregar una misteriosa carta al domicilio del jefe de polic¨ªa. Esto es todo lo que se sabe de ¨¦l. Brik quiere saber m¨¢s. Al igual que cada episodio se desdobla en pasado y presente, en un aqu¨ª y un all¨¢, tambi¨¦n los personajes y los paisajes poseen su oscuro reflejo. L¨¢zaro es un so?ador, un inocente y, como su hom¨®nimo b¨ªblico, es llamado a renacer de entre los muertos. Brik no es s¨®lo un ambicioso escritor; es tambi¨¦n un ser perdido entre culturas, un ex yugoslavo incapaz siquiera de mantener su relaci¨®n matrimonial con una chica americana. Chicago es el Nuevo Mundo pero tambi¨¦n el paranoico Estado capitalista, espantado por el espectro de comunistas y anarquistas, o mejor dicho, de todo lo extranjero. La ex Yugoslavia es la escena de antiguos pogromos y miseria, reconvertida en campo de acci¨®n para la nueva mafia possovi¨¦tica y el crimen cotidiano. La dividida patria de Brik (y de L¨¢zaro) es el reflejo grotesco de la Am¨¦rica mercantil, que a su vez refleja la xenofobia y la violencia pol¨ªtica de la antigua regi¨®n europea. Ambas son sociedades saturnianas: devoran a sus hijos. Para escapar a su suerte, Brik debe convertirse en cronista de su antiguo hermano, la otra v¨ªctima, L¨¢zaro. De manera magistral, en una lengua precisa, inventiva, cercana al renovado ingl¨¦s de Nabokov, una lengua que no fue suya hasta pasados los treinta a?os, Hemon construye un doble mundo de intrigas y paradojas. Hay en este libro una sabidur¨ªa asombrosa, desconcertante en alguien a¨²n joven (aunque la historia de la regi¨®n delmundo donde naci¨® Hemon sin duda envejece hasta a los reci¨¦n nacidos). Hay aqu¨ª un humor sutil, una iron¨ªa fin¨ªsima, sin el m¨¢s m¨ªnimo dejo de desprecio, incluso hacia los personajes m¨¢s despreciables. Pero sobre todo, est¨¢ la invenci¨®n de la v¨ªctima absoluta, triunfante, noble en medio de la aterradora injusticia a la que es sometida: Olga, la hermana de L¨¢zaro, simbiosis m¨¢s all¨¢ de la alegor¨ªa de Mar¨ªa y deMarta, activa y contemplativa a la vez, hero¨ªna de un drama que no puede (que nadie puede) entender porque ninguna raz¨®n lo justifica, salvo la inconmensurable presencia de nuestro mal de todos los d¨ªas. Olga no entiende por qu¨¦ su hermano ha muerto, pero quiere enterrarlo honorablemente, seg¨²n el ritual jud¨ªo; no entiende por qu¨¦ el compa?ero de L¨¢zaro es perseguido, pero quiere ayudarlo por amor a su hermano; no entiende por qu¨¦ los poderes policiales de Chicago la agreden y por qu¨¦ la comunidad jud¨ªa la enga?a, pero persiste en actuar de la manera m¨¢s honorable posible. Es esta dignidad suya la que la eleva por encima de los otros personajes y de sus atroces comportamientos. Es Olga quien el lector recuerda al cerrar el libro. Rita da Costa ha logrado una espl¨¦ndida traducci¨®n, l¨ªmpida y fiel a las invenciones ling¨¹¨ªsticas del original, felizmente libre de las habituales torpezas de una versi¨®n literal. S¨®lo un reproche debe hacerse a la edici¨®n espa?ola: el haber imitado la nefasta costumbre anglosajona de agregar adornitos a un libro, en este caso, una fatua entrevista al autor, entrevista cuyo prop¨®sito parece ser explicar la novela a un p¨²blico que se supone no suficientemente inteligente para entenderla por s¨ª mismo. Tales interferencias editoriales son inaceptables y ofensivas. El proyecto L¨¢zaro es una de las mejores novelas que he le¨ªdo en mucho tiempo. Son pocas las veces en las que un libro renueva, sin esc¨¢ndalo, el arte de contar. Con su aguzado lenguaje, su inteligencia, su respeto por las nuevas formas estil¨ªsticas que su tremendo tema exige, Hemon ha escrito una intachable obra maestra.
El proyecto L¨¢zaro
Aleksandar Hemon
Traducci¨®n de Rita da Costa
Duomo. Barcelona, 2009
356 p¨¢ginas. 18,50 euros
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